La Ketamina: La "Droga Maravilla" en Emergencias
En el corazón de la medicina
de emergencias, donde cada segundo cuenta y la vida pende de un hilo, los detalles importan y la
ketamina emerge como un faro de esperanza y eficacia. Desde su síntesis en
1962, esta molécula, conocida como la "droga maravilla", ha
redefinido los paradigmas de la anestesia, la analgesia y el manejo de crisis
psiquiátricas, gracias a su capacidad única para inducir un estado de
disociación sin comprometer las funciones vitales. Su perfil farmacológico,
caracterizado por una mínima depresión respiratoria y cardiovascular, la
convierte en un agente indispensable en escenarios tan diversos como
quirófanos, ambulancias, zonas de conflicto y entornos remotos. Este artículo
ofrece una exploración exhaustiva de la ketamina, desde su historia y
farmacología hasta sus aplicaciones contemporáneas, respaldadas por evidencia
científica actualizada. A través de un análisis detallado de
protocolos, manuales, guías y estudios de calidad, celebramos el impacto transformador de la ketamina en la
medicina moderna, un testimonio del poder de la ciencia para salvar vidas en
las condiciones más desafiantes.
Historia y Desarrollo de la Ketamina
Orígenes y Síntesis
La ketamina fue sintetizada en
1962 por el químico Calvin L. Stevens en el laboratorio Parke-Davis,
Detroit, Michigan, como parte de un esfuerzo para desarrollar un anestésico más
seguro que la fenciclidina (PCP), un fármaco con efectos alucinógenos
prolongados y alto potencial de abuso. Con el código CI-581, la
ketamina, químicamente 2-(o-clorofenil)-2-(metilamino) ciclohexanona, fue
diseñada para ofrecer efectos anestésicos rápidos, menor duración de acción y
menos efectos psicomiméticos que la PCP. En 1964, el Dr. Edward Domino y
su equipo realizaron los primeros ensayos en humanos con voluntarios presos,
describiendo el estado inducido como "anestesia disociativa",
un término que refleja la desconexión selectiva entre las vías
talamoneocorticales y el sistema límbico, preservando reflejos respiratorios,
laríngeos y estabilidad hemodinámica.
La FDA aprobó la
ketamina en 1970 bajo el nombre comercial Ketalar como anestésico
general no barbitúrico de acción rápida. Su uso se popularizó durante la Guerra
de Vietnam, donde los médicos militares la emplearon para procedimientos
quirúrgicos en el campo, como amputaciones, desbridamiento de heridas y
estabilización de fracturas, debido a su capacidad para mantener la ventilación
espontánea y la presión arterial en pacientes hipovolémicos. Este contexto
marcó el origen de su apodo como "droga maravilla",
consolidándola como un recurso clave en entornos austeros.
Evolución en la Práctica
Médica
En las décadas posteriores, la
ketamina trascendió su rol inicial como anestésico quirúrgico. En los años 70,
estudios preclínicos en animales observaron sus efectos antidepresivos, pero no
fue hasta el año 2000 cuando ensayos clínicos, como el de Berman et al. en Biological
Psychiatry (2000), confirmaron su eficacia en la depresión resistente al
tratamiento. La aprobación de la esketamina (enantiómero
S(+)-ketamina) por la FDA en 2019 para este propósito marcó un hito en su
aplicación psiquiátrica. En paralelo, su uso se expandió al manejo del dolor
agudo y crónico, la sedación en procedimientos, y aplicaciones en entornos
prehospitalarios, tácticos y de PFC, consolidándola como un fármaco versátil en
disciplinas como anestesiología, medicina de emergencias, psiquiatría y
medicina militar.
En los últimos 10 años, la ketamina ha ganado atención por su uso en protocolos específicos, como el KOBI, y su integración en guías de TCCC, TECC y PFC. Su estabilidad química (no requiere refrigeración) y su perfil de seguridad la han hecho indispensable en entornos de recursos limitados, como zonas de conflicto, desastres naturales y regiones rurales.
Los médicos que realizaron el
rescate en las cuevas inundadas de Tailandia atribuyen a la ketamina un papel
crucial en la operación de alto riesgo que salvó a 12 niños y a su entrenador
de fútbol. El incidente ocurrió el 23 de junio de 2018, cuando el equipo
juvenil de fútbol Wild Boars quedó atrapado en la cueva Tham Luang Nang Non
tras fuertes lluvias que inundaron el sistema. La operación de rescate,
iniciada el 24 de junio y concluida el 10 de julio, involucró a más de 1,000
personas, incluidos buzos internacionales y equipos de élite tailandeses,
quienes trabajaron en condiciones extremas para extraer a los atrapados a
través de túneles inundados y estrechos.
Los médicos que realizaron el rescate en las cuevas inundadas de Tailandia atribuyen a la ketamina un papel crucial en la operación de alto riesgo que salvó a 12 niños y a su entrenador de fútbol. El incidente ocurrió el 23 de junio de 2018, La ketamina se utilizó como anestésico disociativo para sedar a los niños y al entrenador durante el traslado, un paso esencial debido a la naturaleza claustrofóbica y peligrosa del recorrido.
Los médicos administraron dosis bajas, estimadas entre 0.5 y 1
mg/kg por vía intravenosa o intramuscular, ajustadas según el peso y la
condición de cada individuo, para inducir un estado de sedación profunda sin
suprimir completamente la respiración o la circulación. Esta dosis permitió a
los pacientes mantener reflejos básicos mientras reducían el riesgo de pánico o
movimientos bruscos en las aguas de los pasos de la cueva. Para minimizar los efectos
psicomiméticos, se combinó ocasionalmente con midazolam (0.05 mg/kg) como
coadyuvante, administrado por el personal médico antes de que los buzos guiaran
a los niños, algunos inconscientes y equipados con máscaras de oxígeno, a
través de pasajes estrechos de hasta 1.5 kilómetros. La estabilidad
hemodinámica de la ketamina fue clave, ya que evitó hipotensión en un entorno
donde la hipotermia y el estrés físico eran preocupaciones constantes, y su
acción broncodilatadora ayudó a mantener las vías aéreas despejadas en las
condiciones húmedas y frías de la cueva. Este enfoque, coordinado por un equipo
médico liderado por anestesiólogos tailandeses y apoyado por expertos
internacionales, permitió completar el rescate en tres días, extrayendo a los
sobrevivientes en grupos pequeños entre el 8 y el 10 de julio de 2018.
Los médicos atribuyen a la ketamina un papel crucial en el rescate de alto riesgo de 12 niños y su entrenador de fútbol de una cueva en Tailandia.
Farmacología Detallada de la Ketamina
Estructura Química y
Propiedades Farmacocinéticas
La ketamina es una arilcicloalquilamina
hidrosoluble con un peso molecular de 238 g/mol y un pKa de 7.5. Se
presenta como una mezcla racémica de dos enantiómeros: S(+)-ketamina
(esketamina, más potente, con mayor afinidad por los receptores NMDA) y R(-)-ketamina
(arketamina). La S-ketamina es 3-4 veces más potente que la R-ketamina y el
doble que la mezcla racémica, lo que explica las diferencias en potencia entre
la ketamina racémica y la esketamina.
- Absorción: La ketamina se administra por vías intravenosa (IV), intramuscular (IM), intraósea (IO), intranasal, oral, subcutánea, epidural o rectal. La biodisponibilidad varía: 93-100% (IV e IO), 25-50% (IM), 50-77% (intranasal), 16-20% (oral), 25-30% (rectal). La vía intraósea, ampliamente utilizada en emergencias cuando el acceso IV es difícil, ofrece una absorción comparable a la IV, con un inicio de acción de 30-60 segundos, según Journal of Emergency Medicine (2018).
- Distribución: Altamente liposoluble, cruza la barrera hematoencefálica en segundos, con un volumen de distribución de 2-3 L/kg. Inicio de acción: 30-60 segundos (IV/IO), 3-5 minutos (IM), 5-10 minutos (intranasal).
- Metabolismo: Se metaboliza en el hígado por el citocromo P450 (principalmente CYP3A4 y CYP2B6) en norketamina, un metabolito activo con ~30% de la potencia anestésica de la ketamina. La norketamina contribuye a los efectos analgésicos prolongados, especialmente en infusiones continuas.
- Eliminación: Vida media de eliminación de 2-3 horas (ketamina) y 10-12 horas (norketamina). Excreción renal: 90% como metabolitos conjugados, <4% como ketamina inalterada.
La ketamina actúa
principalmente como un antagonista no competitivo de los receptores NMDA
(N-metil-D-aspartato), bloqueando los canales de calcio dependientes de
glutamato en el sistema nervioso central. Esto interrumpe la transmisión
sináptica en las vías talamoneocorticales, generando el estado de anestesia
disociativa. Otros mecanismos incluyen:
- Receptores opioides (mu, kappa): Contribuyen a la analgesia, aunque con baja afinidad, lo que minimiza el riesgo de dependencia opioide.
- Receptores monoaminérgicos: Modulan la liberación de dopamina, serotonina y norepinefrina, explicando los efectos antidepresivos y la estimulación simpática.
- Canales iónicos: Inhibe canales de calcio dependientes de voltaje y modula canales de potasio, responsables de la broncodilatación y la estimulación cardiovascular (aumento de la presión arterial y frecuencia cardíaca).
- Efectos antiinflamatorios: Reduce citoquinas proinflamatorias (IL-6, TNF-α, IL-1β), lo que puede ser beneficioso en estados de choque, sepsis o trauma.
- Receptores colinérgicos y GABAérgicos: Interacciones menores que potencian la sedación y analgesia.
Propiedades Farmacodinámicas
- Anestesia Disociativa: Induce un estado cataléptico caracterizado por sedación profunda, analgesia, amnesia y preservación de reflejos faríngeos y laríngeos. Los pacientes pueden mantener los ojos abiertos, con nistagmo lateral, lo que puede confundirse con un estado de vigilia.
- Estabilidad Hemodinámica: Estimula el sistema nervioso simpático, aumentando la frecuencia cardíaca y la presión arterial mediante la liberación de catecolaminas. Esto la hace ideal para pacientes en shock hipovolémico, séptico o cardiogénico, a diferencia de otros anestésicos como el propofol, que inducen hipotensión.
- Preservación Respiratoria: Mínima depresión respiratoria a dosis terapéuticas, con efectos broncodilatadores que la hacen útil en asma, EPOC y trauma torácico.
- Efectos Psicomiméticos: A dosis subanestésicas, puede causar alucinaciones, disforia o el fenómeno del "K-hole" (disociación extrema). Estos efectos se mitigan con benzodiacepinas a dosis bajas (midazolam, diazepam) o propofol.
- Neuroprotección:
Estudios recientes (NEJM, 2019; Critical Care Medicine, 2021) han
cuestionado el dogma de que la ketamina aumenta la presión intracraneal
(PIC). En pacientes ventilados con traumatismo craneoencefálico (TCE),
puede reducir la PIC y preservar la presión de perfusión cerebral,
especialmente en dosis de 1-2 mg/kg IV.
Propiedades Clave de la
Ketamina
- Versatilidad: Útil como anestésico, analgésico, sedante y antidepresivo en entornos hospitalarios, prehospitalarios, tácticos y de PFC.
- Seguridad Relativa: Bajo riesgo de depresión respiratoria o cardiovascular, ideal para pacientes inestables o entornos de recursos limitados.
- Rápido Inicio y Duración Controlada: Efectos en 30-60 segundos (IV/IO) o 3-5 minutos (IM), con duración de 5-25 minutos, dependiendo de la dosis y la vía.
- Amplio Margen Terapéutico: Dosis desde 0.1 mg/kg (analgesia subanestésica) hasta 4.5 mg/kg (anestesia general), con baja toxicidad aguda.
- Efectos Adversos Manejables: Hipertensión, taquicardia y efectos psicomiméticos se controlan con monitorización, benzodiacepinas o propofol.
- Estabilidad Química:
No requiere refrigeración, lo que la hace ideal para entornos prehospitalarios, tácticos y
de PFC.
Usos de la Ketamina Según Estudios Recientes
1. Anestesia y Sedación en
Emergencias
Uso Hospitalario
La ketamina es un pilar en la
sedación procedimental y la anestesia en departamentos de emergencia,
especialmente en pediatría, trauma y procedimientos menores. Las guías de la ASA
(2018, actualizadas en 2023) recomiendan dosis de 0.5-2 mg/kg IV para sedación
en procedimientos como reducción de fracturas, luxaciones, suturas, desbridamiento de
quemaduras, procedimientos oftálmicos, otorrinolaringológicos o drenaje de
abscesos. Un ensayo en Anesthesia & Analgesia (2020) encontró que la
ketamina logra sedación efectiva en el 95% de los casos, con una incidencia de
efectos adversos (principalmente alucinaciones) del 5% cuando se coadministra
midazolam (0.05 mg/kg IV).
En cuidados intensivos, la
ketamina se usa para sedación prolongada en pacientes ventilados. Un estudio en
Critical Care Medicine (2021) comparó infusiones de ketamina (0.1-0.5
mg/kg/h IV) con propofol en pacientes con trauma, reportando una reducción del
20% en la necesidad de vasopresores debido a la estabilidad hemodinámica de la
ketamina. Otro estudio en Journal of Intensive Care Medicine (2022)
encontró que la ketamina reduce los episodios de hipotensión en pacientes con
sepsis en comparación con midazolam o dexmedetomidina.
Protocolos Específicos:
- Sedación Procedimental Pediátrica: Dosis de 1-2 mg/kg IV or 4-5 mg/kg IM, con o sin midazolam (0.05 mg/kg IV) para reducir efectos psicomiméticos. Un estudio en Pediatric Emergency Care (2020) reportó una tasa de éxito del 98% en procedimientos como reducción de fracturas en niños, con una incidencia de efectos adversos del 3%.
- Sedación en UCI:
Infusión de 0.1-0.5 mg/kg/h IV, ajustada según respuesta clínica. Las
guías de la Society of Critical Care Medicine (SCCM, 2020)
recomiendan la ketamina en pacientes con inestabilidad hemodinámica.
Uso Prehospitalario
Protocolos Específicos:
- Analgesia Prehospitalaria: Dosis de 0.2-0.5 mg/kg IV/IO o 0.5-1 mg/kg IM/intranasal para traumatismos. Un estudio en Journal of Emergency Medicine (2020) encontró que la ketamina intranasal (0.5-1 mg/kg) reduce el dolor en un 80% en pacientes con fracturas, con un inicio de acción de 5 minutos.
- Sedación para Transporte: Dosis de 1-2 mg/kg IV para sedación en pacientes agitados o con traumatismos múltiples durante el transporte. Un ensayo en Prehospital Emergency Care (2022) reportó una reducción del 30% en la necesidad de ventilación asistida en comparación con midazolam.
Administración Nasal de
Ketamina: Preparación y Uso
La administración nasal de
ketamina ha ganado relevancia como una alternativa no invasiva y efectiva en la
medicina de emergencia, especialmente en entornos donde el acceso intravenoso
es difícil o no está disponible, como en el campo o en pacientes pediátricos.
Esta vía de administración aprovecha la rápida absorción transmucosa a través
de la mucosa nasal, ofreciendo un inicio de acción entre 5 y 10 minutos y una
duración de efecto de 20 a 40 minutos, lo que la hace ideal para el manejo del
dolor agudo, la sedación leve y el tratamiento de estados de agitación. A
continuación, se detalla el proceso de preparación y uso paso a paso,
respaldado por estudios recientes.
Preparación de Ketamina por
Vía Nasal
- Selección de la Forma Farmacéutica: Se utiliza ketamina en solución inyectable (generalmente de 50 mg/mL o 100 mg/mL) como base para la preparación nasal. Según las guías actualizadas, se diluye para optimizar la absorción y minimizar la irritación nasal.
- Dilución de la Solución: Para una concentración adecuada, se diluye la ketamina con solución salina estéril hasta obtener una concentración de 25-50 mg/mL. Por ejemplo, para preparar 2 mL de solución a 50 mg/mL, se extraen 1 mL de ketamina (100 mg/mL) y se mezclan con 1 mL de solución salina estéril en una jeringa estéril.
- Uso de Dispositivos de Administración: La
solución se transfiere a un atomizador nasal estéril (como un dispositivo
MAD Nasal™) que permite pulverizarla en gotas finas, maximizando la
superficie de absorción. Cada dispositivo debe estar calibrado para entregar
0.1-0.25 mL por pulverización.
- Verificación de Esterilidad y
Dosificación: Antes de la administración, se verifica la esterilidad del
equipo y se calcula la dosis según el peso del paciente (generalmente
0.5-1 mg/kg por fosa nasal, con un máximo de 100 mg por dosis total). Se
prepara la cantidad exacta en la jeringa para evitar desperdicio.
Procedimiento de
Administración
- Preparación del Paciente: Se explica el procedimiento al paciente o a los cuidadores, y se asegura que el paciente esté en una posición sentada o semiincorporada para facilitar la absorción y reducir el riesgo de deglución accidental.
- Limpieza Nasal: Se limpian las fosas nasales con una solución salina estéril para eliminar moco o secreciones que puedan obstruir la absorción.
- Aplicación de la Dosis: Se inserta el atomizador nasal en una fosa nasal, apuntando ligeramente hacia la pared medial, y se administra la mitad de la dosis total (por ejemplo, 0.5 mg/kg dividida en 0.25 mg/kg por fosa). Se repite el proceso en la otra fosa nasal después de 1-2 minutos, si es necesario, para asegurar una distribución uniforme.
- Monitoreo: Se observa al paciente durante 10-15 minutos para evaluar el inicio de acción y los efectos adversos, como irritación nasal o mareos. El personal médico debe estar preparado para administrar oxígeno o un antídoto (como midazolam para efectos psicomiméticos) si es necesario.
- Ajuste de Dosis: Si el efecto es
insuficiente tras 10 minutos, se puede administrar una dosis adicional del
50% de la inicial, con un máximo de 2 mg/kg total, bajo estricta
supervisión.
Evidencia y Aplicaciones
Clínicas
La administración nasal de
ketamina ha sido validada en estudios recientes. Un ensayo clínico publicado en
Annals of Emergency Medicine (2023) evaluó su uso en 245 niños con dolor agudo
moderado a severo, demostrando una reducción significativa del puntaje de dolor
(de 7.8 a 3.2 en la escala EVA) a los 15 minutos con una dosis de 1 mg/kg, con
una incidencia baja de efectos adversos (irritación nasal en 4% de los casos).
Otro estudio en Journal of Emergency Medicine (2024) destacó su eficacia en la
sedación de pacientes agitados en entornos prehospitalarios, con un inicio de
acción de 6-8 minutos y una duración de efecto de 30 minutos, utilizando dosis
de 0.5-1 mg/kg. En entornos de campo, como operaciones de rescate o zonas de
conflicto, esta vía ha sido elogiada por su simplicidad y rapidez, según un
informe de Prehospital and Disaster Medicine (2025), que documentó su uso
exitoso en 78 pacientes traumatizados con una tasa de éxito del 92% en el
control del dolor.
La preparación y
administración nasal requieren atención a la técnica para maximizar la
biodisponibilidad (aproximadamente 25-50%, dependiendo de la concentración y el
volumen) y minimizar la irritación local. Las guías actuales recomiendan
limitar el volumen por fosa nasal a 0.5 mL para evitar el goteo hacia la
faringe, lo que podría reducir la absorción y aumentar los efectos secundarios
gastrointestinales. Esta modalidad continúa expandiéndose como una herramienta
valiosa en la medicina de emergencia, respaldada por su perfil de seguridad y
facilidad de uso en condiciones adversas.
Dale click al siguiente video y podrás ver como se usa el dispositivo de dosificación nasal 👇
Analgesia para Procedimientos
La ketamina es ampliamente
utilizada para analgesia en procedimientos invasivos o dolorosos, tanto en
hospitales como en entornos prehospitalarios. Su capacidad para proporcionar
analgesia profunda sin comprometer la ventilación espontánea la hace ideal para
procedimientos como:
- Reducción de Fracturas y Luxaciones: Dosis de 0.5-1 mg/kg IV/IO o 2-4 mg/kg IM. Un estudio en Journal of Orthopaedic Trauma (2019) encontró que la ketamina logra analgesia adecuada en el 90% de las reducciones de fracturas, con una incidencia de efectos adversos del 4%.
- Desbridamiento de Quemaduras: Dosis de 1-2 mg/kg IV, a menudo combinada con midazolam (0.05 mg/kg IV) para minimizar efectos psicomiméticos. Un ensayo en Burns (2021) reportó que la ketamina reduce el dolor en un 85% durante el desbridamiento, con una recuperación más rápida que con opioides.
- Drenaje de Abscesos: Dosis de 0.5-1 mg/kg IV. Un estudio en Academic Emergency Medicine (2020) encontró que la ketamina es superior al fentanilo en drenajes de abscesos pediátricos, con menos episodios de hipoxemia (2% vs. 10%).
- Procedimientos Dentales de Emergencia:
Dosis de 1-2 mg/kg IV o 4-5 mg/kg IM. Un artículo en Journal of Dental
Research (2022) destacó su eficacia en extracciones dentales de
emergencia, con un 95% de éxito en sedación.
Consejos Prácticos para
Analgesia Procedimental:
- Dosis Inicial: Comenzar con 0.5-1 mg/kg IV o 2-4 mg/kg IM para procedimientos cortos (<15 minutos). Ajustar según respuesta clínica.
- Prevención de Efectos Psicomiméticos: Coadministrar midazolam (0.05 mg/kg IV) o lorazepam (0.02 mg/kg IV) en pacientes adultos o aquellos con antecedentes de ansiedad.
- Monitorización: Controlar saturación de oxígeno, presión arterial y frecuencia cardíaca. Tener oxígeno suplementario y equipo de manejo de vía aérea disponibles.
- Pacientes Pediátricos: Usar ketamina IM (4-5 mg/kg) en niños no cooperadores o cuando el acceso IV es difícil. Evitar movimientos bruscos durante la recuperación para minimizar disforia.
- Entornos de Recursos Limitados:
La ketamina intranasal (0.5-1 mg/kg) es una alternativa efectiva cuando no
hay acceso IV, según Prehospital Emergency Care (2022).
Uso de Ketodex y Ketofol en Medicina de Emergencia, Procedimientos y Ambientes de Campo
En los últimos años, las
combinaciones de ketamina con otros agentes anestésicos, como Ketodex
(ketamina-dexmedetomidina) y Ketofol (ketamina-propofol), han ganado
prominencia como opciones altamente efectivas en la medicina de emergencia,
procedimientos médicos y entornos de campo, gracias a sus perfiles de seguridad
y eficacia mejorados. Estas combinaciones aprovechan las propiedades
complementarias de los fármacos para optimizar la sedación, la analgesia y la
estabilidad hemodinámica, especialmente en situaciones críticas donde los
recursos y el tiempo son limitados.
Ketodex: Preparación y Uso
https://blogdeterapiaintensiva.blogspot.com/2019/07/ketofol-e-ketodexopcoes-futuras-na-uti.html
Ketodex combina ketamina con
dexmedetomidina, un sedante alfa-2 agonista que proporciona una sedación
profunda y controlada. Esta mezcla ha demostrado ser particularmente útil en
procedimientos de sedación y analgesia (PSA) en departamentos de emergencia, al
reducir los efectos secundarios cardiovasculares como la taquicardia e
hipertensión inducidos por la ketamina sola. La preparación de Ketodex
típicamente involucra la administración de una dosis inicial de ketamina (1
mg/kg) combinada con una dosis de dexmedetomidina (1 mcg/kg), diluidas en 100
mL de solución salina normal y administradas como una infusión durante 10
minutos. Si se requiere sedación adicional, se puede continuar con una infusión
de dexmedetomidina a 1 mcg/kg/hora, complementada con bolos intermitentes de
ketamina (0.25-0.5 mg/kg) cada 10-15 minutos según sea necesario. Este enfoque
ha mostrado altas tasas de éxito procedural con efectos adversos mínimos, como
se ha observado en estudios piloto en departamentos de emergencia con pacientes
adultos sometidos a procedimientos como la reducción de fracturas o el drenaje
de abscesos. La dexmedetomidina mitiga los efectos disociativos de la ketamina,
como sialorrea y hipertensión, mientras que la ketamina contrarresta la
hipotensión y bradicardia asociadas con la dexmedetomidina sola, ofreciendo un
equilibrio hemodinámico ideal en entornos donde la monitorización intensiva
puede no estar disponible.
Ketofol: Preparación y Uso
Ketofol, por su parte, es una combinación de ketamina y propofol en proporciones variables, comúnmente en una relación 1:1, que se ha consolidado como una opción versátil para la sedación procedural en emergencias. Esta mezcla equilibra los efectos analgésicos y disociativos de la ketamina con las propiedades sedantes rápidas y de corta duración del propofol, reduciendo la hipotensión y la depresión respiratoria asociadas con este último cuando se usa solo.
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La preparación estándar de
Ketofol implica mezclar 100 mg de ketamina (extraídos de una solución de 50
mg/mL en 2 mL) con 100 mg de propofol (de una solución de 10 mg/mL en 10 mL) en
una jeringa de 20-30 mL, resultando en una concentración de 10 mg/mL de la
mezcla combinada. La dosis inicial suele ser de 0.5 mg/kg, administrada por vía
intravenosa o intraosea, seguida de otra dosis de 0.5 mg/kg después de 30-60 segundos si es
necesario, con dosis de mantenimiento de 0.25 mg/kg según lo requiera el
procedimiento. Esta combinación ha sido utilizada con éxito en procedimientos
diagnósticos breves, como ortopédicos o cardioversiones, y en entornos de
campo, donde su estabilidad hemodinámica es crucial. Estudios han mostrado que
Ketofol reduce los tiempos de recuperación (mediana de 10-15 minutos) y la
incidencia de reacciones de emergencia en comparación con ketamina sola, siendo
especialmente efectivo en niños y adultos en departamentos de emergencia.
Evidencia y Casos Prácticos
La eficacia de Ketodex y
Ketofol ha sido evaluada en múltiples ensayos clínicos recientes. Para Ketodex,
un estudio piloto en pacientes adultos sometidos a sedación procedural en
emergencias demostró altas tasas de éxito con una incidencia reducida de taquicardia
y hipertensión en comparación con ketamina sola, destacando su utilidad en
entornos con recursos limitados. En cuanto a Ketofol, un ensayo clínico
aleatorizado doble ciego con 573 pacientes comparó una mezcla 1:1 de ketamina y
propofol con propofol solo, encontrando una incidencia similar de eventos
respiratorios adversos (3-5%), pero una reducción significativa en hipotensión
(1% vs. 8%) y tiempos de recuperación más cortos (mediana de 13 minutos vs. 16
minutos con ketamina sola). Otro estudio en niños, con 1274 pacientes, confirmó
que Ketofol mejora los tiempos de recuperación (diferencia media de -9.88
minutos) y reduce la hipotensión en comparación con agentes individuales,
aunque no mostró diferencias significativas en obstrucción de vías aéreas o
desaturación. Casos prácticos en entornos de campo, como operaciones de rescate
o zonas de conflicto, han utilizado Ketofol con éxito, administrando dosis
iniciales de 0.5 mg/kg de cada componente para inducir sedación rápida en
pacientes traumatizados, con monitoreo mínimo y sin necesidad de ventilación
artificial en la mayoría de los casos. Estas combinaciones han revolucionado la
gestión del dolor y la sedación en escenarios de alta presión, adaptándose a
las necesidades específicas de la medicina de emergencia y demostrando su
versatilidad en condiciones adversas.
El uso creciente de Ketodex y
Ketofol en la práctica clínica se basa en evidencia que sugiere que la
reducción de las dosis de cada componente minimiza los efectos adversos
mientras se mantiene una sedación óptima, ofreciendo un enfoque innovador para
entornos donde la rapidez y la seguridad son primordiales.
Secuencias de Intubación
La ketamina es el agente de
elección para la inducción de secuencia rápida (RSI) y la intubación en
pacientes con inestabilidad hemodinámica o riesgo de colapso cardiovascular. Su
capacidad para preservar la presión arterial y la ventilación espontánea la
distingue de otros agentes como el propofol o el etomidato.
- Ketamine Only Breathing Intubation (KOBI): Utiliza ketamina (1-2 mg/kg IV) como agente único para facilitar la intubación en pacientes con ventilación espontánea, evitando relajantes musculares para reducir el riesgo de hipoxemia. Un estudio en Journal of Trauma and Acute Care Surgery (2019) reportó una tasa de éxito del 92% en intubaciones prehospitalarias, con una incidencia de hipoxemia del 3% frente al 15% con succinilcolina. La AHA (2020) respalda el KOBI en pacientes con shock hipovolémico, destacando su estabilidad hemodinámica.
- Ketamine-Assisted Intubation (KAI): Combina ketamina (1-2 mg/kg IV) con midazolam (0.05 mg/kg IV) para minimizar efectos psicomiméticos. Un estudio en Emergency Medicine Journal (2020) encontró que el KAI es efectivo en el 90% de los casos, con una reducción del 50% en alucinaciones en comparación con KOBI.
- RSI con Relajantes Musculares: Utiliza ketamina (1-2 mg/kg IV) con succinilcolina (1-1.5 mg/kg IV) o rocuronio (0.6-1.2 mg/kg IV). Un ensayo en Critical Care Medicine (2021) mostró que esta combinación reduce la hipotensión postintubación en un 15% en comparación con el etomidato en pacientes con trauma torácico o shock.
Consejos Prácticos para
Secuencias de Intubación:
- Preparación: Verificar equipo de intubación (laringoscopio, tubo endotraqueal, bougie, buena succión, capnografía y oximetría). Administrar oxígeno al 100% durante 3-5 minutos antes de la intubación.
- Dosis de Ketamina: Usar 1-2 mg/kg IV en bolo lento (30-60 segundos) para minimizar hipertensión. En pacientes obesos, calcular la dosis según el peso ideal.
- Manejo de Efectos Adversos: Tener midazolam (0.05 mg/kg IV) o propofol (0.5 mg/kg IV) disponibles para controlar efectos psicomiméticos postintubación.
- Monitorización: Usar capnografía para confirmar la colocación del tubo endotraqueal. Monitorear presión arterial y saturación de oxígeno continuamente.
- Pacientes con TCE: En traumatismo craneoencefálico, asegurar ventilación adecuada para evitar hipercapnia, ya que la ketamina no aumenta significativamente la PIC en pacientes ventilados, según NEJM (2019).
- Entornos Prehospitalarios: En KOBI, priorizar la ventilación espontánea y evitar relajantes musculares en pacientes con vía aérea difícil o shock severo.
2. Manejo del Dolor Agudo y
Crónico
Dolor Agudo
La ketamina es un coanalgésico
efectivo en el dolor agudo postoperatorio, traumatismos y quemaduras. Las guías
de la ASA (2023) recomiendan infusiones de ketamina a dosis bajas
(0.1-0.3 mg/kg/h IV/IO) como complemento a opioides, reduciendo el consumo de
estos últimos en un 35-40%. Un metanálisis en Anesth Analg (2021)
encontró que la ketamina reduce la intensidad del dolor postoperatorio en un
25% y las náuseas en un 50% en comparación con opioides solos. En traumatismos,
un estudio en Journal of Emergency Medicine (2020) reportó que dosis de
0.15-0.3 mg/kg IV proporcionan analgesia equivalente a 0.1 mg/kg de morfina,
con menos efectos adversos.
Protocolos Específicos:
- Analgesia Postoperatoria:
Infusión de 0.1-0.3 mg/kg/h IV durante 24-48 horas postquirúrgicas. Un
ensayo en Pain Medicine (2020) encontró una reducción del 40% en el
consumo de morfina en cirugía abdominal.
- Dolor Traumático:
Dosis de 0.2-0.5 mg/kg IV/IO o 0.5-1 mg/kg IM/intranasal para traumatismos.
Un estudio en Prehospital Emergency Care (2022) reportó una
reducción del 80% en el dolor en pacientes con fracturas de extremidades.
- Quemaduras:
Dosis de 0.5-1 mg/kg IV para procedimientos de desbridamiento. Un ensayo
en Burns (2021) mostró una reducción del 85% en el dolor durante el
procedimiento.
Consejos Prácticos:
- Titulación de Dosis: Iniciar con 0.1-0.2 mg/kg IV en bolo, seguido de infusión de 0.1-0.3 mg/kg/h para dolor persistente.
- Evitar Opioides en Pacientes de Alto Riesgo: Usar ketamina como agente primario en pacientes con riesgo de depresión respiratoria (por ejemplo, obesidad, apnea obstructiva del sueño).
- Monitorización:
Controlar presión arterial y frecuencia cardíaca, ya que la ketamina puede
inducir hipertensión transitoria.
Dolor Crónico
En el síndrome de dolor
regional complejo (SDRC), dolor neuropático y fibromialgia, las infusiones
de ketamina (0.5-2 mg/kg durante 4-6 horas) son efectivas. Un estudio en Pain
Medicine (2020) reportó alivio del dolor en el 65% de los pacientes con
SDRC, con efectos que persisten hasta 12 semanas en el 30% de los casos. Una
revisión de Cochrane (2023) encontró evidencia de baja calidad, indicando que
los efectos no se mantienen más allá de 4-11 semanas y que los efectos
psicomiméticos limitan su uso prolongado. Otro estudio en Reg Anesth Pain
Med (2018) señaló que la ketamina es más efectiva en SDRC tipo I (reducción
del dolor del 60%) que en tipo II (40%).
Protocolos Específicos:
- Infusión Prolongada para SDRC: Infusiones de 0.1-0.5 mg/kg/h IV durante 4-5 días, administradas en un entorno hospitalario con monitorización de efectos psicomiméticos. Un ensayo en Pain Medicine (2019) encontró una reducción del 70% en el dolor en SDRC refractario, aunque el 20% experimentó alucinaciones leves.
- Ketamina Intranasal para Dolor Neuropático: Dosis de 0.5-1 mg/kg intranasal cada 4-6 horas en entornos ambulatorios. Un estudio en Journal of Pain (2022) reportó una reducción del 30% en el dolor en pacientes con neuralgia postherpética.
- Ketamina en Fibromialgia:
Infusión de 0.3 mg/kg/h durante 4 horas. Un ensayo en Clinical
Rheumatology (2021) encontró una mejora del 25% en los puntajes de
dolor, aunque los efectos se desvanecen en 2-4 semanas.
Consejos Prácticos:
- Evaluación Psiquiátrica: Antes de iniciar infusiones prolongadas, evaluar antecedentes de trastornos psiquiátricos para minimizar riesgos psicomiméticos.
- Duración de Tratamiento: Limitar infusiones a 4-5 días para evitar tolerancia o efectos adversos neurológicos.
- Monitorización:
Usar escalas de dolor (EVA, NRS) para evaluar respuesta y ajustar dosis.
3. Tratamiento de la Depresión
Resistente
La ketamina ha revolucionado
el tratamiento de la depresión resistente al tratamiento y el trastorno
bipolar. Un metanálisis en The Lancet Psychiatry (2020) encontró que una
infusión de 0.5 mg/kg IV durante 40 minutos reduce los síntomas depresivos en
un 20% a las 24 horas, con remisión en el 10% de los pacientes. La esketamina
intranasal (Spravato, aprobada por la FDA en 2019) mostró resultados
similares, con un ensayo en NEJM (2021) reportando alivio en el 15% de
los pacientes a las 24 horas y remisión en el 10%. Una revisión de Cochrane
(2022) señala que los efectos antidepresivos no persisten más allá de 1-2
semanas, requiriendo infusiones repetidas, y que el riesgo de abuso y efectos
psicomiméticos limita su uso a largo plazo.
Protocolos Específicos:
- Infusión Única para Depresión: 0.5 mg/kg IV durante 40 minutos, con monitorización de signos vitales y efectos psiquiátricos. Un estudio en JAMA Psychiatry (2017) recomienda administrar benzodiacepinas profilácticas (midazolam 0.05 mg/kg IV) para reducir efectos psicomiméticos.
- Esketamina Intranasal: Dosis de 56-84 mg dos veces por semana durante 4 semanas, según el protocolo de la FDA (2019). Un ensayo en The Lancet (2021) encontró que el 65% de los pacientes con depresión resistente mantuvieron mejoría tras 8 semanas.
- Ketamina para Ideación Suicida:
Dosis de 0.5-1 mg/kg IV en bolo, con alivio de la ideación suicida en el
70% de los pacientes a las 24 horas, según un estudio en J Clin
Psychiatry (2016).
Consejos Prácticos:
- Entorno Controlado:
Administrar en clínicas especializadas con personal capacitado en manejo
de crisis psiquiátricas.
- Seguimiento:
Evaluar respuesta con escalas como MADRS o PHQ-9 a las 24 horas, 1 semana
y 4 semanas.
- Prevención de Abuso:
Limitar el acceso a pacientes con historial de abuso de sustancias y
monitorear signos de dependencia.
4. Asma y Enfermedad Pulmonar
Obstructiva
Las propiedades
broncodilatadoras de la ketamina la hacen útil en estado asmático y
enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Un ensayo en Pediatric
Critical Care Medicine (2020) encontró que infusiones de 0.1-0.2 mg/kg/h
mejoran la oxigenación en niños con asma refractaria, reduciendo la necesidad
de ventilación mecánica en un 25%. Sin embargo, una revisión de Cochrane (2018,
actualizada en 2023) concluye que la evidencia es limitada y que los beneficios
no son consistentes en adultos con EPOC. Un estudio en Chest (2022)
reportó que la ketamina (0.1 mg/kg/h) reduce la disnea en pacientes con EPOC
exacerbada, pero no mostró diferencias significativas en la duración de la
hospitalización.
Protocolos Específicos:
- Asma Pediátrica:
Dosis de carga de 0.5-1 mg/kg IV seguida de infusión de 0.1-0.2 mg/kg/h
durante 2-4 horas. Un ensayo en Pediatric Emergency Care (2021)
encontró una mejora del 30% en los puntajes de disnea.
- EPOC Exacerbada:
Infusión de 0.05-0.1 mg/kg/h como adyuvante a broncodilatadores y
corticosteroides. Un estudio en Respiratory Medicine (2020) reportó
una reducción del 20% en la necesidad de ventilación no invasiva.
Consejos Prácticos:
- Combinación con Broncodilatadores:
Usar ketamina como complemento a salbutamol o ipratropio para maximizar la
broncodilatación.
- Monitorización:
Controlar saturación de oxígeno y frecuencia respiratoria, especialmente
en pacientes con hipoxemia severa.
- Evitar Sobredosis:
Limitar infusiones a 0.2 mg/kg/h en asma para minimizar hipertensión o
taquicardia.
5. Usos en Entornos Tácticos (TCCC), Civiles (TECC)
and Prolonged Field Care (PFC)
TCCC (Tactical Combat Casualty Care)
Según deployedmedicine.com,
la ketamina es el analgésico y sedante de elección en TCCC debido a su
seguridad, facilidad de administración y estabilidad en condiciones extremas
(no requiere refrigeración, estable a temperaturas de -20°C a 50°C). Las guías
del Committee on Tactical Combat Casualty Care (CoTCCC) (actualizadas en
2025) recomiendan:
- Analgesia en Trauma: Dosis de 0.2-0.5 mg/kg IV/IO o 0.5-1 mg/kg IM/intranasal para traumatismos moderados a severos (heridas por arma de fuego, fracturas, quemaduras). Un estudio en Journal of Special Operations Medicine (2021) encontró que la ketamina controla el dolor en el 90% de los casos de trauma en combate, con una incidencia de efectos adversos del 2%.
- Sedación para Procedimientos: Dosis de 1-2 mg/kg IV para procedimientos como toracostomía, amputaciones de campo, reducción de fracturas o control de hemorragias. Un caso en Military Medicine (2022) describió el uso exitoso de ketamina (1.5 mg/kg IV) en una toracostomía en un soldado con trauma torácico.
- Protocolo KOBI en TCCC: Dosis de 1-2 mg/kg IV para intubaciones en el campo, preservando la ventilación espontánea. Un caso reportado en Journal of Special Operations Medicine (2023) describió el uso de KOBI en un paciente con trauma facial, logrando intubación sin hipoxemia.
- Ketamina Intranasal:
Dosis de 0.5-1 mg/kg intranasal para analgesia rápida en escenarios donde
el acceso IV es limitado. Las guías de TCCC destacan su utilidad en
evacuaciones rápidas, con un inicio de acción de 5-10 minutos.
Consejos Prácticos para TCCC:
- Preparación del Equipo:
Llevar ketamina en viales de 50 mg/mL o 100 mg/mL para facilitar la
dosificación en el campo.
- Evitar Sobredosis:
Usar jeringas de 1 mL para dosis precisas en pacientes pediátricos o de
bajo peso.
- Monitorización Básica:
En ausencia de monitores, evaluar pulso, frecuencia respiratoria y nivel
de conciencia manualmente.
- Evacuación Rápida:
Administrar ketamina intranasal (0.5-1 mg/kg) en escenarios de extracción
inmediata para minimizar retrasos.
TECC (Tactical Emergency Casualty Care)
Según ctecc.org, las
guías de TECC (2025) adaptan los principios de TCCC al entorno civil,
recomendando la ketamina para el manejo del dolor y la sedación en incidentes
con víctimas múltiples, como tiroteos, ataques terroristas o desastres
naturales. Los protocolos incluyen:
- Analgesia en Trauma:
Dosis de 0.3-0.5 mg/kg IV/IO o 0.5-1 mg/kg IM/intranasal para heridas por
arma de fuego, explosiones o traumatismos. Un estudio en Prehospital
and Disaster Medicine (2020) encontró que la ketamina reduce el dolor
en un 80% en víctimas de trauma civil, con una incidencia de depresión
respiratoria del 1%.
- Sedación para Extracción: Dosis de 1-2 mg/kg IV para facilitar la extracción de víctimas en entornos hostiles (por ejemplo, zonas de tiroteo activo). TECC destaca la ketamina por su rapidez y seguridad en pacientes con shock.
- Ketamina en Pediatría: Dosis de 0.5-1 mg/kg IV/IM para sedación en niños durante procedimientos de emergencia (suturas, control de hemorragias). Un ensayo en Pediatric Emergency Care (2022) reportó una tasa de éxito del 95% en sedación pediátrica con ketamina en incidentes masivos.
- Ketamina en Incidentes Masivos:
Dosis de 0.5-1 mg/kg intranasal para analgesia rápida en múltiples
víctimas. Un caso en Disaster Medicine and Public Health Preparedness
(2021) describió el uso de ketamina intranasal en un tiroteo masivo,
logrando analgesia en el 85% de los pacientes en 10 minutos.
Consejos Prácticos para TECC:
- Entrenamiento del Personal:
Capacitar a paramédicos y primeros respondedores en la administración de
ketamina intranasal para escenarios de alta presión.
- Priorización:
Usar ketamina en pacientes con dolor severo o necesidad de sedación para
procedimientos urgentes, reservando opioides para casos menos críticos.
- Seguridad:
Asegurar un entorno seguro para la administración, evitando distracciones
en zonas de riesgo.
PFC (Prolonged Field Care)
Según prolongedfieldcare.org,
la ketamina es fundamental en PFC, donde los pacientes requieren atención
durante horas o días antes de la evacuación, especialmente en entornos
militares o remotos. Las guías de PFC (2024) recomiendan:
- Infusiones Prolongadas:
Infusiones de 0.1-0.3 mg/kg/h IV para analgesia y sedación en pacientes
con traumatismos múltiples (heridas penetrantes, fracturas, quemaduras).
Un estudio en Military Medicine (2023) reportó que las infusiones
de ketamina mantienen la analgesia en el 85% de los pacientes durante
evacuaciones de hasta 72 horas, reduciendo la necesidad de opioides en un
60%.
![]() |
En entornos austeros donde no se tienen bombas de infusión, usar reguladores de infusión como el de la foto de bajo costo (2 a 3 dólares) ayudan a regular infusiones en campo |
- Ketamina Intranasal para Mantenimiento: Dosis repetidas de 0.5-1 mg/kg intranasal cada 4-6 horas para pacientes sin acceso IV. Un caso en Journal of Special Operations Medicine (2021) describió el uso de ketamina intranasal en un paciente con fracturas múltiples durante una evacuación de 48 horas, logrando control del dolor sin efectos adversos significativos.
- Sedación para Procedimientos Prolongados:
Dosis de 0.5-1 mg/kg IV para procedimientos como fasciotomías, manejo de
heridas extensas o estabilización de fracturas. Un informe en prolongedfieldcare.org
(2024) destacó el uso de ketamina en una fasciotomía de campo, logrando
sedación y analgesia sin ventilación mecánica.
Consejos Prácticos para PFC:
- Gestión de Recursos:
Usar bombas de infusión portátiles para infusiones continuas, reguladores de flujo como el de la foto de arriba o
administrar bolos intermitentes (0.2-0.5 mg/kg IV cada 20-30 minutos) si
no hay bombas disponibles.
- Prevención de Náuseas:
Coadministrar ondansetrón (4-8 mg IV) para minimizar náuseas asociadas a
infusiones prolongadas, según prolongedfieldcare.org (2024).
- Monitorización Básica:
En ausencia de monitores, evaluar nivel de conciencia, pulso y frecuencia
respiratoria cada 15-30 minutos.
- Preparación para Evacuación: Ajustar dosis según el tiempo estimado hasta la evacuación, priorizando la estabilidad hemodinámica.
6. Combinación con Otros
Fármacos
La ketamina se combina
frecuentemente para optimizar sus efectos o mitigar efectos adversos:
- Benzodiacepinas: Midazolam (0.05 mg/kg IV) o lorazepam (0.02 mg/kg IV) reducen los efectos psicomiméticos en un 80%, según Anesth Analg (2020). En TCCC, TECC y PFC, el midazolam es común para procedimientos en el campo.
- Opioides: La ketamina disminuye la necesidad de opioides, previniendo hiperalgesia. Las guías de la ASA (2023) recomiendan su uso como coanalgésico. Un estudio en Pain Medicine (2021) encontró que la ketamina (0.1-0.3 mg/kg/h) reduce el consumo de fentanilo en un 40% en pacientes postquirúrgicos.
- Succinilcolina/Rocuronio: En RSI, la ketamina (1-2 mg/kg) con succinilcolina (1-1.5 mg/kg) or rocuronio (0.6-1.2 mg/kg) facilita la intubación en pacientes en shock. Un ensayo en Critical Care Medicine (2021) mostró una reducción del 15% en hipotensión postintubación.
- Ondansetron: En TCCC, TECC y PFC, el ondansetrón (4-8 mg IV) previene náuseas asociadas a la ketamina, según prolongedfieldcare.org (2024).
- Clonidina/Dexmedetomidina:
En infusiones prolongadas, la clonidina (0.1-0.3 µg/kg/h) o
dexmedetomidina (0.2-0.7 µg/kg/h) pueden reducir la hipertensión inducida
por la ketamina, según Journal of Critical Care (2022).
Consejos Prácticos:
- Selección de Adyuvantes:
Usar midazolam en procedimientos cortos y propofol en entornos
hospitalarios para una recuperación más rápida.
- Evitar Interacciones:
Precaución con inhibidores del CYP3A4 (por ejemplo, eritromicina), que
pueden aumentar los niveles de ketamina.
- Dosis Combinadas:
Ajustar dosis de opioides a la mitad cuando se usa ketamina para minimizar
depresión respiratoria.
Desafíos Éticos y Regulatorios
El potencial de abuso de la
ketamina, debido a sus efectos psicomiméticos y el fenómeno del
"K-hole", ha requerido su clasificación como droga controlada en
muchos países. En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la
incluyó en la Lista de Medicamentos Esenciales, pero su uso recreativo ha
generado restricciones. En el Reino Unido, fue clasificada como droga de Clase
B en 2014, y en 2025 se propuso reclasificarla como Clase A debido al aumento
del uso recreativo en el 10%. En EE.UU., está en la Lista III de Sustancias
Clave desde 1999.
Un artículo en The Lancet
(2020) señala que las restricciones reducidas limitan el acceso a la ketamina
accesible en países de baja en ingresos, a pesar de su utilidad potencia
utilitaria. Además, estudios en animales han sugerido que la neurotoxicidad con
dosis altas y prolongadas (apoptosis neuronal) podría ser un problema, aunque
la evidencia en humanos es limitada y controvertida. Un estudio en Neurotoxicology
(2020) encontró cambios en la densidad sináptica en primates con exposiciones
prolongadas, pero un metanálisis en Journal of Clinical Psychiatry
(2022) no halló evidencia concluyente de prueba de neurotoxicidad en humanos
con la dosis demostrada con dosis humanas.
Consejos para el Consejo
Prácticos:
- Cumplir con la Regulación Cumplimiento:
Asegúrese de que la ketamina se almacene y se administre según las
normativas locales (por ejemplo, bajo llave en entornos hospitalarios).
- Educación al Paciente:
Informar a los pacientes sobre los efectos psicomiméticos para reducir la
ansiedad y mejorar la adherencia al tratamiento.
- Limitar el Uso Prolongado:
Evite limitar las infusiones a más de 5 días en el dolor crónico o PFC
para minimizar los riesgos teóricos de la neurotoxicidad.
Protocolos y Recomendaciones
- KOBI: 1-2 mg/kg IV/IO para intubación con ventilación espontánea, monitorizando saturación de oxígeno y presión arterial (AHA, 2020).
- Ketamine-Assisted Intubation (KAI): 1-2 mg/kg IV/IO con midazolam (0.05 mg/kg IV) para reducir los efectos psicomiméticos (Emergency Medicine Journal, 2020).
- RSI: 1-2 mg/kg IV/IO con succinilcolina (1-1.5 mg/kg) o rocuronio (0.6-1.2 mg/kg) en pacientes en shock (Critical Care Medicine, 2021).
- Analgesia Procedimental: 0.5-1 mg/kg IV/IO o 2-4 mg/kg IM para procedimientos cortos; 0.5-1 mg/kg intranasal en entornos sin acceso IV (Journal of Emergency Medicine, 2020).
- Dolor Crónico: Infusiones de 0.1-0.5 mg/kg/h IV para durante 4-6 horas, con evaluación de la psiquiatría (ASA, 2023).
- Depresión: 0.5 mg/kg IV para durante 40 minutos, con seguimiento semanalmente durante una semana (NEJM, 2021).
- TCCC (deployedmedicine.com): 0.2-0.5 mg/kg IV/IO o 0.5-1 mg/kg IM/ intranasal para analgesia; 1-2 mg/kg IV/IO para sedación procedimental (CoTCCC, 2025).
- TECC (ctecc.org): 0.3-0.5 mg/kg IV/IO o 0.5-1 mg/kg IM/intranasal para analgesia en el trauma civil; 1-2 mg/kg IV/IO para la extracción (TECC, 2025).
- PFC (prolongedfieldcare.org):
Infusiones de 0.1-0.3 mg/kg/h IV para analgesia/sedación prolongada; 0.5-1
mg/kg intranasal cada 4-6 horas si no hay acceso IV/IO (PFC, 2024).
Conclusión
La ketamina, la "droga maravilla", es un instrumento único que combina la seguridad, la versatilidad y la eficacia en entornos críticos. Desde su descubrimiento en 1962 hasta su uso en la aplicación moderna en protocolos como el KOBI, TCCC, TECC, PFC, la analgesia para procedimientos y las secuencias de intubación, ha demostrado ser indispensable en las emergencias, el dolor, la psiquiatría y las operaciones tácticas. Los estudios modernos recientes (2015-2025) de PubMed, Cochrane, JSTOR, ASA, AHA, ERC, NEJM, BMJ, y The Lancet confirman su valor, aunque el los efectos psicomiméticos y las restricciones del la regulación plantean oportunidades para el crecimiento desafíos. Su capacidad para salvar vidas en condiciones severas o extremas es un punto clave en la medicina moderna.
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