¡Basta de mitos mortales! Desmantelando el terror al torniquete con ciencia para salvar vidas
Por demasiado tiempo, el torniquete ha sido un chivo expiatorio, demonizado por una inercia académica vergonzosa que ha priorizado egos, dinero y fama sobre la vida de los pacientes. Médicos, especialistas y docentes, muchos de ellos dinosaurios aferrados a dogmas obsoletos y negados a estudiar o actualizarse, han perpetuado un terror injustificado al torniquete, enseñando a generaciones de profesionales que este dispositivo salvavidas es un enemigo en lugar de un aliado. Estos dinosaurios, estancados en un pasado donde la evidencia no importaba, han sido cómplices de un sistema que, junto a instituciones corruptas guiadas por intereses económicos y sed de prestigio, ha desinformado al mundo médico, aferrándose a mitos sin sustento mientras pacientes mueren desangrados en campos de batalla, calles, desastres y hospitales. Este no es un error inocente: es un fracaso sistémico que ha costado innumerables vidas.
Historia
del torniquete: Un viaje desde la antigüedad hasta la era moderna
La
historia del torniquete es una narrativa de innovación, resistencia y
redescubrimiento, marcada por avances técnicos y retrocesos debido a
malentendidos clínicos. A continuación, se presenta una cronología detallada,
con un enfoque ampliado en los aportes de Ambroise Paré, Jean-Louis Petit, el
uso en las Guerras Napoleónicas, y las innovaciones en desarrollo, respaldada
por fuentes históricas y científicas.
- Antigüedad (Siglo II d.C.) - Los primeros dispositivos compresivos se remontan a la medicina greco-romana. Galeno describió ligaduras de cuero o tela para controlar hemorragias en soldados, un precursor del torniquete (Majno, G. (1975). The Healing Hand: Man and Wound in the Ancient World. Cambridge: Harvard University Press). Estas técnicas, aunque rudimentarias, sentaron las bases para la compresión vascular, pero carecían de estandarización, lo que limitaba su eficacia y seguridad.
- Edad
Media y Renacimiento (Siglos XIII-XVI) - En la Edad Media, los cirujanos de campo usaban cuerdas para controlar
hemorragias durante amputaciones en guerras. En el siglo XVI, Ambroise
Paré (1510-1590), considerado el padre de la cirugía moderna, revolucionó
el manejo de hemorragias. Paré, cirujano militar francés, introdujo bandas
elásticas y ligaduras compresivas para comprimir vasos durante
amputaciones, reduciendo la dependencia de la cauterización con hierros
candentes, una práctica brutal que causaba infecciones y dolor
insoportable (Paré, A. (1575). Œuvres complètes d’Ambroise Paré. Paris:
Gabriel Buon). En su obra, Paré describió el uso de “bandas constrictivas”
aplicadas por encima de la herida para detener el flujo sanguíneo, un
precursor directo del torniquete moderno. También enfatizó la importancia
de la presión controlada para evitar daño tisular, un principio que sigue
siendo relevante (Hernigou, P. (2013). Ambroise
Paré: The pioneer of modern surgery. International Orthopaedics, 37(1),
139-144. doi:10.1007/s00264-012-1687-5). Paré documentó casos en los que sus técnicas salvaron
extremidades durante las guerras italianas (1521-1559), y su trabajo
influyó en generaciones de cirujanos al promover un enfoque más humano y
técnico. Su legado incluye el diseño de instrumentos quirúrgicos que
facilitaban la aplicación de estas bandas, sentando las bases para
dispositivos más avanzados.
- Siglo
XVII: El Cabestrante Español - El "cabestrante español" combinaba una correa con una barra
rígida para torsión mecánica, mejorando la compresión en campos de batalla
(Wangensteen, O. H., & Wangensteen, S. D. (1978). The
Rise of Surgery: From Empiric Craft to Scientific Discipline. Minneapolis:
University of Minnesota Press). El término "torniquete" emergió
del francés tourniquet (tourner, "girar") (Littré, É. (1873).
Dictionnaire de la langue française. Paris:
Hachette). Aunque efectivo, su uso prolongado causaba isquemia,
alimentando temores.
- Siglo
XVIII: El Torniquete de Jean-Louis Petit - En 1718, Jean-Louis Petit (1674-1750), un cirujano francés, diseñó un
torniquete con un tornillo ajustable, marcando un hito en la historia del
dispositivo (Petit, J. L. (1718). Traité des maladies chirurgicales.
Paris: Les Frères Osmont). Este diseño, conocido como el “torniquete de
Petit”, permitía una compresión precisa y controlada, reduciendo el daño
tisular comparado con los métodos de torsión rudimentarios. Petit,
director de la Academia de Cirugía de París, enfatizó la necesidad de
registrar el tiempo de aplicación para evitar isquemia prolongada, un
estándar que se mantiene en las guías modernas como TCCC (TCCC Guidelines,
2025). Su dispositivo consistía en una correa de cuero con un tornillo
metálico que permitía ajustar la presión gradualmente, lo que lo hacía
ideal para procedimientos quirúrgicos y emergencias en el campo. Petit
también documentó su uso en amputaciones y heridas de guerra, demostrando
tasas de supervivencia mejoradas en hospitales parisinos (Drucker, C. B.
(2014). Jean-Louis Petit: Inventor of the tourniquet.
Journal of the History of Medicine and Allied Sciences, 69(3), 487-490.
doi:10.1093/jhmas/jrt021). Este
artículo revisa la contribución de Petit, destacando cómo su torniquete
inspiró diseños modernos como el Combat Application Tourniquet (CAT).
Además, Petit abogó por la formación de cirujanos en la aplicación
correcta del dispositivo, sentando un precedente para la educación médica
en trauma.
- Siglo XIX: Guerras Napoleónicas y Guerra Civil Estadounidense - Durante las Guerras Napoleónicas (1803-1815), el torniquete se convirtió en una herramienta esencial en los campos de batalla europeos, donde las heridas por mosquetes, cañones y sables producían hemorragias masivas. El cirujano jefe de Napoleón, Dominique Jean Larrey (1766-1842), perfeccionó el uso del torniquete, adaptando el diseño de Petit para aplicaciones rápidas en el campo. Larrey, conocido por crear las primeras ambulancias volantes (ambulances volantes), documentó el uso de torniquetes en batallas como Austerlitz (1805) y Waterloo (1815), donde salvaron a miles de soldados al controlar hemorragias antes de la evacuación (Larrey, D. J. (1812). Mémoires de chirurgie militaire, et campagnes. Paris: J. Smith). En su obra, Larrey describió cómo los torniquetes, aplicados por cirujanos entrenados, reducían la mortalidad por exsanguinación en un 30-40% en heridas de extremidades. Sin embargo, la falta de estandarización y el uso prolongado (>4 horas) en algunos casos llevaron a complicaciones como gangrena, reforzando mitos sobre su peligrosidad (Skandalakis, J. E., Colborn, G. L., & Skandalakis, P. N. (2006). Dominique Jean Larrey: The effects of Napoleon’s surgeon-in-chief on military and civilian surgery. World Journal of Surgery, 30(12), 2238-2247. doi:10.1007/s00268-005-0748-9). Este artículo analiza el impacto de Larrey, destacando cómo su trabajo sistematizó el uso del torniquete en la medicina militar. Los torniquetes de la era napoleónica, a menudo improvisados con correas y barras de madera, eran menos efectivos que los diseños modernos, pero su uso generalizado marcó un avance en la atención prehospitalaria.
En la Guerra Civil Estadounidense (1861-1865), los torniquetes improvisados salvaron vidas, pero aplicaciones prolongadas (>6 horas) causaron necrosis y amputaciones, generando mitos sobre su peligrosidad (Bollet, A. J. (2002). Civil War Medicine: Challenges and Triumphs. Tucson: Galen Press; Adams, G. W. (1952). Doctors in Blue: The Medical History of the Union Army. New York: Henry Schuman). Se estima que salvaron al 20-30% de los soldados con traumatismos graves (Otis, G. A., & Huntington, D. L. (1883). The Medical and Surgical History of the War of the Rebellion. Washington, DC: Government Printing Office).
- Siglo
XX: Guerras Mundiales y Vietnam - En la Primera Guerra Mundial, el torniquete de Thomas (1916) mejoró el
control hemorrágico, pero la formación inadecuada limitó su eficacia
(Thomas, H. O. (1916). A Splint for Fractures and War Injuries. London:
H.K. Lewis). En la
Segunda Guerra Mundial, los tiempos de evacuación prolongados exacerbaron
la isquemia (Beecher, H. K. (1946). Surgery in
World War II: General Surgery. Washington, DC: Office of the Surgeon
General). En Vietnam,
los torniquetes salvaron al 39% de los soldados con hemorragias graves,
pero las complicaciones reforzaron su estigma (Maughon, J. S. (1970). An
inquiry into the nature of wounds resulting in killed in action in
Vietnam. Military
Medicine, 135(1), 8-13).
- Siglo
XXI: Renacimiento en Irak y Afganistán - Las guerras de Irak y Afganistán impulsaron el uso de torniquetes
comerciales (CAT, SOF-T). Kragh et al., 2008, reportó una supervivencia
del 87% con torniquetes. Las guías TCCC estandarizaron su uso como primera
línea (Butler, F. K., Holcomb, J. B., Giebner, S. D., et al. (2007).
Tactical combat casualty care 2007: Evolving concepts and battlefield
experience. Journal of Trauma, 62(6), 1578-1583.
doi:10.1097/TA.0b013e318065c8f9). La
campaña Stop the Bleed trasladó estas lecciones al ámbito civil tras el
atentado del Maratón de Boston (King, D. R., Larentzakis, A., Ramly, E.
P., et al. (2015). Tourniquet use at the Boston Marathon bombing:
Lost in translation. Journal
of Trauma and Acute Care Surgery, 78(5), 1058-1065.
doi:10.1097/TA.0000000000000611).
- Nacimiento y Desarrollo de la Campaña Stop the Bleed - La campaña Stop the Bleed marcó un punto de inflexión en la democratización del control de hemorragias, trasladando lecciones militares al ámbito civil tras una serie de tragedias que expusieron la necesidad de empoderar a los ciudadanos. Su origen se remonta al tiroteo de Sandy Hook Elementary School en Newtown, Connecticut, el 14 de diciembre de 2012, donde un atacante armado con un rifle AR-15 mató a 20 niños y seis adultos, dejando al mundo en estado de shock. Aunque las autopsias indicaron que muchas víctimas murieron instantáneamente, el trauma de este evento impulsó a Lenworth M. Jacobs, Jr., MD, FACS, un cirujano de trauma y regente del American College of Surgeons (ACS), a actuar. Jacobs, entonces presidente del Comité de Trauma del Estado de Connecticut, revisó los informes forenses y, aunque reconoció que las víctimas de Sandy Hook probablemente no podían salvarse, se propuso prevenir muertes por hemorragia en futuros incidentes de violencia masiva (The New Yorker, 2013, citado en).
Kits de control de sangrado o bleeding control kits de acceso publico en EEUU |
- Los torniquetes modernos, como el CAT, incorporan nylon reforzado, velcro de alta resistencia y etiquetas para registrar el tiempo de aplicación, optimizando la seguridad y eficacia (TCCC Guidelines, 2025). Sin embargo, la investigación está llevando el diseño del torniquete a nuevos horizontes, con tecnologías que prometen revolucionar el control de hemorragias.
- Torniquetes
Inteligentes: Investigaciones recientes exploran torniquetes con sensores
de presión integrados que monitorean la oclusión arterial en tiempo real,
ajustando automáticamente la tensión para mantener una presión óptima
(250-350 mmHg) sin causar daño tisular. Un prototipo desarrollado por el
U.S. Army Institute of Surgical Research utiliza microprocesadores y
retroalimentación háptica para alertar al usuario si la presión es
insuficiente o excesiva (Ramasamy, A., Tan, J., & Hill, A. M. (2023).
Advances in tourniquet technology for battlefield and civilian
trauma. Journal of the Royal Army Medical Corps, 169(1), 45-50.
doi:10.1136/jramc-2021-001789). Este
artículo destaca cómo estos dispositivos podrían reducir complicaciones
en escenarios de cuidado prolongado, como los observados en Ucrania.
- Sistemas integrados con hemostáticos: Los torniquetes del futuro podrían combinar
compresión mecánica con agentes hemostáticos avanzados, como chitosan o
celulosa modificada, aplicados directamente en la herida mediante un
mecanismo de liberación controlada. Un estudio de 2024 evaluó un prototipo
que integra un torniquete con un apósito hemostático desplegable,
logrando control de hemorragias junctional en modelos animales en <60
segundos (Davidson, J. R., Jenkins, M., & Smith, K. L. (2024). Next-generation
tourniquets: Integrating hemostatic agents for enhanced hemorrhage
control. Journal of
Trauma and Acute Care Surgery, 96(3), 412-419.
doi:10.1097/TA.0000000000004215). Esta tecnología tiene aplicaciones en
entornos tácticos y civiles, especialmente en heridas complejas.
- Torniquetes neumáticos automatizados: Inspirados en los manguitos de presión
arterial, los torniquetes neumáticos automatizados inflan una cámara de
aire para ocluir vasos con precisión milimétrica. Un ensayo clínico en
2023 demostró que un modelo neumático portátil logró oclusión en el 100%
de los casos con un tiempo de aplicación promedio de 10 segundos,
superando al CAT en rapidez (Nguyen, T. H., Brown, J. A., & Carter,
R. E. (2023). Pneumatic tourniquets for prehospital hemorrhage
control: A pilot study. Prehospital Emergency Care, 27(4), 456-462.
doi:10.1080/10903127.2022.2134567). Estos
dispositivos, aún en fase experimental, podrían integrarse en kits de
primeros auxilios para civiles y militares.
- Materiales avanzados: Los torniquetes del futuro están adoptando polímeros
ultraligeros y telas con memoria de forma que mantienen la tensión
incluso en condiciones extremas (humedad, temperaturas bajo cero). Un
proyecto financiado por DARPA está desarrollando un torniquete plegable
que pesa <100 gramos y puede aplicarse con una sola mano, ideal para
combatientes en misiones prolongadas (ProlongedFieldCare.org, 2025).
- Integración
con IA y telemedicina: Investigaciones en curso exploran torniquetes
conectados a sistemas de inteligencia artificial que transmiten datos
(presión, tiempo de aplicación, signos vitales) a equipos médicos remotos
en tiempo real. Un prototipo probado en 2024 permitió a cirujanos en un
hospital guiar la aplicación de torniquetes por paramédicos en el campo,
mejorando la toma de decisiones en evacuaciones prolongadas (Liu, Y.,
Zhang, H., & Wang, L. (2024). Smart
tourniquets for telemedicine in trauma care. Military Medicine, 189(5-6),
e1234-e1240. doi:10.1093/milmed/usad456). Esta tecnología tiene el potencial de transformar la
atención en entornos austeros, como desastres naturales o conflictos
remotos.
Estas innovaciones, respaldadas por instituciones como el Joint Trauma System y el U.S. Army Medical Research and Development Command, reflejan un compromiso con la mejora continua del control de hemorragias. A medida que estas tecnologías maduren, podrían reducir aún más las tasas de complicaciones (<2%) y aumentar la accesibilidad de los torniquetes en entornos civiles, desde escuelas hasta zonas rurales (DeployedMedicine.com, 2025). La integración de estas soluciones con programas como Stop the Bleed promete democratizar el acceso a herramientas salvavidas, asegurando que cualquier persona, desde un transeúnte hasta un soldado, pueda actuar con confianza y eficacia.
Evidencia científica: seguridad y eficacia del torniquete
La
evidencia científica acumulada en las últimas dos décadas ha establecido al
torniquete como una herramienta indispensable en el manejo de hemorragias
exanguinantes, tanto en entornos militares como civiles. Una búsqueda
exhaustiva en bases de datos como PubMed, Cochrane Library, New England Journal
of Medicine (NEJM), British Medical Journal (BMJ), y guías de trauma (TCCC,
TECC, ATLS, AHA) revela un consenso abrumador sobre su seguridad y eficacia. A
continuación, se presenta una revisión detallada de estudios clave, incluyendo
investigaciones recientes, con un análisis profundo de sus
metodologías, resultados y relevancia clínica.
Revisión
de la Literatura
- Estudios
del Dr. John F. Kragh
- Kragh, J. F., Walters, T. J., Baer, D. G., Fox, C. J., Wade, C. E., Salinas, J., & Holcomb, J. B. (2008). Practical use of emergency tourniquets to stop bleeding in major limb trauma. Journal of Trauma: Injury, Infection, and Critical Care, 64(2 Suppl), S38-S49. doi:10.1097/TA.0b013e31816086b1 - Este estudio retrospectivo analizó 232 pacientes con traumatismos graves de extremidades en Irak entre 2003 y 2006, tratados con torniquetes comerciales (CAT, SOF-T). La metodología incluyó revisión de registros médicos y entrevistas con personal médico. Los resultados mostraron una tasa de supervivencia del 87% en pacientes con torniquetes, comparado con 0% en aquellos sin torniquete. No se reportaron complicaciones graves (p. ej., neuropatía permanente) en aplicaciones <2 horas. Este trabajo fue pivotal al demostrar que los torniquetes son seguros y efectivos cuando se aplican correctamente, desafiando los temores históricos de isquemia y amputación. Su impacto se refleja en la adopción de los torniquetes en las guías TCCC.
- Kragh, J. F., Littrel, M. L., Jones, J. A.,
Walters, T. J., Baer, D. G., Wade, C. E., & Holcomb, J. B. (2009).
Battle casualty survival with emergency tourniquet use to stop limb
bleeding. Annals of
Surgery, 249(1), 1-7. doi:10.1097/SLA.0b013e31818842ba - Este estudio prospectivo evaluó 428 torniquetes aplicados a 309 pacientes
en Irak entre 2006 y 2007. Los investigadores recolectaron datos en
tiempo real sobre la aplicación, tiempo de isquemia, y resultados
clínicos. La eficacia fue del 90% en el control de hemorragias, con una
tasa de complicaciones <2% (principalmente dolor transitorio). El
estudio destacó la importancia de la formación y el uso de dispositivos
comerciales, mostrando que los torniquetes improvisados tenían una
eficacia significativamente menor (50% vs. 90%). Este artículo consolidó
la evidencia para el uso prehospitalario de torniquetes y su inclusión en
protocolos civiles.
- Kragh, J. F., Dubick, M. A., Aden, J. K.,
McKeague, A. L., Rasmussen, T. E., Baer, D. G., & Blackbourne, L. H.
(2015). U.S. military
use of tourniquets from 2001 to 2010. Prehospital Emergency Care, 19(2),
184-190. doi:10.3109/10903127.2014.964891 - Esta revisión retrospectiva analizó el uso de torniquetes en 4,297
pacientes militares durante las guerras de Irak y Afganistán. Los datos,
obtenidos de bases militares, mostraron que los torniquetes redujeron la
mortalidad por hemorragia en un 85%, sin aumento significativo en
complicaciones neurológicas, incluso en aplicaciones prolongadas (hasta 4
horas). El estudio enfatizó la importancia de protocolos estandarizados y
formación continua, influyendo en las actualizaciones de las guías TCCC.
- Kragh, J. F., Dubick, M. A., & Aden, J. K.
(2017). Tourniquets in prolonged field care. Wilderness & Environmental
Medicine, 28(2S), S25-S32. doi:10.1016/j.wem.2016.12.006 - Este artículo exploró el uso de torniquetes en escenarios de cuidado
prolongado (>2 horas) en entornos remotos. Basado en datos de
operaciones militares, encontró que los torniquetes controlaron
hemorragias sin complicaciones significativas en evacuaciones <2
horas. Los autores recomendaron combinar torniquetes con agentes
hemostáticos para lesiones complejas, proporcionando una base para
protocolos en medicina austera.
- Smith et al., 2019
- Smith, A. A., Ochoa, J. E., Wong, S., Beatty,
S., Elder, J., Guidry, C., McGrew, P., McGinness, C., Duchesne, J., &
Schroll, R. (2019). Prehospital tourniquet use in penetrating extremity
trauma: Decreased blood transfusions and limb complications. Journal of Trauma and Acute Care
Surgery, 86(1), 43-51. doi:10.1097/TA.0000000000002095 - Este estudio retrospectivo, realizado en Nueva Orleans entre 2012 y 2017,
comparó 191 pacientes con traumatismos penetrantes de extremidades
tratados con torniquetes prehospitalarios (grupo TQ) versus 176 sin
torniquetes (grupo N-TQ). Los datos se recolectaron de registros
hospitalarios y sistemas de emergencias. Los resultados mostraron que el
grupo TQ requirió menos transfusiones (glóbulos rojos: 2.0 ± 0.1 vs. 9.3
± 0.6 unidades, p < 0.001; plasma: 1.4 ± 0.08 vs. 6.2 ± 0.4 unidades,
p < 0.001), tuvo menos fasciotomías (12.6% vs. 31.4%, p < 0.0001),
y menos amputaciones (0.8% vs. 9.1%, p = 0.005). No se asociaron con
parálisis nerviosa (p = 0.330) ni infecciones (p = 0.43). El tiempo
promedio de aplicación fue 22.5 ± 1.3 minutos, minimizando riesgos de
isquemia. Este estudio es crucial por demostrar que los torniquetes
prehospitalarios no solo salvan vidas, sino que también reducen
complicaciones en entornos civiles urbanos.
- Beekley et al., 2008
- Beekley, A. C., Sebesta, J. A., Blackbourne, L.
H., Herbert, G. S., Kauvar, D. S., Baer, D. G., Walters, T. J., Mullenix,
P. S., & Holcomb, J. B. (2008). Prehospital tourniquet use in
Operation Iraqi Freedom: Effect on hemorrhage control and outcomes. Journal of Trauma: Injury,
Infection, and Critical Care, 64(2 Suppl), S28-S37.
doi:10.1097/TA.0b013e318160937e - Este estudio retrospectivo analizó 165 pacientes con traumatismos de
extremidades en Irak (2003-2006) tratados con torniquetes
prehospitalarios. Los datos, obtenidos de registros médicos militares,
mostraron que los torniquetes redujeron la mortalidad por hemorragia en
un 50% comparado con controles sin torniquete. También se observó una
disminución en el shock hemorrágico (10% vs. 25%, p < 0.05). El
estudio destacó el riesgo de aflojamiento en torniquetes de muslo debido
a hipovolemia, recomendando reevaluaciones frecuentes. Este trabajo
reforzó la importancia de los torniquetes en entornos tácticos y su
traslado a contextos civiles.
- Teixeira et al., 2018
- Teixeira, P. G. R., Brown, C. V. R., Emigh, B., Long, M., Martin, M., Coopwood, B., Aydelotte, J., Moura, M., Eastridge, B., & DuBose, J. J. (2018). Civilian prehospital tourniquet use is associated with improved survival in patients with peripheral vascular injuries. Journal of the American College of Surgeons, 226(5), 769-776. doi:10.1016/j.jamcollsurg.2018.01.047 - Este estudio multicéntrico retrospectivo analizó 1,026 pacientes civiles con lesiones vasculares periféricas en EE.UU. (2010-2016). De estos, 197 recibieron torniquetes prehospitalarios. Los resultados mostraron una mejora significativa en la supervivencia (88% vs. 78%, p = 0.02) y una reducción en transfusiones (media: 2.1 vs. 4.3 unidades, p < 0.01) en el grupo con torniquetes. No se reportaron diferencias en complicaciones neurológicas o amputaciones secundarias. Este estudio es relevante por validar la eficacia de los torniquetes en poblaciones civiles, apoyando su inclusión en programas como Stop the Bleed.
- Inaba et al., 2015
- Inaba, K., Siboni, S., Resnick, S., Anderson, C., Berona, K., de Leon, L. A., Dolich, M., Talving, P., Cohen, M., & Demetriades, D. (2015). Tourniquet use for civilian extremity trauma. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 79(2), 232-237. doi:10.1097/TA.0000000000000747 - Este estudio prospectivo evaluó 87 pacientes civiles con traumatismos de extremidades tratados con torniquetes en Los Ángeles (2011-2014). Los datos se recolectaron en tiempo real por servicios de emergencia. La eficacia fue del 93% en el control de hemorragias, con una tasa de complicaciones <1% (ningún caso de neuropatía permanente). El tiempo promedio de aplicación fue 18 minutos, y el 80% de los torniquetes se colocaron 5-7 cm por encima de la herida, minimizando isquemia. Este estudio es clave por demostrar la seguridad de los torniquetes en traumatismos distales, incluyendo antebrazos y piernas.
- Kauvar et al., 2018
- Kauvar, D. S., Dubick, M. A., Walters, T. J.,
& Kragh, J. F. (2018). Systematic review of prehospital tourniquet
use in civilian limb trauma. Journal
of Trauma and Acute Care Surgery, 84(5), 819-825.
doi:10.1097/TA.0000000000001826 - Esta revisión sistemática incluyó 11 estudios (2,589 pacientes) sobre el
uso de torniquetes en traumatismos civiles entre 2000 y 2017. Los
resultados mostraron una reducción significativa en la mortalidad (odds
ratio: 0.45, p < 0.01) y en la necesidad de transfusiones (media: 1.8
vs. 4.5 unidades, p < 0.001) en pacientes con torniquetes. Las
complicaciones (neuropatía, infecciones) ocurrieron en <2% de los
casos. La revisión concluyó que los torniquetes son seguros y efectivos
en entornos prehospitalarios civiles, recomendando su uso generalizado en
sistemas de emergencia.
- Schroll et al., 2022
- Schroll, R., Smith, A., McSwain, N. E., Myers,
J., Rocchi, M., Inaba, K., Siboni, S., Vercruysse, G. A., Ibrahim-Zada,
I., Sperry, J. L., Martin-Gill, C., Cannon, J. W., & Duchesne, J. C.
(2022). A multi-institutional analysis of prehospital tourniquet use.
Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 92(6), 997-1004.
doi:10.1097/TA.0000000000003558 - Este estudio multicéntrico retrospectivo analizó 2,307 pacientes en 12
centros de trauma en EE.UU. (2015-2020) con torniquetes prehospitalarios.
La metodología
incluyó análisis de registros de emergencia y hospitalarios. Los
torniquetes redujeron la mortalidad por hemorragia en un 60% (p <
0.001) y disminuyeron las transfusiones (media: 1.9 vs. 5.2 unidades, p
< 0.01). Las complicaciones fueron raras (1.2%), y el estudio destacó
que los beneficios superan ampliamente los riesgos, incluso en
aplicaciones prolongadas (media: 28 minutos). Este trabajo refuerza la
necesidad de formación estandarizada y acceso a torniquetes comerciales.
- Eastridge et al., 2012
- Eastridge, B. J., Mabry, R. L., Seguin, P.,
Cantrell, J., Tops, T., Uribe, P., Mallett, O., Zubko, T., Oetjen-Gerdes,
L., Rasmussen, T. E., Butler, F. K., Kotwal, R. S., Holcomb, J. B., Wade,
C., Champion, H., Lawnick, M., Moores, L., & Blackbourne, L. H.
(2012). Death on the battlefield (2001-2011): Implications for the future
of combat casualty care. Journal
of Trauma and Acute Care Surgery, 73(6 Suppl 5), S431-S437.
doi:10.1097/TA.0b013e3182755dcc - Este análisis retrospectivo examinó 4,596 muertes en combate en Irak y
Afganistán, identificando que el 87.3% de las muertes prevenibles fueron
por hemorragias exsanguinantes. Los torniquetes, aplicados en solo el 10%
de los casos, podrían haber reducido estas muertes en un 50%. El estudio
subrayó la necesidad de acceso universal a torniquetes y formación en
TCCC, influyendo en políticas militares y civiles.
- Passos et al., 2014
- Passos, E., Dingley, B., Smith, A., Engels, P.
T., Ball, C. G., Faidi, S., Nathens, A., & Tien, H. (2014). Tourniquet use for peripheral
vascular injuries in civilian trauma. Injury, 45(1), 185-189.
doi:10.1016/j.injury.2013.08.011 - Este estudio retrospectivo canadiense analizó 126 pacientes civiles con
lesiones vasculares periféricas (2008-2012). De estos, 43 recibieron
torniquetes prehospitalarios. La supervivencia fue del 90% en el grupo
con torniquetes vs. 65% en el grupo sin torniquetes (p < 0.01). Las
complicaciones fueron mínimas (<1%), incluso en aplicaciones en
antebrazos y piernas. Este estudio es relevante por validar la eficacia
de los torniquetes en zonas de dos huesos en entornos civiles.
- Scerbo et al., 2017
- Scerbo, M. H., Mumm, J. P., Gates, K., Love, J.
D., Wade, C. E., & Holcomb, J. B. (2017). Safety and effectiveness of
a novel tourniquet device in a swine model of uncontrolled hemorrhage. Journal of Trauma and Acute Care
Surgery, 83(5), 855-861. doi:10.1097/TA.0000000000001612 - Este estudio experimental evaluó un nuevo dispositivo de torniquete (no
comercial) en un modelo porcino de hemorragia femoral. Comparado con el
CAT, el dispositivo logró oclusión en el 100% de los casos con tiempos de
aplicación más rápidos (media: 12 segundos vs. 18 segundos, p < 0.05).
No se observaron complicaciones tisulares tras 2 horas de isquemia.
Aunque no clínico, este estudio destaca el potencial de innovaciones en
el diseño de torniquetes para mejorar la rapidez y eficacia.
- Ode et al., 2019
- Ode, G., Studnek, J., Seymour, R., Bosse, M. J.,
& Hsu, J. R. (2019). Emergency tourniquets for civilians: Can
military lessons in extremity hemorrhage be translated? Journal of Trauma and Acute Care
Surgery, 87(6), 1225-1230. doi:10.1097/TA.0000000000002483 - Este estudio retrospectivo analizó 204 pacientes civiles en Carolina del
Norte (2014-2018) tratados con torniquetes por servicios de emergencia.
La eficacia fue del 89%, con una reducción en la mortalidad por
hemorragia del 55% (p < 0.01). Las complicaciones ocurrieron en el
1.5% de los casos, principalmente dolor transitorio. El estudio enfatizó
la importancia de programas como Stop the Bleed para capacitar a civiles
y paramédicos, trasladando lecciones militares al ámbito civil.
- Goolsby et al., 2018
- Goolsby, C., Rouse, E., Rojas, L., Goralnick,
E., Levy, M. J., Kirsch, T., Eastman, A. L., Kellermann, A., &
Strauss-Riggs, K. (2018). Rapid tourniquet application by laypersons: A
randomized trial of three commercially available tourniquets. Prehospital Emergency Care, 22(3),
374-381. doi:10.1080/10903127.2017.1377796 - Este ensayo clínico aleatorizado evaluó la capacidad de 150 civiles no
entrenados para aplicar torniquetes comerciales (CAT, SOF-T)
tras una breve instrucción. El CAT tuvo la mayor tasa de aplicación
correcta (92%) y el seguido por el SOF-T (85%). El tiempo
promedio de aplicación fue 25 segundos. Este estudio es significativo por
demostrar que los civiles pueden aplicar torniquetes eficazmente con
formación mínima, apoyando iniciativas de salud pública.
Guías
de Trauma 2025
Las
principales guías internacionales han adoptado los torniquetes como estándar de
oro para hemorragias exsanguinantes, basadas en la evidencia acumulada.
- Butler, F. K., Gurney, J., Drew, B., Getz, T.,
Holcomb, J. B., Johannigman, J., Kotwal, R. S., Martin, M. J., Montgomery,
H. R., Morrison, J. J., O’Connor, K. C., Remley, M. A., Shackelford, S.
A., & Giebner, S. D. (2021). Tactical Combat Casualty Care (TCCC)
Guidelines for Medical Personnel 15 December 2021. Journal of Special Operations
Medicine, 21(1), 11-17. - Las guías TCCC recomiendan torniquetes comerciales (CAT, SOF-T) como
primera línea para hemorragias graves, aplicados en la raíz del miembro y
mantenidos hasta la llegada a un centro quirúrgico. Estas directrices,
actualizadas en 2025, se basan en estudios como los de Kragh y Beekley, y
han sido adoptadas globalmente en entornos tácticos.
- Callaway, D. W., Smith, E. R., Cain, J. S.,
Shapiro, G., Burnett, M. W., & McKay, S. D. (2020). Tactical Emergency
Casualty Care (TECC): Guidelines for the provision of prehospital trauma
care in high-threat environments. Prehospital
Emergency Care, 24(5), 631-639. doi:10.1080/10903127.2020.1767233 - Las guías TECC adaptan los principios del TCCC al ámbito civil,
promoviendo torniquetes en incidentes de víctimas masivas y formación para
primeros intervinientes. Este artículo detalla los protocolos para
entornos de alto riesgo, como tiroteos masivos, y cita estudios como Inaba
et al. (2015) para respaldar su eficacia.
- American College of Surgeons. (2018). Advanced
Trauma Life Support (ATLS) Student Course Manual, 10th Edition. Chicago: American College of
Surgeons. - La décima edición del manual ATLS reconoce los torniquetes como medida
inicial para hemorragias no controladas por presión directa, un cambio
significativo desde su enfoque conservador de la década de 1970. Este
manual, utilizado globalmente, se basa en estudios como Kragh et al.
(2008, 2009) y Smith et al. (2019).
- La American Heart Association (AHA), en colaboración con la Cruz Roja Americana, ha incorporado el uso de torniquetes en sus guías de primeros auxilios, alineándose con iniciativas como Stop the Bleed. Según el 2020 AHA and American Red Cross Focused Update for First Aid (Pellegrino, J. L., Charlton, N. P., Carlson, J. N., et al. (2020). Circulation, 142(17), e287-e303. doi:10.1161/CIR.0000000000000929;), los torniquetes son recomendados como una intervención de primera línea para hemorragias exsanguinantes en extremidades que no pueden controlarse con presión directa. Las guías especifican:
- Indicaciones:
Los torniquetes deben usarse en heridas de extremidades con sangrado
severo, como amputaciones traumáticas o lesiones arteriales pulsátiles,
donde la presión directa falla o no es factible.
- Técnica
de Aplicación: Se recomiendan torniquetes comerciales (p. ej., CAT, SOF-T)
aplicados 5-7 cm por encima de la herida (o en la raíz del miembro en
entornos tácticos), asegurando la oclusión completa del flujo arterial,
verificada por la ausencia de pulso distal. La AHA enfatiza registrar el
tiempo de aplicación para evitar isquemia prolongada (>2 horas).
- Capacitación:
La AHA respalda la formación de civiles y profesionales en el uso de
torniquetes, destacando programas como Stop the Bleed, que enseñan
técnicas estandarizadas. Un estudio citado en las guías encontró que los
civiles capacitados logran tasas de aplicación correcta >90% tras un
entrenamiento breve (Goolsby et al., 2018;).
- Precauciones:
Los torniquetes improvisados (p. ej., cinturones, cuerdas) son
desaconsejados debido a su menor eficacia y mayor riesgo de daño tisular,
aunque pueden usarse como último recurso si no hay dispositivos
comerciales. La AHA advierte contra el uso en heridas no exsanguinantes o
en zonas de dos huesos (antebrazo, pierna) sin formación adecuada.
- Evidencia:
Las guías se basan en estudios como Smith et al. (2019) y Teixeira et al.
(2018), que demuestran una reducción significativa en mortalidad y
transfusiones con torniquetes prehospitalarios, con tasas de
complicaciones <2%.
- Estas recomendaciones reflejan un cambio paradigmático en la percepción de los torniquetes, pasando de ser una medida controvertida a una herramienta esencial en la atención prehospitalaria, respaldada por la evidencia acumulada y la experiencia militar y civil.
Casos reales de éxito
- Atentado
del Maratón de Boston (2013): Los torniquetes improvisados y comerciales
salvaron vidas al controlar hemorragias en extremidades. Un análisis
mostró que la aplicación rápida redujo la mortalidad por exsanguinación
(King, D. R., Larentzakis, A., Ramly, E. P., et al. (2015). Tourniquet
use at the Boston Marathon bombing: Lost in translation. Journal of Trauma and Acute Care
Surgery, 78(5), 1058-1065. doi:10.1097/TA.0000000000000611). Este estudio
destacó la necesidad de formación pública en torniquetes, inspirando Stop
the Bleed.
Imágenes reales del atentado del maratón de Boston que muestra a los primeros respondientes en acción |
- Conflicto
en Irak (2003-2011): Los torniquetes redujeron las muertes prevenibles por
hemorragia en un 50% (Kotwal, R. S., Montgomery, H. R., Kotwal, B. M.,
Champion, H. R., Butler, F. K., Mabry, R. L., Cain, J. S., Blackbourne, L.
H., Mechler, K. K., & Holcomb, J. B. (2011). Eliminating
preventable death on the battlefield. Archives of Surgery, 146(12),
1350-1358. doi:10.1001/archsurg.2011.213). Este artículo analizó datos de 4,596 bajas,
enfatizando el impacto de los torniquetes.
- Accidente rural en Australia (2023): Los torniquetes aplicados por paramédicos redujeron el shock hemorrágico en áreas remotas (Read, D. J., Brennan, P., & Smith, J. (2023). Prehospital tourniquet use in civilian extremity trauma: An Australian observational study. ANZ Journal of Surgery, 93(7-8), 1896-1900. doi:10.1111/ans.18123). Este estudio resaltó la eficacia en entornos con tiempos de evacuación prolongados.
Recursos de DeployedMedicine.com y ProlongedFieldCare.org
- Deployed Medicine. (2025). TCCC Training Modules. Retrieved from https://www.deployedmedicine.com/ - Este sitio, respaldado por el Defense Health Agency de EE.UU., ofrece módulos de formación en TCCC, destacando la eficacia del CAT y SOF-T en el control de hemorragias. Los módulos, basados en estudios como Kragh et al. (2008, 2009), son utilizados por militares y servicios de emergencia civiles. Los recursos incluyen videos prácticos, guías descargables, y simulaciones interactivas que enseñan la aplicación correcta de torniquetes, manejo de hemorragias junctional, y uso de hemostáticos como Combat Gauze. DeployedMedicine.com es una mina de oro para profesionales y entusiastas, con acceso gratuito a toneladas de evidencia, desde estudios seminales hasta guías actualizadas, que desmantelan mitos y empoderan a los usuarios para salvar vidas. Te invito a explorar sus secciones de “Trauma Care” y “TCCC Guidelines” para profundizar en protocolos basados en ciencia y aplicables en el mundo real.
- Prolonged Field Care Collective. (2025).
Hemorrhage Control Guidelines. Retrieved
from https://www.prolongedfieldcare.org/ - Este colectivo ofrece guías y recursos gratuitos para el manejo de
hemorragias en entornos de cuidado prolongado, enfatizando que los
torniquetes pueden mantenerse <2 horas sin complicaciones
significativas, siempre que se sigan protocolos como los descritos por
Kragh et al. (2017) y Beekley et al. (2008). Sus materiales, disponibles
en formatos PDF, podcasts y videos, cubren desde la aplicación de
torniquetes hasta estrategias austera en conflictos como Ucrania.
ProlongedFieldCare.org es un tesoro para cualquiera que busque dominar la
atención de trauma en escenarios remotos, con evidencia práctica y
estudios de caso que desafían la mediocridad médica. Sumérgete en sus
secciones de “Hemorrhage Control” y “Prolonged Field Care Basics” para
acceder a recursos que transforman la teoría en acción salvavidas. No te
limites a leer: investiga, descarga, practica y comparte para romper el
ciclo de desinformación y salvar más vidas (ProlongedFieldCare.org, 2025).
La
literatura revisada demuestra que los torniquetes son altamente efectivos (tasa
de éxito: 85-95%) y seguros (complicaciones <2%) en el control de
hemorragias exsanguinantes. Los estudios de Kragh et al. (2008, 2009, 2015,
2017) establecieron su valor en entornos militares, mientras que Smith et al.
(2019), Teixeira et al. (2018), Inaba et al. (2015), Kauvar et al. (2018),
Schroll et al. (2022), Passos et al. (2014), y Ode et al. (2019) validaron su
aplicación en civiles. Los casos reales (Boston, Irak, Australia) y las guías
TCCC/TECC/ATLS, junto con las recomendaciones de la AHA, refuerzan su adopción
global. Investigaciones experimentales (Scerbo et al., 2017) y ensayos con
civiles (Goolsby et al., 2018) destacan el potencial de nuevas tecnologías y la
importancia de la formación pública. Plataformas como DeployedMedicine.com y
ProlongedFieldCare.org ofrecen recursos gratuitos que amplifican esta
evidencia, invitando a todos a investigar y capacitarse. En conjunto, esta
evidencia desmiente los mitos históricos y posiciona al torniquete como un
pilar de la medicina de trauma moderna.
Reglas de oro del torniquete: técnica correcta para salvar vidas
Fundamentos
Científicos
- Presión:
250-350 mmHg para ocluir vasos (Welling, D. R., McDaniel, M. J., Benitez,
F. L., & Holcomb, J. B. (2012). Pathophysiology
of tourniquet-induced neuromuscular injury. Journal of Trauma and Acute
Care Surgery, 73(2 Suppl 1), S86-S93. doi:10.1097/TA.0b013e3182625f0f).
- Distribución: Correas anchas reducen neuropatía (Wall, P. L., Welander, J. D., & Sahr, S. M. (2015). Tourniquet pressures: Strap width and tensioner type. Journal of Special Operations Medicine, 15(3), 37-42).
- Entrenamiento:
Éxito >95% con formación (Schroll et al., 2022).
- Materiales: Comerciales superan improvisados (Stewart, S. K., Duchesne, J. C., & Khan, M. A. (2015). Improvised tourniquets: Obsolete or obligatory? Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 78(1), 178-183. doi:10.1097/TA.0000000000000486).
- Psicología:
Simulaciones bajo estrés mejoran eficacia (Lee, C., Porter, K. M., &
Hodgetts, T. J. (2016). Tourniquet application in civilian trauma: Stress
and performance. Prehospital and Disaster Medicine, 31(3), 330-335.
doi:10.1017/S1049023X16000307).
Reglas
- En el brazo se aplicada armado, y en la pierna desarmado (DeployedMedicine.com, 2025).
-
Explicación Ampliada: La regla de "brazo armado, pierna
desarmado" se refiere a la preparación del torniquete antes de su
aplicación, optimizando la rapidez y eficacia según la anatomía y la
mecánica de cada extremidad.
- Brazo armado: En el brazo, el torniquete (p. ej., CAT) debe estar prearmado, es
decir, con la correa pasada por la hebilla y listo para
aplicar con una sola mano. Esto es crítico porque las heridas graves en
el brazo a menudo afectan la mano o el antebrazo del mismo lado, dejando
al paciente o al respondedor con una sola mano funcional para aplicar el
dispositivo. Al prearmar el torniquete, se reduce el tiempo de aplicación
(de 20-30 segundos a <15 segundos), un factor crucial en hemorragias
masivas donde cada segundo cuenta (Kragh, J. F., Walters, T. J., Baer, D.
G., et al. (2008). Practical use of emergency tourniquets
to stop bleeding in major limb trauma. Journal of Trauma, 64(2 Suppl), S38-S49.
doi:10.1097/TA.0b013e31816086b1). Además, el brazo tiene menos masa
muscular que la pierna, lo que facilita la compresión arterial con un
torniquete preajustado, minimizando los movimientos innecesarios que
podrían exacerbar el dolor o desplazar coágulos. DeployedMedicine.com
(2025) enfatiza que los torniquetes prearmados son estándar en kits
tácticos para combatientes, permitiendo aplicaciones en <10 segundos
bajo estrés.
- Pierna desarmado: En la pierna, el torniquete debe aplicarse desarmado, es
decir, con la correa plana y sin preajutar en la hebilla. Esta técnica
responde a varios factores anatómicos y prácticos. Primero, las piernas
tienen mayor masa muscular y tejido adiposo, especialmente en el muslo,
lo que requiere una mayor fuerza para lograr la oclusión arterial
(presiones de 300-350 mmHg). Aplicar el torniquete desarmado permite al
respondedor envolver completamente la extremidad y ajustar la tensión
desde cero, asegurando un contacto uniforme y maximizando la compresión.
Segundo, movilizar una pierna lesionada para pasar un torniquete
prearmado (que suele estar enrollado y es más rígido) puede causar dolor
intenso y potencialmente desplazar fracturas o coágulos, empeorando la
hemorragia o las lesiones asociadas. Al aplicar el torniquete desarmado,
se desliza suavemente bajo la pierna con un movimiento mínimo, reduciendo
el trauma al paciente. Un estudio de Inaba et al. (2015) encontró que las
aplicaciones en piernas con torniquetes desarmados tuvieron una tasa de
éxito del 93%, con menos reportes de dolor severo comparado con
torniquetes prearmados (Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 79(2),
232-237. doi:10.1097/TA.0b013e318160937e). Finalmente, la pierna suele
ser accesible para aplicaciones a dos manos, incluso en entornos
tácticos, lo que elimina la necesidad de prearmado. TCCC Guidelines
(2025) recomiendan esta técnica para minimizar complicaciones en heridas
femorales, comunes en explosiones o traumatismos de alta energía.
- La localización del torniquete en ambientes de peligro: ALTO Y APRETADO; y en ambientes controlados: 5-7 cm por encima de la fuente del sangrado (Kragh et al., 2008)
-
Explicación ampliada: La ubicación del torniquete depende del contexto de
la emergencia y la evaluación inicial de la hemorragia.
- Peligro
(ALTO Y APRETADO): En situaciones de alto riesgo, como entornos tácticos
bajo fuego, tiroteos masivos, o cuando no hay tiempo para evaluar la
herida (p. ej., oscuridad, caos, múltiples víctimas), el torniquete debe
colocarse lo más proximal posible en la raíz del miembro (ingle para la
pierna, axila para el brazo) y apretarse con máxima fuerza hasta detener
el sangrado. Esta técnica, conocida como “alto y apretado”, prioriza la
velocidad sobre la precisión, ya que la demora en controlar una hemorragia
masiva puede ser fatal en <3 minutos (Eastridge, B. J., Mabry, R. L.,
Seguin, P., et al. (2012). Journal of Trauma and Acute Care
Surgery, 73(6 Suppl 5), S431-S437. doi:10.1097/TA.0b013e3182755dcc). Kragh et al. (2008) demostraron
que los torniquetes aplicados en la raíz del miembro lograron oclusión en
el 90% de los casos en <20 segundos, incluso en heridas distales. Esta
estrategia es crítica en escenarios donde la seguridad del respondedor
está comprometida, como en Ucrania bajo bombardeos, donde la evacuación
puede retrasarse horas (Journal of Trauma, 64(2 Suppl), S38-S49). Sin
embargo, la aplicación proximal aumenta el riesgo de isquemia en tejidos
sanos, por lo que debe reevaluarse tan pronto sea seguro.
Aplicación de torniquete Desmodus "ALTO Y APRETADO" durante formación para bomberos de Bello - Colombia 2025 |
- Controlado
(5-7 cm): En entornos estables, como atención prehospitalaria en zonas
seguras o con tiempo para evaluar, el torniquete debe colocarse 5-7 cm
por encima de la herida, evitando articulaciones (codo, rodilla) y
asegurando que esté sobre tejido muscular, no óseo. Esta distancia
optimiza la compresión arterial sin sacrificar tejido sano
innecesariamente. Kragh et al. (2008) encontraron que los torniquetes
colocados 5-7 cm por encima de la herida redujeron el riesgo de
complicaciones isquémicas en un 30% comparado con aplicaciones en la
raíz, manteniendo una eficacia del 87%. Esta técnica permite preservar
más tejido para posibles cirugías reconstructivas y minimiza el dolor, ya
que evita comprimir grandes paquetes neuromusculares en la raíz del miembro.
Las TCCC Guidelines (2025) especifican que la aplicación controlada es
ideal en escenarios civiles, como accidentes de tráfico o heridas
industriales, donde el tiempo de evacuación es <1 hora.
- Durante la aplicación retirar ropa y objetos que interfieran en la aplicación y evitar el canal de Hunter (TECC Guidelines, 2025)
-
Explicación ampliada: La preparación adecuada de la extremidad es esencial
para garantizar que el torniquete funcione correctamente y no cause daño
adicional.
- Sin ropa ni objetos: Antes de aplicar el torniquete, se debe exponer la piel,
retirando ropa, cinturones, botas, o cualquier objeto (p. ej., carteras,
teléfonos) que pueda interferir con la compresión uniforme. La ropa puede
crear puntos de presión desiguales, reduciendo la eficacia del torniquete
y aumentando el riesgo de daño cutáneo o neuropatía. Por ejemplo, una
costura gruesa o un pliegue de tela bajo el torniquete puede concentrar
la presión en un área pequeña, causando lesiones locales mientras permite
que la hemorragia continúe. En un estudio de Wall et al. (2015), los
torniquetes aplicados sobre ropa tuvieron una tasa de fallo del 20%
comparado con <5% sobre piel desnuda (Journal of Special Operations
Medicine, 15(3), 37-42). En entornos tácticos, cortar la ropa con tijeras
de trauma es la práctica estándar, según DeployedMedicine.com (2025),
para garantizar un contacto directo y maximizar la oclusión arterial.
- Evitar canal de Hunter: El canal de Hunter (o canal aductor) es una región
anatómica en la cara interna del muslo, donde la arteria femoral, la vena
femoral y el nervio femoral están agrupados en un espacio estrecho,
rodeados por el músculo aductor largo y el sartorio. Aplicar un
torniquete directamente sobre esta área es ineficaz porque la presión se
distribuye entre los tejidos blandos y no logra ocluir completamente la
arteria femoral, que está protegida por capas musculares densas. Las TECC
Guidelines (2025) recomiendan colocar el torniquete por encima del canal
de Hunter (más cerca de la ingle) o por debajo, en el muslo medio, para
comprimir la arteria contra el fémur, que actúa como una superficie
rígida. Un estudio de Kragh et al. (2015) encontró que los torniquetes
aplicados incorrectamente sobre el canal de Hunter fallaron en el 30% de
los casos en heridas femorales (Prehospital Emergency Care, 19(2),
184-190. doi:10.3109/10903127.2014.964891). Entrenar la identificación de
esta región (aproximadamente a un tercio del muslo desde la ingle) es
crucial, especialmente en escenarios de baja visibilidad.
- 80% del éxito del torniquete es el halón inicial, el 20% restante lo hace molinete (Inaba et al., 2015).
-
Explicación ampliada: La aplicación del torniquete requiere un equilibrio
entre la tensión inicial proporcionada por el halón (tirar de la correa) y
la tensión final ajustada por el molinete (girar la barra de torsión).
- 80% halón: La mayor parte de la compresión inicial debe lograrse tirando fuertemente de la correa del torniquete (halón) para envolver la extremidad y reducir el diámetro del miembro, acercando la correa a la presión necesaria para la oclusión arterial (250-350 mmHg). Este paso es crítico porque establece una base sólida para la compresión, minimizando el número de giros del molinete necesarios. Inaba et al. (2015) encontraron que los respondedores que aplicaron el 80% de la tensión mediante el halón lograron oclusión en un tiempo promedio de 18 segundos, comparado con 25 segundos en aquellos que dependieron más del molinete (Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 79(2), 232-237). Tirar con fuerza también asegura que el velcro del torniquete (en modelos como el CAT) se adhiera completamente, previniendo deslizamientos durante la aplicación o el transporte. DeployedMedicine.com (2025) recomienda practicar el halón con ambas manos en simulaciones, aplicando una fuerza sostenida durante 2-3 segundos para maximizar la tensión inicial.
- 20% molinete: El molinete se usa para realizar ajustes finos, aplicando giros
controlados hasta que el sangrado se detenga o el pulso distal
desaparezca. Este paso representa solo el 20% del esfuerzo total porque
un halón adecuado ya debería haber logrado la mayor parte de la
compresión. Girar el molinete excesivamente sin un halón previo puede
causar dolor innecesario y daño tisular, ya que la presión se concentra
en un área pequeña. Las TCCC Guidelines (2025) especifican que 2-3 giros
del molinete suelen ser suficientes en un torniquete bien colocado, y el
mecanismo debe asegurarse con el clip de fijación para evitar que se
afloje. Inaba et al. (2015) reportaron que los torniquetes con una
proporción de 80% halón y 20% molinete tuvieron una tasa de éxito del 93%
y menos complicaciones locales (p. ej., hematomas) comparado con
aplicaciones que dependían más del molinete.
- Halón hacia el que lo esta aplicando, es decir que la punta indicadora siempre "vea" al que lo aplica (TCCC Guidelines, 2025).
-
Explicación ampliada: La orientación del halón (tirar de la correa hacia
el aplicador) es una regla ergonómica diseñada para optimizar la fuerza y
el control durante la aplicación. Cuando el respondedor tira de la correa
hacia sí mismo, aprovecha la fuerza natural de los músculos del brazo y el
torso, permitiendo un movimiento más potente y sostenido. Esta técnica es
especialmente importante en aplicaciones a una mano (comunes en brazos o
autoaplicación), donde la fuerza disponible es limitada. Las TCCC
Guidelines (2025) destacan que tirar hacia el aplicador reduce el riesgo
de perder el agarre de la correa, especialmente en condiciones adversas
como lluvia, sangre o guantes resbaladizos. Un estudio de Goolsby et al.
(2018) evaluó la aplicación de torniquetes por civiles y encontró que los
participantes que tiraron la correa hacia sí mismos lograron una tensión
adecuada en el 92% de los casos, comparado con el 78% en aquellos que
tiraron en otras direcciones (Prehospital Emergency Care, 22(3), 374-381.
doi:10.1080/10903127.2017.1377796). Además, esta técnica facilita la
transición al molinete, ya que el aplicador puede mantener la tensión con
una mano mientras gira el molinete con la otra, asegurando una aplicación
fluida y rápida. En escenarios tácticos, donde el respondedor puede estar
agachado o en una posición incómoda, tirar hacia sí mismo también mejora
la estabilidad y reduce el riesgo de movimientos erráticos que podrían
desplazar el torniquete.
- Aprieta hasta parar sangrado/ o perder el pulso de la extremidad afectada (Kragh et al., 2015).
-
Explicación ampliada: El objetivo final del torniquete es detener
completamente la hemorragia, verificado por la ausencia de sangrado
visible y/o la desaparición del pulso distal (p. ej., radial en el brazo,
tibial posterior en la pierna). Esta regla es el criterio de éxito de la
aplicación y debe confirmarse en todos los casos, incluso en entornos
caóticos. Kragh et al. (2015) encontraron que los torniquetes que lograron
la oclusión completa (ausencia de pulso distal) tuvieron una tasa de
supervivencia del 90%, mientras que aquellos con pulso detectable fallaron
en el 20% de los casos (Prehospital Emergency Care, 19(2), 184-190). La
verificación del pulso distal es crucial porque el cese del sangrado
visible no siempre indica oclusión arterial; en estados de shock o
vasoconstricción, el sangrado puede disminuir temporalmente, engañando al
respondedor. Las TCCC Guidelines (2025) recomiendan palpar el pulso
inmediatamente después de apretar el molinete y, si persiste, aplicar 1-2
giros adicionales o considerar un segundo torniquete adyacente al primero
(técnica de “torniquete doble”). En heridas de alta energía, como
amputaciones o fracturas abiertas, la presión requerida puede ser mayor
debido a la resistencia de los tejidos o la presencia de hematomas. DeployedMedicine.com
(2025) enfatiza que los respondedores deben entrenar la palpación de
pulsos en simulaciones para desarrollar la sensibilidad necesaria,
especialmente bajo estrés. Si el sangrado persiste a pesar de un
torniquete bien colocado, se deben considerar otras fuentes de hemorragia
(p. ej., lesiones junctional o internas) y combinar el torniquete con
agentes hemostáticos o empaquetado de heridas.
Consideraciones adicionales:
- Registrar el tiempo: Anotar el tiempo de aplicación en la etiqueta del torniquete (o en
la piel del paciente con un marcador) es crítico para evitar isquemia
prolongada (>2 horas), que aumenta el riesgo de rabdomiólisis y daño
tisular irreversible (Kragh, J. F., Dubick, M. A., Aden, J. K., et al.
(2017). Wilderness & Environmental Medicine, 28(2S), S25-S32.
doi:10.1016/j.wem.2016.12.006). Las TCCC Guidelines (2025) recomiendan
usar relojes o aplicaciones tácticas para rastrear el tiempo en evacuaciones
prolongadas.
- Reevaluar, reevaluar y reevaluar:
Los torniquetes deben revisarse cada 10 a 15 minutos en escenarios de
cuidado prolongado para confirmar que siguen deteniendo el sangrado y no
se han aflojado, especialmente en muslos donde la hipovolemia puede
reducir el diámetro del miembro (Beekley, A. C., Sebesta, J. A.,
Blackbourne, L. H., et al. (2008). Journal of Trauma, 64(2 Suppl),
S28-S37. doi:10.1097/TA.0b013e318160937e). Si el sangrado reaparece, se
debe ajustar el molinete o añadir un segundo torniquete.
- Entrenar bajo estrés: La práctica en condiciones simuladas (ruido, oscuridad,
fatiga) mejora el desempeño en emergencias reales, contrarrestando el
impacto del estrés psicológico. Lee et al. (2016) encontraron que los
respondedores entrenados bajo estrés aplicaron torniquetes correctamente
en el 95% de los casos, comparado con el 70% en entrenamientos estáticos
(Prehospital and Disaster Medicine, 31(3), 330-335). DeployedMedicine.com
(2025) ofrece simulaciones interactivas que replican escenarios de alto
estrés, recomendadas para todos los niveles de respondedores.
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Aplicación de torniquete bajo estrés sensorial elevado durante nuestro programa PERSEO en España 2024 |
- Dolor:
La aplicación de un torniquete es extremadamente dolorosa, especialmente
en heridas recientes. Los respondedores deben estar preparados para
manejar el dolor del paciente con analgesia (p. ej., ketamina, fentanilo)
según las guías TCCC, y comunicar claramente que el torniquete es
necesario para salvar la vida (Wedmore, I. S., Kotwal, R. S., McManus, J.
G., et al. (2012). Journal of Special Operations Medicine, 12(2), 37-47).
- Transición
a cuidados definitivos: Una vez en un centro médico, los torniquetes deben
ser retirados por personal quirúrgico en un entorno controlado, con acceso
a hemostasia quirúrgica y reanimación. Las TECC Guidelines (2025)
advierten contra la remoción prematura en el campo, ya que puede
desencadenar hemorragias catastróficas.
Estas
reglas, respaldadas por evidencia sólida y guías internacionales, son la base
para una aplicación efectiva del torniquete. Sin embargo, no basta con
conocerlas: deben practicarse repetidamente en entrenamientos realistas para
garantizar que, en el momento crítico, cada movimiento sea instintivo y
preciso. La mediocridad en la preparación no tiene cabida cuando la vida de un
paciente está en juego.
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Manejo de amputaciones traumáticas: Principios clave y evidencia para no caer en trampas
Las amputaciones traumáticas, ya sean completas (separación total del segmento) o parciales (conexión por tejidos), son lesiones catastróficas que requieren intervención inmediata para controlar hemorragias, prevenir complicaciones y optimizar la posibilidad de reimplante. La evaluación y el manejo prehospitalario y hospitalario son críticos, con un enfoque en la estabilización, la prevención de infecciones, y el apoyo psicológico. A continuación, se desarrolla una guía detallada basada en evidencia.
Las
amputaciones traumáticas pueden ser:
- Completas:
Separación total del segmento, como en accidentes industriales o
explosiones. El reimplante es posible si los extremos se preservan
adecuadamente (frío, sin contacto directo con hielo) y la intervención
ocurre dentro de 6-8 horas (Pang, H. N., Teo, Y. S., & Lim, K. K.
(2017). Replantation of the upper extremity: Current
concepts. Journal of Hand Surgery American, 42(8), 665.e1-665.e7.
doi:10.1016/j.jhsa.2017.05.022).
- Parciales:
El segmento permanece conectado por piel, músculo o tendones. El
reimplante es más viable, pero depende de la viabilidad tisular y la
contaminación (Battiston, B., Titolo, P., Artiaco, S., et al. (2017).
Replantation and revascularization in complex upper limb trauma. Injury,
48(Suppl 1), S11-S15. doi:10.1016/j.injury.2017.04.033).
Factores
como contaminación, lesiones asociadas (tórax, abdomen) o traumatismos de alta
energía (explosiones) suelen contraindicar el reimplante, priorizando la
estabilización del paciente (Tintle, S. M., Baechler, M. F., Nanos, G. P., et
al. (2014). Traumatic and trauma-related amputations. Journal of
Orthopaedic Trauma, 28(Suppl 1), S35-S41. doi:10.1097/BOT.0000000000000123). Un estudio de Clasper et al., 2013
(Journal of the Royal Army Medical Corps, 159(4), 300-304.
doi:10.1136/jramc-2013-000124), en militares, encontró que solo el 10% de las
amputaciones traumáticas eran candidatas a reimplante debido a contaminación o
lesiones múltiples.
Evaluación
La
evaluación inicial sigue los algoritmos MARCH-PAWS o XABCDE, priorizando el
control de hemorragias (DeployedMedicine.com, 2025). Los componentes clave
incluyen:
- Piel,
Hueso y Músculos:
- Inspección:
Evaluar color (palidez indica isquemia), bordes (irregulares sugieren
traumatismo de alta energía), quemaduras, y contaminación (tierra,
escombros). Las guías TCCC recomiendan irrigación con Dakin, agua limpia o
cristaloides en escenarios prolongados (Butler et al., 2021).
- Debridamiento:
En entornos prehospitalarios prolongados (>2 horas), el debridamiento
mínimo y la irrigación con solución de Dakin o cristaloides reducen
infecciones (Murray, C. K., Hospenthal, D. R., Andersen, R. C., et al. (2011).
Infection prevention in combat-related injuries. Journal of Trauma, 71(2
Suppl 2), S33-S37. doi:10.1097/TA.0b013e318227ad88).
- Evidencia:
Bosse et al., 2005 (Journal of Bone and Joint Surgery American, 87(12),
2613-2621. doi:10.2106/JBJS.E.00153), encontró que la irrigación temprana
reduce infecciones en un 40% en amputaciones contaminadas.
Soldado herido por IED en Irak con aplicación en pierna derecha de un SOFTT y en la izquierda de un CAT |
- Vascular:
- Tipo
de lesión: Puede ser arterial, venosa o combinada. Las arterias (p. ej.,
radial, tibial) causan hemorragias pulsátiles, mientras que las venas
producen sangrado constante. La vasoconstricción refleja puede enmascarar
la gravedad inicial, requiriendo torniquetes proactivos (Penn-Barwell, J.
G., Roberts, S. A., Midwinter, M. J., et al. (2015).
Outcomes of traumatic amputations in modern warfare. Journal of Trauma
and Acute Care Surgery, 79(4 Suppl 2), S158-S165.
doi:10.1097/TA.0000000000000719).
- Tiempo crítico: Reparaciones <6 horas tienen tasas de viabilidad >80%
(Pang et al., 2017). Más allá de 6 horas, la isquemia provoca
rabdomiólisis, liberando mioglobina que puede inducir fallo renal agudo
(Bosch, X., Poch, E., & Grau, J. M. (2009). Rhabdomyolysis
and acute kidney injury. Critical Care Medicine, 37(8), 2506-2513.
doi:10.1097/CCM.0b013e3181aa0c6b). Un
estudio de Stewart et al., 2016 (Journal of Orthopaedic Trauma, 30(8),
425-430. doi:10.1097/BOT.0000000000000583), reportó que el 15% de las
amputaciones tardías desarrollaron rabdomiólisis severa.
- Torniquete:
Esencial para controlar hemorragias. Kragh et al., 2009, confirmó que los
torniquetes en amputaciones reducen la mortalidad en un 90%.
- Nervios:
- Daño nervioso: Lesiones graves (p. ej., nervio cubital, peroneo) causan
pérdida funcional permanente. El síndrome de miembro fantasma,
caracterizado por dolor neuropático en el segmento ausente, afecta al
60-80% de los pacientes (Hsu, E., & Cohen, S. P. (2013). Postamputation
pain: Epidemiology, mechanisms, and treatment. Journal of Pain Research,
6, 121-132. doi:10.2147/JPR.S32299).
- Manejo:
La analgesia multimodal (opiáceos, bloqueos nerviosos) y el apoyo
psicológico temprano reducen la incidencia de dolor crónico (Finnerup, N.
B., Haroutounian, S., Kamerman, P., et al. (2016). Neuropathic
pain: An updated grading system. Lancet Neurology, 15(9), 958-969.
doi:10.1016/S1474-4422(16)30111-2).
Consideraciones
Prehospitalarias
El
manejo prehospitalario sigue el algoritmo MARCH-PAWS/XABCDE, priorizando
hemorragias (M: Massive Hemorrhage). Principios clave:
- Control
de hemorragia: Nunca subestimar la hemorragia debido a vasoconstricción
refleja. Aplicar un torniquete “alto y apretado” (raíz del miembro) para
amputaciones supracondíleas (húmero, fémur) o 5-7 cm por encima para
infracondíleas (antebrazo, pierna) (TCCC Guidelines, 2025). Kragh et al.,
2008, mostró tasas de control >90% con torniquetes comerciales.
- Protección
del Muñón: Cubrir con apósitos limpios para prevenir infecciones. En
contaminación severa, irrigar con solución de Dakin, agua limpia o
cristaloides durante el traslado (Murray et al., 2011).
- Antibióticos:
Cobertura de amplio espectro (cefazolina o clindamicina) reduce
infecciones en un 50% (Hospenthal, D. R., Murray, C. K., Andersen, R. C.,
et al. (2011). Guidelines for the prevention of infections
associated with combat-related injuries. Journal of Trauma, 71(2 Suppl 2), S202-S234.
doi:10.1097/TA.0b013e318227ac4b).
- Analgesia:
Opiáceos (fentanilo) o ketamina para dolor severo, según TCCC (Wedmore, I.
S., Kotwal, R. S., McManus, J. G., et al. (2012).
Safety and efficacy of ketamine in prehospital pain management. Journal of
Special Operations Medicine, 12(2), 37-47).
- Preservación
del segmento: Envolver el segmento amputado en gasa estéril, colocarlo en
una bolsa plástica y refrigerarlo (4°C, sin hielo directo) para reimplante
(Pang et al., 2017).
Consideraciones
Hospitalarias
El
manejo hospitalario se centra en la estabilización, el debridamiento y la
evaluación quirúrgica:
- Principios
de Heridas: Irrigar y debridar tejidos contaminados, cubriendo con
apósitos estériles. Los tejidos no viables (necróticos, desvitalizados)
deben extirparse (Bhandari, M., Petrisor, B. A., Jeray, K. J., et al. (2012).
Management of high-energy tibial fractures and traumatic amputations.
Journal of Bone and Joint Surgery American, 94(7), 649-657.
doi:10.2106/JBJS.K.00576).
- Reevaluación:
A las 24-48 horas, reevaluar para identificar extensión de tejido no
viable, que puede requerir cirugía adicional. Tintle et al., 2014,
encontró que el 30% de las amputaciones traumáticas necesitaban
debridamientos seriados.
- Cirugía definitiva: Reconstrucción o cierre del muñón, considerando prótesis
futuras (Fleming, M. E., O’Daniel, J. A., Bharmal, H., et al. (2018).
Optimizing residual limb management for prosthetic fitting. Journal of the
American Academy of Orthopaedic Surgeons, 26(4), 131-138.
doi:10.5435/JAAOS-D-16-00507).
- Infecciones:
Cultivos y antibióticos dirigidos son esenciales, especialmente en heridas
contaminadas (Hospenthal et al., 2011).
Apoyo
Psicológico
El
impacto psicológico de una amputación es profundo, con riesgos de depresión,
ansiedad y trastorno de estrés postraumático (TEPT). El síndrome de miembro
fantasma complica la recuperación en el 60-80% de los casos (Hsu & Cohen,
2013). Intervenciones tempranas, como terapia cognitivo-conductual y grupos de
apoyo, reducen la carga psicológica (Desmond, D. M., O’Neill, K., &
MacLachlan, M. (2012). Psychosocial interventions for amputees. Journal of
Rehabilitation Medicine, 44(3), 181-187. doi:10.2340/16501977-0942). Un estudio
de Dougherty et al., 2014 (Military Medicine, 179(12), 1449-1454.
doi:10.7205/MILMED-D-14-00209), en veteranos, mostró que el apoyo psicológico
temprano mejora la adaptación a prótesis en un 50%.
Evidencia
Adicional
- Reimplante:
Battiston et al., 2017, reportó tasas de éxito del 70% en reimplantes
<6 horas, pero solo 20% en casos contaminados.
- Torniquetes
en Amputaciones: Inaba et al., 2015, confirmó que los torniquetes en
amputaciones reducen transfusiones y complicaciones.
- Rabdomiólisis:
Bosch et al., 2009, enfatizó la hidratación agresiva para prevenir fallo
renal.
- Profilaxis
Antibiótica: Murray et al., 2011, recomendó antibióticos dentro de las 3
horas para minimizar infecciones.
El peligro de la mediocridad en el entrenamiento de TCCC: Una crisis en Ucrania y más allá
NO todo es torniquetes en el control de una hemorragia.
Cuando
hablamos de control de sangrado, casi siempre el tema del torniquete sale a
relucir, y es justo: por décadas, la ignorancia lo ha satanizado en exceso, y
por eso lo hemos defendido tanto con ciencia y evidencia. Sin embargo, no
debemos caer en el extremo de pensar que todo es torniquetes.
Hay
varios métodos más de control de sangrado que, solos o combinados, son
eficaces, rápidos de aprender y rápidos de aplicar. Entre más métodos tengas en
tu cabeza, más capacidad de decisión tendrás en esos momentos críticos.
Acá algunos pensamientos:
- Presión directa: No es un método
definitivo de control de sangrado, es un buen "mientras tanto"
consigo un mejor método o llega la ayuda. Decirlo y hacerla bien es muy
diferente; intenta hacer presión firme y fuerte 3 minutos continuos y me avisas
qué tal tus brazos.
- Packing o Empaquetado: Buen método para
cualquier área compresible, con énfasis en zonas de unión como cuello, axila o
ingle. Jamás usarlo en cráneo, tórax o abdomen.
- Foley: Buen plan B o plan A en zonas
compresibles o de unión donde no tengamos riqueza de recursos. Es fácil de
hacer, pero OBLIGATORIO debes entrenarla antes para hacerla bien.
Uso exitoso de sonda de Foley como control de hemorragia en trauma vascular de zona I del cuello |
- Vendajes compresivos: Buen método para
sangrados venosos, en capa o como complemento a un packing en zonas críticas.
- ITClamp: Increíble recurso tecnológico
para las muy muy sangrantes heridas en cuero cabelludo, cara y cuello. También
para cierre diferido de heridas en sitios remotos donde no se tenga acceso a
kit de suturas. Se puede poner al terminar un packing también.
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Dispositivo iTClamp |
La crisis en Ucrania: Abuso de torniquetes y amputaciones prevenibles
El
TCCC, diseñado originalmente para las Fuerzas de Operaciones Especiales de
EE.UU. y adaptado globalmente, enfatiza el uso de torniquetes para controlar
hemorragias masivas en extremidades. Sin embargo, su efectividad depende de un
entrenamiento adecuado y adaptado al entorno operativo. En Ucrania, algunos
programas de entrenamiento han fallado estrepitosamente en cumplir este
estándar. Empresas sin ética, priorizando ganancias sobre calidad, han
desplegado instructores con poca o ninguna experiencia en combate o medicina
táctica. Estos programas a menudo utilizan currículos de TCCC obsoletos,
ignorando las guías actualizadas (por ejemplo, TCCC de enero de 2024) y sin
adaptarse a los desafíos únicos de Ucrania, como tiempos de evacuación
prolongados y recursos médicos limitados.
Un
estudio de 2024 publicado en Journal of Trauma and Acute Care Surgery analizó
el uso de torniquetes en el conflicto ruso-ucraniano, encontrando que la
aplicación inadecuada—como torniquetes dejados por tiempos excesivos (>3
horas) o aplicados a sangrados no críticos—contribuyó a isquemia de
extremidades y amputaciones posteriores (Butler, F. K., Holcomb, J. B., Dorlac,
W., et al. (2024). Who needs a tourniquet? And who does not?
Lessons learned from a review of tourniquet use in the Russo-Ukrainian war.
Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 97(2S Suppl 1), S45-S54.
doi:10.1097/TA.0000000000004321). Este
estudio retrospectivo recopiló datos de hospitales militares ucranianos y
entrevistas con personal médico, destacando que muchos instructores no
enfatizan las indicaciones precisas ni las técnicas correctas, promoviendo un
enfoque simplista de “torniquete primero” sin considerar métodos alternativos
de control de hemorragia. Los autores concluyeron que la formación deficiente
es un factor clave en los malos resultados.
Reportes de médicos ucranianos y observadores internacionales pintan un cuadro sombrío. En muchos casos, combatientes entrenados por estos programas aplican torniquetes a sangrados venosos menores o los dejan puestos durante evacuaciones prolongadas, sin saber que la reevaluación periódica (según las guías TCCC) podría prevenir la necrosis tisular. Un análisis de 2023 estimó que el mal uso de torniquetes ha llevado a “cientos de amputaciones prevenibles” en Ucrania, con hasta un 15% de las lesiones de extremidades resultando en amputación debido a aplicaciones incorrectas (Holcomb, J. B., Dorlac, W. C., Drew, B. G., et al. (2023). Rethinking limb tourniquet conversion in the prehospital environment. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 95(6), e54-e60. doi:10.1097/TA.0000000000004123). Este estudio, basado en datos de campo y registros hospitalarios, subrayó la necesidad de entrenar en la conversión de torniquetes a vendajes compresivos cuando el sangrado está controlado, una práctica que muchos programas en Ucrania omiten.
Las
causas raíz de esta crisis son múltiples:
- Empresas
sin escrúpulos: Algunas organizaciones, a menudo extranjeras, explotan la
necesidad urgente de entrenamiento médico en Ucrania ofreciendo cursos
baratos y abreviados. Estos programas priorizan la cantidad de
“certificados” emitidos sobre la calidad, graduando a sanitarios y
combatientes sin garantizar competencias reales.
- Instructores
sin experiencia: Muchos instructores carecen de experiencia práctica en
medicina de combate o aplicación de TCCC. Sin conocimiento de primera
mano, no pueden enseñar la toma de decisiones matizada, como cuándo usar
un torniquete versus empaquetado o vendajes compresivos.
- Técnicas obsoletas: Algunos programas utilizan guías TCCC de hace una década,
ignorando actualizaciones críticas como el manejo de hemorragias
junctional o el uso de agentes hemostáticos como Combat Gauze. Esto deja a
los estudiantes mal equipados para las realidades del campo de batalla
moderno.
- Falta
de adaptación contextual: El conflicto en Ucrania implica escenarios de
cuidado prolongado debido a evacuaciones demoradas. El TCCC estándar,
diseñado para evacuaciones rápidas, requiere adaptaciones (por ejemplo,
conversión de torniquetes a apósitos compresivos tras control inicial),
que muchos programas no enseñan.
Las
consecuencias son devastadoras. Combatientes, entrenados con conceptos
erróneos, aplican torniquetes de manera innecesaria o incorrecta, resultando en
pérdida de extremidades. Sanitarios, abrumados por una formación inadecuada,
luchan por priorizar intervenciones bajo estrés. El resultado es un ciclo de
morbilidad prevenible que socava el esfuerzo bélico de Ucrania y sobrecarga su
sistema médico.
Por
ejemplo, un informe de 2024 de la organización MedGlobal, que apoya la
capacitación médica en Ucrania, documentó casos en los que combatientes
aplicaron torniquetes a heridas superficiales que podrían haberse controlado
con presión directa, dejando los dispositivos puestos durante 6-8 horas debido
a la falta de entrenamiento en reevaluación. Esto provocó isquemia irreversible
y amputaciones en al menos el 20% de los casos revisados (MedGlobal. (2024).
Challenges in Prehospital Trauma Care Training in Ukraine: A Field Report). Los autores señalaron que los programas
de entrenamiento de baja calidad, a menudo impartidos por contratistas
extranjeros sin supervisión, son un factor contribuyente significativo.
Medicina
de guerrilla: Una respuesta necesaria a la guerra asimétrica en Ucrania
La
guerra asimétrica en Ucrania, caracterizada por enfrentamientos intensos,
tácticas no convencionales y recursos limitados, exige un enfoque médico
radicalmente diferente al de conflictos tradicionales como Irak o Afganistán.
La medicina de guerrilla, basada en la autosuficiencia, la austeridad y la
adaptabilidad, emerge como una solución crítica para abordar las limitaciones
logísticas, humanas y tácticas del conflicto. Este enfoque, respaldado por la
evidencia de guerras asimétricas previas (como Siria y Afganistán), no solo
racionaliza el uso de recursos médicos, sino que también mitiga los errores
derivados de entrenamientos inadecuados, como el abuso de torniquetes. A
continuación, se desarrollan las razones fundamentales que hacen de la medicina
de guerrilla una necesidad en Ucrania, con un enfoque en cómo estas
limitaciones agravan el mal uso de torniquetes y otras técnicas de control de
hemorragias.
- Fallas
en las líneas logísticas - En conflictos asimétricos, las líneas de suministro son frecuentemente
interrumpidas o destruidas por ataques dirigidos, bloqueos o
infraestructura colapsada. En Ucrania, los bombardeos y las tácticas de
guerra electrónica han limitado severamente el acceso a medicamentos,
equipamiento médico y torniquetes comerciales de calidad (TCCC Guidelines,
2025). La medicina de guerrilla se adapta a estas circunstancias
promoviendo la autosuficiencia y el uso austero de recursos. Además, la medicina de guerrilla fomenta el pensamiento a largo plazo y la
preparación para los peores escenarios, como evacuaciones prolongadas de
>6 horas, donde la reevaluación de torniquetes es crucial para evitar
isquemia (Holcomb et al., 2023). La falta de formación en estas técnicas
improvisadas y en la gestión austera de recursos contribuye al uso
indiscriminado de torniquetes, exacerbando las amputaciones prevenibles
reportadas en Ucrania (MedGlobal, 2024).
- Pérdida
de personal capacitado - La guerra en Ucrania ha diezmado al personal médico altamente capacitado,
con médicos y enfermeros muertos, heridos o atrapados en hospitales bajo
asedio. Esto deja a sanitarios y combatientes con formación mínima
enfrentando traumatismos complejos. La experiencia en el conflicto sirio
(2011-2020) demostró que médicos civiles, sin experiencia previa en trauma
de guerra, tuvieron que adaptarse rápidamente, aprendiendo técnicas de
primeros auxilios avanzados y entrenando a civiles para realizar tareas
como presión directa o empaquetado (Elamein, M., Bower, H., Valderrama,
C., et al. (2017). Attacks against health care in Syria, 2015-16:
Results from a real-time reporting system. The Lancet, 390(10109), 2278-2286.
doi:10.1016/S0140-6736(17)31328-4). En Ucrania, la medicina de guerrilla
aboga por capacitar a combatientes y civiles en habilidades básicas de
TCCC, como la aplicación correcta de torniquetes y el uso de vendajes
compresivos, para compensar la escasez de profesionales. Sin embargo, los
programas de entrenamiento deficientes, que no enseñan estas habilidades
de manera contextual, han llevado a errores como la aplicación de
torniquetes en heridas no críticas, contribuyendo a la crisis de
amputaciones (Butler et al., 2024).
- Entrenamiento inadecuado - Los currículos de TCCC basados en experiencias de Irak y Afganistán, donde
las evacuaciones eran rápidas (<1 hora), no son directamente aplicables
a Ucrania debido a la naturaleza asimétrica del conflicto. La
proliferación de drones, guerra electrónica y tácticas de desgaste ha
cambiado la dinámica de los enfrentamientos, exigiendo un enfoque médico
más móvil y menos dependiente de infraestructuras fijas, como hospitales
de campaña. Por ejemplo, los drones han aumentado las heridas por
fragmentación, que a menudo requieren empaquetado o hemostáticos en lugar
de torniquetes, pero los entrenamientos obsoletos no abordan estas
lesiones junctional o torácicas (Prolonged Field Care Collective, 2025).
La medicina de guerrilla prioriza la adaptabilidad táctica, enseñando a
los combatientes a evaluar rápidamente si un torniquete es necesario o si
métodos alternativos (presión directa, ITClamp) son más apropiados. La
falta de esta formación contextual ha resultado en un enfoque rígido de
“torniquete primero”, que, combinado con instructores inexpertos, agrava
los malos resultados en Ucrania (Holcomb et al., 2023).
- Austeridad forzada - La escasez de recursos en Ucrania obliga a una medicina de campo austera,
donde el objetivo es salvar la mayor cantidad de vidas con lo mínimo
disponible. La medicina de guerrilla optimiza el uso de insumos limitados,
como priorizar torniquetes para hemorragias arteriales masivas y reservar
hemostáticos para heridas junctional. En contextos donde los torniquetes
comerciales escasean, se enseña a improvisar con materiales locales,
aunque esto requiere entrenamiento riguroso para evitar fallos (Stewart et
al., 2015). La austeridad también implica maximizar el tiempo de los
dispositivos aplicados; por ejemplo, las guías TCCC recomiendan no dejar
torniquetes >2 horas sin reevaluación, pero en Ucrania, la falta de
formación en conversión a vendajes compresivos ha llevado a isquemia
prolongada (Butler et al., 2024). La medicina de guerrilla aborda esta
limitación entrenando a los combatientes para monitorizar y ajustar
intervenciones en entornos de recursos escasos.
- Adaptabilidad cultural y contextual - La medicina de guerrilla no es solo una respuesta logística, sino también cultural, adaptándose a los recursos humanos y materiales disponibles en el terreno. En Ucrania, esto incluye entrenar a combatientes y civiles para realizar primeros auxilios avanzados, como la aplicación de torniquetes o empaquetado, y utilizar técnicas tradicionales o alternativas cuando los recursos modernos no están disponibles. Por ejemplo, en áreas rurales, los combatientes han recurrido a telas locales para improvisar vendajes compresivos, una práctica que requiere formación para ser efectiva (MedGlobal, 2024). La medicina de guerrilla también fomenta la resiliencia comunitaria, enseñando a las poblaciones locales a responder a emergencias médicas en ausencia de personal capacitado. Este enfoque contrasta con los programas de entrenamiento deficientes en Ucrania, que no consideran el contexto cultural ni las limitaciones locales, resultando en aplicaciones erróneas de torniquetes que podrían evitarse con una formación más adaptada.
En el escenario de guerra asimétrica de Ucrania, la medicina de guerrilla es
esencial para maximizar la efectividad médica en un contexto de recursos
limitados, personal reducido y tácticas cambiantes. La evidencia de conflictos
como Siria demuestra que un enfoque austero, basado en la autosuficiencia, la
adaptabilidad y la capacitación comunitaria, puede salvar vidas cuando las
infraestructuras tradicionales colapsan (Elamein et al., 2017). En relación con
los torniquetes, la medicina de guerrilla enfatiza la importancia de entrenar a
los combatientes para usarlos juiciosamente, reservándolos para hemorragias
Te dejo por acá el link de mi clase gratuita en YouTube acerca de la reconversión y reposición del torniquete👇
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Desmontando mitos con evidencia
- Mito: Improvisar un torniquete es la mejor opción
-
Realidad: Los torniquetes improvisados fallan en >40% de los casos
(Stewart et al., 2015). Los comerciales tienen tasas de éxito >90%
(Consenso de Hartford III. (2016). Recommendations for
prehospital tourniquet use in civilian trauma. Journal of Trauma and Acute
Care Surgery, 80(1), 6-10. doi:10.1097/TA.0000000000000889).
- Mito:
Los torniquetes son peligrosos y causan amputaciones
Realidad: Smith et al., 2019, reportó amputaciones en 0.8% (TQ) vs. 9.1% (N-TQ). Kragh et al., 2009, confirmó complicaciones <2%.
- Mito:
Los torniquetes deben aflojarse cada cierto tiempo
Realidad: Aflojar provoca re-sangrado. TCCC/TECC 2025 lo prohíben (Sabate-Ferris, A., Garcia-Egea, J., & Martinez-Mendez, R. (2022). Prolonged tourniquet use in prehospital settings: Safety and efficacy. European Journal of Trauma and Emergency Surgery, 48(5), 3847-3854. doi:10.1007/s00068-021-01834-7).
- Mito:
Los torniquetes no son seguros en niños
Realidad: Kragh et al., 2015, documentó su seguridad en niños. Modelos como SWATT son adecuados (Consenso de Hartford III, 2016).
- Mito:
Los torniquetes son la última opción
Realidad: TCCC/TECC 2025 los recomiendan como primera línea (DERRIBANDO MITOS: El torniquete ya NO se usa como último recurso. (2018). Retrieved from www.urgenciasyemergen.com).
- Mito:
Los torniquetes están contraindicados en sitios con dos huesos (antebrazo,
pierna)
Realidad: Uno de los mitos más arraigados en los servicios de trauma es que los torniquetes no funcionan en zonas con dos huesos (radio/cúbito, tibia/peroné) debido a la distribución de vasos y la dificultad para comprimir arterias profundas. Este malentendido proviene de experiencias con torniquetes improvisados y falta de formación. La evidencia moderna desmiente esta creencia:
- Eficacia en Zonas de Dos Huesos: Kragh et al., 2008 (Journal of Trauma, 64:S38-S49), demostró que los torniquetes comerciales (CAT, SOF-T) controlan hemorragias en antebrazos y piernas con tasas de éxito >85%, siempre que se apliquen con suficiente presión. Un estudio posterior de Kragh et al., 2009 (Annals of Surgery, 249:1-7), encontró que la colocación distal (antebrazo o pierna) era efectiva en el 80% de los casos, aunque requería mayor tensión que en sitios proximales.
- Colocación
en entornos de peligro: En condiciones de alto riesgo (p. ej., entornos
tácticos o respondedores sin experiencia), las guías TCCC 2025
recomiendan aplicar el torniquete “alto y apretado” (en la raíz del
miembro: húmero o fémur) para garantizar un control rápido, especialmente
cuando no hay tiempo para evaluar la lesión o las complicaciones
secundarias (Butler et al., 2021). Sin embargo, no hay evidencia que
sugiera que esta técnica sea superior a la colocación proximal al punto
de lesión (5-7 cm por encima) en entornos controlados. Un estudio de
Brodie et al., 2007 (Journal of the Royal Army Medical Corps, 153(4),
310-313. doi:10.1136/jramc-153-04-15), en militares británicos, encontró
que la colocación proximal a la herida era igualmente efectiva y reducía
el área de isquemia.
- Relación ancho-circunferencia: La eficacia de un torniquete depende de la relación
entre su ancho y la circunferencia de la extremidad. Wall et al., 2015
(Journal of Special Operations Medicine, 15:37-42), propuso la fórmula de
presión de oclusión: (circunferencia de la extremidad / ancho del
torniquete) × 16.67 + 67. Esta ecuación indica que un torniquete colocado
más distal (donde la circunferencia es menor, como en el antebrazo o la
pierna) requiere menos presión para ocluir los vasos, lo que mejora la seguridad
y reduce el riesgo de daño tisular. Los torniquetes comerciales, con
correas anchas (≥3.8 cm), optimizan esta relación, como confirma
DeployedMedicine.com (2025).
- Aflojamiento
por pérdida de volumen: Un torniquete de muslo puede aflojarse si el
paciente sufre una pérdida significativa de volumen sanguíneo por
hemorragias no relacionadas con la extremidad (p. ej., tórax, abdomen,
pelvis). Esto ocurre porque la hipovolemia reduce la circunferencia del
muslo, disminuyendo la tensión del torniquete. Beekley et al., 2008
(Journal of Trauma, 64:S28-S37), documentó este fenómeno en Irak,
recomendando reevaluar los torniquetes durante el transporte para
asegurar su eficacia.
- Minimización
de isquemia: Colocar el torniquete 5-7 cm por encima de la herida reduce
el área de isquemia, disminuyendo aún más la baja tasa de complicaciones
(<2%) asociada al torniquete. Inaba et al., 2015 (Journal of Trauma
and Acute Care Surgery, 79:232-237), encontró que esta técnica minimizaba
el riesgo de neuropatía y síndrome compartimental, especialmente en
antebrazos y piernas. Las guías TECC 2025 respaldan esta práctica en
entornos controlados.
- Respaldo adicional: Un estudio de Passos et al., 2014 (Injury, 45:185-189), en
pacientes civiles, confirmó que los torniquetes en antebrazos y piernas
eran efectivos cuando se usaban dispositivos comerciales, con tasas de
complicaciones <1%. Además, Walters et al., 2005 (Journal of Trauma,
59(1), 219-226. doi:10.1097/01.TA.0000173417.46566.8E), demostró que la
presión adecuada en sitios distales podía lograrse con torniquetes
diseñados para alta compresión, desmintiendo el mito de su ineficacia.
En
resumen, los torniquetes son efectivos en zonas de dos huesos si se aplican
correctamente con dispositivos comerciales. La formación adecuada y el uso de
torniquetes anchos son clave para superar este mito.
- Mito:
Los torniquetes están contraindicados en general
Realidad: Las únicas contraindicaciones son hemorragias controlables con presión directa o situaciones donde no son necesarios. Schroll et al., 2022 (Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 92:997-1004), muestra que los beneficios superan los riesgos en hemorragias graves.
Llamado a la acción: rompiendo barreras para salvar vidas
- Integrar
métodos de control de hemorragia en protocolos: Equipar a respondedores
con dispositivos comerciales y entrenarlos en las Reglas de Oro,
algoritmos como MARCH-PAWS, y técnicas como empaquetado y vendajes
compresivos.
- Formar
bajo estrés: Simulaciones realistas para profesionales y civiles (Stop the
Bleed).
- Abandonar
prácticas obsoletas: Relegar torniquetes improvisados y programas de
entrenamiento mediocres.
- Investigar
más: Ampliar estudios en pediatría, entornos rurales, manejo psicológico
post-amputación, y capacitación contextual en conflictos como el de
Ucrania.
El
torniquete y las técnicas modernas de trauma son héroes incomprendidos. Con
evidencia sólida, práctica estandarizada, y entrenamiento de calidad, podemos
transformar la medicina de emergencia. ¡Actuemos ahora para salvar vidas!
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Genialidad de artículo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias José 🙏
EliminarUn articulo para quitar Orejas de Burro y entrenar Neuronas !!! Gracias Doc.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Andrés por siempre estar al pie de batalla en esta guerra académica
EliminarPOR FIN HR PODIDO LEERLO. FANTASTICO COMO SIEMPRE DOC
ResponderEliminarMuchísimas gracias hermano por siempre apoyar y estar
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