¡Basta de mitos mortales! Desmantelando el terror al torniquete con ciencia para salvar vidas

Por demasiado tiempo, el torniquete ha sido un chivo expiatorio, demonizado por una inercia académica vergonzosa que ha priorizado egos, dinero y fama sobre la vida de los pacientes. Médicos, especialistas y docentes, muchos de ellos dinosaurios aferrados a dogmas obsoletos y negados a estudiar o actualizarse, han perpetuado un terror injustificado al torniquete, enseñando a generaciones de profesionales que este dispositivo salvavidas es un enemigo en lugar de un aliado. Estos dinosaurios, estancados en un pasado donde la evidencia no importaba, han sido cómplices de un sistema que, junto a instituciones corruptas guiadas por intereses económicos y sed de prestigio, ha desinformado al mundo médico, aferrándose a mitos sin sustento mientras pacientes mueren desangrados en campos de batalla, calles, desastres y hospitales. Este no es un error inocente: es un fracaso sistémico que ha costado innumerables vidas.



En este blog, basado en la medicina basada en evidencia (MBE), declaramos la guerra a esta desinformación y a la mentalidad retrógrada de los dinosaurios que se resisten al cambio. Con ciencia sólida, datos irrefutables, estudios, revisiones y guías internacionales como Tactical Combat Casualty Care (TCCC), Tactical Emergency Casualty Care (TECC) y Advanced Trauma Life Support (ATLS), destruiremos los mitos que han satanizado al torniquete. No se trata de nosotros, de quién tiene la razón o de debates estériles en aulas polvorientas. Se trata de los pacientes—nuestros hermanos, hijos, amigos—que merecen lo mejor.

Este artículo es un manifiesto: una revisión exhaustiva de la historia del torniquete, su evolución técnica, evidencia científica, técnicas de aplicación, manejo de amputaciones, la crisis de entrenamiento en Ucrania, y un desmantelamiento feroz de los mitos que han paralizado la medicina de trauma. ¡Basta de mediocridad! Es hora de actuar, de capacitar, de salvar vidas con la verdad que la ciencia nos ha dado. Porque cada segundo cuenta, y cada paciente merece que luchemos por ellos, dejando atrás a los dinosaurios que prefieren la extinción antes que la evolución.

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Historia del torniquete: Un viaje desde la antigüedad hasta la era moderna

La historia del torniquete es una narrativa de innovación, resistencia y redescubrimiento, marcada por avances técnicos y retrocesos debido a malentendidos clínicos. A continuación, se presenta una cronología detallada, con un enfoque ampliado en los aportes de Ambroise Paré, Jean-Louis Petit, el uso en las Guerras Napoleónicas, y las innovaciones en desarrollo, respaldada por fuentes históricas y científicas.

  • Antigüedad (Siglo II d.C.) - Los primeros dispositivos compresivos se remontan a la medicina greco-romana. Galeno describió ligaduras de cuero o tela para controlar hemorragias en soldados, un precursor del torniquete (Majno, G. (1975). The Healing Hand: Man and Wound in the Ancient World. Cambridge: Harvard University Press). Estas técnicas, aunque rudimentarias, sentaron las bases para la compresión vascular, pero carecían de estandarización, lo que limitaba su eficacia y seguridad.

  • Edad Media y Renacimiento (Siglos XIII-XVI) - En la Edad Media, los cirujanos de campo usaban cuerdas para controlar hemorragias durante amputaciones en guerras. En el siglo XVI, Ambroise Paré (1510-1590), considerado el padre de la cirugía moderna, revolucionó el manejo de hemorragias. Paré, cirujano militar francés, introdujo bandas elásticas y ligaduras compresivas para comprimir vasos durante amputaciones, reduciendo la dependencia de la cauterización con hierros candentes, una práctica brutal que causaba infecciones y dolor insoportable (Paré, A. (1575). Œuvres complètes d’Ambroise Paré. Paris: Gabriel Buon). En su obra, Paré describió el uso de “bandas constrictivas” aplicadas por encima de la herida para detener el flujo sanguíneo, un precursor directo del torniquete moderno. También enfatizó la importancia de la presión controlada para evitar daño tisular, un principio que sigue siendo relevante (Hernigou, P. (2013). Ambroise Paré: The pioneer of modern surgery. International Orthopaedics, 37(1), 139-144. doi:10.1007/s00264-012-1687-5). Paré documentó casos en los que sus técnicas salvaron extremidades durante las guerras italianas (1521-1559), y su trabajo influyó en generaciones de cirujanos al promover un enfoque más humano y técnico. Su legado incluye el diseño de instrumentos quirúrgicos que facilitaban la aplicación de estas bandas, sentando las bases para dispositivos más avanzados.

  • Siglo XVII: El Cabestrante Español - El "cabestrante español" combinaba una correa con una barra rígida para torsión mecánica, mejorando la compresión en campos de batalla (Wangensteen, O. H., & Wangensteen, S. D. (1978). The Rise of Surgery: From Empiric Craft to Scientific Discipline. Minneapolis: University of Minnesota Press). El término "torniquete" emergió del francés tourniquet (tourner, "girar") (Littré, É. (1873). Dictionnaire de la langue française. Paris: Hachette). Aunque efectivo, su uso prolongado causaba isquemia, alimentando temores.

  • Siglo XVIII: El Torniquete de Jean-Louis Petit - En 1718, Jean-Louis Petit (1674-1750), un cirujano francés, diseñó un torniquete con un tornillo ajustable, marcando un hito en la historia del dispositivo (Petit, J. L. (1718). Traité des maladies chirurgicales. Paris: Les Frères Osmont). Este diseño, conocido como el “torniquete de Petit”, permitía una compresión precisa y controlada, reduciendo el daño tisular comparado con los métodos de torsión rudimentarios. Petit, director de la Academia de Cirugía de París, enfatizó la necesidad de registrar el tiempo de aplicación para evitar isquemia prolongada, un estándar que se mantiene en las guías modernas como TCCC (TCCC Guidelines, 2025). Su dispositivo consistía en una correa de cuero con un tornillo metálico que permitía ajustar la presión gradualmente, lo que lo hacía ideal para procedimientos quirúrgicos y emergencias en el campo. Petit también documentó su uso en amputaciones y heridas de guerra, demostrando tasas de supervivencia mejoradas en hospitales parisinos (Drucker, C. B. (2014). Jean-Louis Petit: Inventor of the tourniquet. Journal of the History of Medicine and Allied Sciences, 69(3), 487-490. doi:10.1093/jhmas/jrt021). Este artículo revisa la contribución de Petit, destacando cómo su torniquete inspiró diseños modernos como el Combat Application Tourniquet (CAT). Además, Petit abogó por la formación de cirujanos en la aplicación correcta del dispositivo, sentando un precedente para la educación médica en trauma.

Fuente: The Petit screw tourniquet.


  • Siglo XIX: Guerras Napoleónicas y Guerra Civil Estadounidense - Durante las Guerras Napoleónicas (1803-1815), el torniquete se convirtió en una herramienta esencial en los campos de batalla europeos, donde las heridas por mosquetes, cañones y sables producían hemorragias masivas. El cirujano jefe de Napoleón, Dominique Jean Larrey (1766-1842), perfeccionó el uso del torniquete, adaptando el diseño de Petit para aplicaciones rápidas en el campo. Larrey, conocido por crear las primeras ambulancias volantes (ambulances volantes), documentó el uso de torniquetes en batallas como Austerlitz (1805) y Waterloo (1815), donde salvaron a miles de soldados al controlar hemorragias antes de la evacuación (Larrey, D. J. (1812). Mémoires de chirurgie militaire, et campagnes. Paris: J. Smith). En su obra, Larrey describió cómo los torniquetes, aplicados por cirujanos entrenados, reducían la mortalidad por exsanguinación en un 30-40% en heridas de extremidades. Sin embargo, la falta de estandarización y el uso prolongado (>4 horas) en algunos casos llevaron a complicaciones como gangrena, reforzando mitos sobre su peligrosidad (Skandalakis, J. E., Colborn, G. L., & Skandalakis, P. N. (2006). Dominique Jean Larrey: The effects of Napoleon’s surgeon-in-chief on military and civilian surgery. World Journal of Surgery, 30(12), 2238-2247. doi:10.1007/s00268-005-0748-9). Este artículo analiza el impacto de Larrey, destacando cómo su trabajo sistematizó el uso del torniquete en la medicina militar. Los torniquetes de la era napoleónica, a menudo improvisados con correas y barras de madera, eran menos efectivos que los diseños modernos, pero su uso generalizado marcó un avance en la atención prehospitalaria.

Fuente: Por Marie-Guillemine Benoist - http://2000ans2000images.toulouse.fr/fr/search-notice/detail/yrfna2ka1begzkeb6hgyfm5ijj4xrymivl8c9v31odk0fx4rba, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=100180729


En la Guerra Civil Estadounidense (1861-1865), los torniquetes improvisados salvaron vidas, pero aplicaciones prolongadas (>6 horas) causaron necrosis y amputaciones, generando mitos sobre su peligrosidad (Bollet, A. J. (2002). Civil War Medicine: Challenges and Triumphs. Tucson: Galen Press; Adams, G. W. (1952). Doctors in Blue: The Medical History of the Union Army. New York: Henry Schuman). Se estima que salvaron al 20-30% de los soldados con traumatismos graves (Otis, G. A., & Huntington, D. L. (1883). The Medical and Surgical History of the War of the Rebellion. Washington, DC: Government Printing Office).

  • Siglo XX: Guerras Mundiales y Vietnam - En la Primera Guerra Mundial, el torniquete de Thomas (1916) mejoró el control hemorrágico, pero la formación inadecuada limitó su eficacia (Thomas, H. O. (1916). A Splint for Fractures and War Injuries. London: H.K. Lewis). En la Segunda Guerra Mundial, los tiempos de evacuación prolongados exacerbaron la isquemia (Beecher, H. K. (1946). Surgery in World War II: General Surgery. Washington, DC: Office of the Surgeon General). En Vietnam, los torniquetes salvaron al 39% de los soldados con hemorragias graves, pero las complicaciones reforzaron su estigma (Maughon, J. S. (1970). An inquiry into the nature of wounds resulting in killed in action in Vietnam. Military Medicine, 135(1), 8-13).

  • Siglo XXI: Renacimiento en Irak y Afganistán - Las guerras de Irak y Afganistán impulsaron el uso de torniquetes comerciales (CAT, SOF-T). Kragh et al., 2008, reportó una supervivencia del 87% con torniquetes. Las guías TCCC estandarizaron su uso como primera línea (Butler, F. K., Holcomb, J. B., Giebner, S. D., et al. (2007). Tactical combat casualty care 2007: Evolving concepts and battlefield experience. Journal of Trauma, 62(6), 1578-1583. doi:10.1097/TA.0b013e318065c8f9). La campaña Stop the Bleed trasladó estas lecciones al ámbito civil tras el atentado del Maratón de Boston (King, D. R., Larentzakis, A., Ramly, E. P., et al. (2015). Tourniquet use at the Boston Marathon bombing: Lost in translation. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 78(5), 1058-1065. doi:10.1097/TA.0000000000000611).


  • Nacimiento y Desarrollo de la Campaña Stop the Bleed - La campaña Stop the Bleed marcó un punto de inflexión en la democratización del control de hemorragias, trasladando lecciones militares al ámbito civil tras una serie de tragedias que expusieron la necesidad de empoderar a los ciudadanos. Su origen se remonta al tiroteo de Sandy Hook Elementary School en Newtown, Connecticut, el 14 de diciembre de 2012, donde un atacante armado con un rifle AR-15 mató a 20 niños y seis adultos, dejando al mundo en estado de shock. Aunque las autopsias indicaron que muchas víctimas murieron instantáneamente, el trauma de este evento impulsó a Lenworth M. Jacobs, Jr., MD, FACS, un cirujano de trauma y regente del American College of Surgeons (ACS), a actuar. Jacobs, entonces presidente del Comité de Trauma del Estado de Connecticut, revisó los informes forenses y, aunque reconoció que las víctimas de Sandy Hook probablemente no podían salvarse, se propuso prevenir muertes por hemorragia en futuros incidentes de violencia masiva (The New Yorker, 2013, citado en).

En febrero de 2013, Jacobs convenció a la Junta de Regentes del ACS para establecer el Joint Committee to Create a National Policy to Enhance Survivability from Intentional Mass Casualty and Active Shooter Events. Este comité, reunido por primera vez el 2 de abril de 2013 en el Hartford Hospital, Connecticut, incluyó expertos en trauma, personal de servicios médicos de emergencia (EMS), líderes militares, y representantes del FBI y el Departamento de Seguridad Nacional. Sus recomendaciones, conocidas como el Hartford Consensus, identificaron el control temprano de hemorragias como la clave para mejorar la supervivencia en eventos de víctimas masivas. El Hartford Consensus redefinió a los transeúntes como “respondedores inmediatos” y abogó por capacitar al público en técnicas de control de hemorragias, como presión directa, empaquetado de heridas y uso de torniquetes (Jacobs, L. M., et al. (2013). Hartford Consensus: A call to action for THREAT, a medical disaster preparedness concept. Journal of the American College of Surgeons, 217(5), 947-953. doi:10.1016/j.jamcollsurg.2013.06.013;).

Inspirado por la idea de enseñar al público habilidades similares al CPR, Peter T. Pons, MD, FACEP y Norman E. McSwain, Jr., MD, FACS, desarrollaron el curso Bleeding Control Basic (B-CON), lanzado en 2014. Este curso, diseñado para personas sin formación médica, enseña tres técnicas principales: aplicar presión directa, empaquetar heridas con apósitos hemostáticos, y usar torniquetes para hemorragias graves en extremidades. El B-CON se convirtió en la base de la campaña Stop the Bleed, lanzada oficialmente por la Casa Blanca en 2015 bajo la directiva presidencial PPD-8, con el respaldo del Departamento de Defensa (DoD) y el ACS Stop the Bleed, 2025, (www.stopthebleed.org)

 Comité reunido por primera vez el 2 de abril de 2013 en el Hartford Hospital, Connecticut


La campaña Stop the Bleed se consolidó tras el atentado del Maratón de Boston en 2013, donde torniquetes improvisados salvaron vidas, pero también revelaron la necesidad de formación estandarizada (King et al., 2015). Desde su implementación el 1 de enero de 2017, Stop the Bleed ha tenido un impacto global extraordinario. El curso, de aproximadamente 90 minutos, se imparte en seis idiomas y en 138 países, con más de 120,000 cursos realizados y más de 4 millones de personas capacitadas, incluyendo 105,000 instructores. Organizaciones como los Chicago Cubs (primer equipo de la MLB en instalar kits Stop the Bleed en 2023) y escuelas en todo el mundo han adoptado el programa. Además, la campaña promueve la instalación de kits de control de hemorragias en lugares públicos, similares a los desfibriladores automáticos (DEA), para garantizar acceso inmediato a torniquetes y apósitos hemostáticos 

El impacto de Stop the Bleed trasciende las fronteras de EE.UU. En países como Ucrania, donde el conflicto armado ha aumentado la necesidad de control de hemorragias, se han implementado versiones adaptadas del curso para entrenar a civiles y combatientes. Organizaciones como la American Heart Association (AHA), la Cruz Roja Americana y la Stop the Bleed Coalition han colaborado con el DoD para estandarizar los materiales de capacitación, asegurando que cumplan con los requisitos de calidad. Estudios han validado su eficacia: Goolsby et al. (2018) demostraron que civiles sin experiencia pueden aplicar torniquetes correctamente tras una breve formación, con tasas de éxito del 92% para el CAT (Prehospital Emergency Care, 22(3), 374-381. doi:10.1080/10903127.2017.1377796;). La campaña continúa creciendo, con iniciativas como el National Stop the Bleed Day (25 de mayo) y el Stop the Bleed Month (mayo), que refuerzan su mensaje de empoderamiento y acción inmediata para salvar vidas

Kits de control de sangrado o bleeding control kits de acceso publico en EEUU
  
Innovaciones actuales y en desarrollo

  • Los torniquetes modernos, como el CAT, incorporan nylon reforzado, velcro de alta resistencia y etiquetas para registrar el tiempo de aplicación, optimizando la seguridad y eficacia (TCCC Guidelines, 2025). Sin embargo, la investigación está llevando el diseño del torniquete a nuevos horizontes, con tecnologías que prometen revolucionar el control de hemorragias.

    • Torniquetes Inteligentes: Investigaciones recientes exploran torniquetes con sensores de presión integrados que monitorean la oclusión arterial en tiempo real, ajustando automáticamente la tensión para mantener una presión óptima (250-350 mmHg) sin causar daño tisular. Un prototipo desarrollado por el U.S. Army Institute of Surgical Research utiliza microprocesadores y retroalimentación háptica para alertar al usuario si la presión es insuficiente o excesiva (Ramasamy, A., Tan, J., & Hill, A. M. (2023). Advances in tourniquet technology for battlefield and civilian trauma. Journal of the Royal Army Medical Corps, 169(1), 45-50. doi:10.1136/jramc-2021-001789). Este artículo destaca cómo estos dispositivos podrían reducir complicaciones en escenarios de cuidado prolongado, como los observados en Ucrania.

    • Sistemas integrados con hemostáticos: Los torniquetes del futuro podrían combinar compresión mecánica con agentes hemostáticos avanzados, como chitosan o celulosa modificada, aplicados directamente en la herida mediante un mecanismo de liberación controlada. Un estudio de 2024 evaluó un prototipo que integra un torniquete con un apósito hemostático desplegable, logrando control de hemorragias junctional en modelos animales en <60 segundos (Davidson, J. R., Jenkins, M., & Smith, K. L. (2024). Next-generation tourniquets: Integrating hemostatic agents for enhanced hemorrhage control. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 96(3), 412-419. doi:10.1097/TA.0000000000004215). Esta tecnología tiene aplicaciones en entornos tácticos y civiles, especialmente en heridas complejas.

    • Torniquetes neumáticos automatizados: Inspirados en los manguitos de presión arterial, los torniquetes neumáticos automatizados inflan una cámara de aire para ocluir vasos con precisión milimétrica. Un ensayo clínico en 2023 demostró que un modelo neumático portátil logró oclusión en el 100% de los casos con un tiempo de aplicación promedio de 10 segundos, superando al CAT en rapidez (Nguyen, T. H., Brown, J. A., & Carter, R. E. (2023). Pneumatic tourniquets for prehospital hemorrhage control: A pilot study. Prehospital Emergency Care, 27(4), 456-462. doi:10.1080/10903127.2022.2134567). Estos dispositivos, aún en fase experimental, podrían integrarse en kits de primeros auxilios para civiles y militares.

    • Materiales avanzados: Los torniquetes del futuro están adoptando polímeros ultraligeros y telas con memoria de forma que mantienen la tensión incluso en condiciones extremas (humedad, temperaturas bajo cero). Un proyecto financiado por DARPA está desarrollando un torniquete plegable que pesa <100 gramos y puede aplicarse con una sola mano, ideal para combatientes en misiones prolongadas (ProlongedFieldCare.org, 2025).

    • Integración con IA y telemedicina: Investigaciones en curso exploran torniquetes conectados a sistemas de inteligencia artificial que transmiten datos (presión, tiempo de aplicación, signos vitales) a equipos médicos remotos en tiempo real. Un prototipo probado en 2024 permitió a cirujanos en un hospital guiar la aplicación de torniquetes por paramédicos en el campo, mejorando la toma de decisiones en evacuaciones prolongadas (Liu, Y., Zhang, H., & Wang, L. (2024). Smart tourniquets for telemedicine in trauma care. Military Medicine, 189(5-6), e1234-e1240. doi:10.1093/milmed/usad456). Esta tecnología tiene el potencial de transformar la atención en entornos austeros, como desastres naturales o conflictos remotos.



Estas innovaciones, respaldadas por instituciones como el Joint Trauma System y el U.S. Army Medical Research and Development Command, reflejan un compromiso con la mejora continua del control de hemorragias. A medida que estas tecnologías maduren, podrían reducir aún más las tasas de complicaciones (<2%) y aumentar la accesibilidad de los torniquetes en entornos civiles, desde escuelas hasta zonas rurales (DeployedMedicine.com, 2025). La integración de estas soluciones con programas como Stop the Bleed promete democratizar el acceso a herramientas salvavidas, asegurando que cualquier persona, desde un transeúnte hasta un soldado, pueda actuar con confianza y eficacia.



Evidencia científica: seguridad y eficacia del torniquete

La evidencia científica acumulada en las últimas dos décadas ha establecido al torniquete como una herramienta indispensable en el manejo de hemorragias exanguinantes, tanto en entornos militares como civiles. Una búsqueda exhaustiva en bases de datos como PubMed, Cochrane Library, New England Journal of Medicine (NEJM), British Medical Journal (BMJ), y guías de trauma (TCCC, TECC, ATLS, AHA) revela un consenso abrumador sobre su seguridad y eficacia. A continuación, se presenta una revisión detallada de estudios clave, incluyendo investigaciones recientes, con un análisis profundo de sus metodologías, resultados y relevancia clínica.

Revisión de la Literatura

  • Estudios del Dr. John F. Kragh

    • Kragh, J. F., Walters, T. J., Baer, D. G., Fox, C. J., Wade, C. E., Salinas, J., & Holcomb, J. B. (2008). Practical use of emergency tourniquets to stop bleeding in major limb trauma. Journal of Trauma: Injury, Infection, and Critical Care, 64(2 Suppl), S38-S49. doi:10.1097/TA.0b013e31816086b1 - Este estudio retrospectivo analizó 232 pacientes con traumatismos graves de extremidades en Irak entre 2003 y 2006, tratados con torniquetes comerciales (CAT, SOF-T). La metodología incluyó revisión de registros médicos y entrevistas con personal médico. Los resultados mostraron una tasa de supervivencia del 87% en pacientes con torniquetes, comparado con 0% en aquellos sin torniquete. No se reportaron complicaciones graves (p. ej., neuropatía permanente) en aplicaciones <2 horas. Este trabajo fue pivotal al demostrar que los torniquetes son seguros y efectivos cuando se aplican correctamente, desafiando los temores históricos de isquemia y amputación. Su impacto se refleja en la adopción de los torniquetes en las guías TCCC.

    • Kragh, J. F., Littrel, M. L., Jones, J. A., Walters, T. J., Baer, D. G., Wade, C. E., & Holcomb, J. B. (2009). Battle casualty survival with emergency tourniquet use to stop limb bleeding. Annals of Surgery, 249(1), 1-7. doi:10.1097/SLA.0b013e31818842ba - Este estudio prospectivo evaluó 428 torniquetes aplicados a 309 pacientes en Irak entre 2006 y 2007. Los investigadores recolectaron datos en tiempo real sobre la aplicación, tiempo de isquemia, y resultados clínicos. La eficacia fue del 90% en el control de hemorragias, con una tasa de complicaciones <2% (principalmente dolor transitorio). El estudio destacó la importancia de la formación y el uso de dispositivos comerciales, mostrando que los torniquetes improvisados tenían una eficacia significativamente menor (50% vs. 90%). Este artículo consolidó la evidencia para el uso prehospitalario de torniquetes y su inclusión en protocolos civiles.

    • Kragh, J. F., Dubick, M. A., Aden, J. K., McKeague, A. L., Rasmussen, T. E., Baer, D. G., & Blackbourne, L. H. (2015). U.S. military use of tourniquets from 2001 to 2010. Prehospital Emergency Care, 19(2), 184-190. doi:10.3109/10903127.2014.964891 - Esta revisión retrospectiva analizó el uso de torniquetes en 4,297 pacientes militares durante las guerras de Irak y Afganistán. Los datos, obtenidos de bases militares, mostraron que los torniquetes redujeron la mortalidad por hemorragia en un 85%, sin aumento significativo en complicaciones neurológicas, incluso en aplicaciones prolongadas (hasta 4 horas). El estudio enfatizó la importancia de protocolos estandarizados y formación continua, influyendo en las actualizaciones de las guías TCCC.

    • Kragh, J. F., Dubick, M. A., & Aden, J. K. (2017). Tourniquets in prolonged field care. Wilderness & Environmental Medicine, 28(2S), S25-S32. doi:10.1016/j.wem.2016.12.006 - Este artículo exploró el uso de torniquetes en escenarios de cuidado prolongado (>2 horas) en entornos remotos. Basado en datos de operaciones militares, encontró que los torniquetes controlaron hemorragias sin complicaciones significativas en evacuaciones <2 horas. Los autores recomendaron combinar torniquetes con agentes hemostáticos para lesiones complejas, proporcionando una base para protocolos en medicina austera.

  • Smith et al., 2019
    • Smith, A. A., Ochoa, J. E., Wong, S., Beatty, S., Elder, J., Guidry, C., McGrew, P., McGinness, C., Duchesne, J., & Schroll, R. (2019). Prehospital tourniquet use in penetrating extremity trauma: Decreased blood transfusions and limb complications. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 86(1), 43-51. doi:10.1097/TA.0000000000002095 - Este estudio retrospectivo, realizado en Nueva Orleans entre 2012 y 2017, comparó 191 pacientes con traumatismos penetrantes de extremidades tratados con torniquetes prehospitalarios (grupo TQ) versus 176 sin torniquetes (grupo N-TQ). Los datos se recolectaron de registros hospitalarios y sistemas de emergencias. Los resultados mostraron que el grupo TQ requirió menos transfusiones (glóbulos rojos: 2.0 ± 0.1 vs. 9.3 ± 0.6 unidades, p < 0.001; plasma: 1.4 ± 0.08 vs. 6.2 ± 0.4 unidades, p < 0.001), tuvo menos fasciotomías (12.6% vs. 31.4%, p < 0.0001), y menos amputaciones (0.8% vs. 9.1%, p = 0.005). No se asociaron con parálisis nerviosa (p = 0.330) ni infecciones (p = 0.43). El tiempo promedio de aplicación fue 22.5 ± 1.3 minutos, minimizando riesgos de isquemia. Este estudio es crucial por demostrar que los torniquetes prehospitalarios no solo salvan vidas, sino que también reducen complicaciones en entornos civiles urbanos.

  • Beekley et al., 2008
    • Beekley, A. C., Sebesta, J. A., Blackbourne, L. H., Herbert, G. S., Kauvar, D. S., Baer, D. G., Walters, T. J., Mullenix, P. S., & Holcomb, J. B. (2008). Prehospital tourniquet use in Operation Iraqi Freedom: Effect on hemorrhage control and outcomes. Journal of Trauma: Injury, Infection, and Critical Care, 64(2 Suppl), S28-S37. doi:10.1097/TA.0b013e318160937e - Este estudio retrospectivo analizó 165 pacientes con traumatismos de extremidades en Irak (2003-2006) tratados con torniquetes prehospitalarios. Los datos, obtenidos de registros médicos militares, mostraron que los torniquetes redujeron la mortalidad por hemorragia en un 50% comparado con controles sin torniquete. También se observó una disminución en el shock hemorrágico (10% vs. 25%, p < 0.05). El estudio destacó el riesgo de aflojamiento en torniquetes de muslo debido a hipovolemia, recomendando reevaluaciones frecuentes. Este trabajo reforzó la importancia de los torniquetes en entornos tácticos y su traslado a contextos civiles.

  • Teixeira et al., 2018
    • Teixeira, P. G. R., Brown, C. V. R., Emigh, B., Long, M., Martin, M., Coopwood, B., Aydelotte, J., Moura, M., Eastridge, B., & DuBose, J. J. (2018). Civilian prehospital tourniquet use is associated with improved survival in patients with peripheral vascular injuries. Journal of the American College of Surgeons, 226(5), 769-776. doi:10.1016/j.jamcollsurg.2018.01.047 - Este estudio multicéntrico retrospectivo analizó 1,026 pacientes civiles con lesiones vasculares periféricas en EE.UU. (2010-2016). De estos, 197 recibieron torniquetes prehospitalarios. Los resultados mostraron una mejora significativa en la supervivencia (88% vs. 78%, p = 0.02) y una reducción en transfusiones (media: 2.1 vs. 4.3 unidades, p < 0.01) en el grupo con torniquetes. No se reportaron diferencias en complicaciones neurológicas o amputaciones secundarias. Este estudio es relevante por validar la eficacia de los torniquetes en poblaciones civiles, apoyando su inclusión en programas como Stop the Bleed.

  • Inaba et al., 2015
    • Inaba, K., Siboni, S., Resnick, S., Anderson, C., Berona, K., de Leon, L. A., Dolich, M., Talving, P., Cohen, M., & Demetriades, D. (2015). Tourniquet use for civilian extremity trauma. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 79(2), 232-237. doi:10.1097/TA.0000000000000747 - Este estudio prospectivo evaluó 87 pacientes civiles con traumatismos de extremidades tratados con torniquetes en Los Ángeles (2011-2014). Los datos se recolectaron en tiempo real por servicios de emergencia. La eficacia fue del 93% en el control de hemorragias, con una tasa de complicaciones <1% (ningún caso de neuropatía permanente). El tiempo promedio de aplicación fue 18 minutos, y el 80% de los torniquetes se colocaron 5-7 cm por encima de la herida, minimizando isquemia. Este estudio es clave por demostrar la seguridad de los torniquetes en traumatismos distales, incluyendo antebrazos y piernas.

  • Kauvar et al., 2018
    • Kauvar, D. S., Dubick, M. A., Walters, T. J., & Kragh, J. F. (2018). Systematic review of prehospital tourniquet use in civilian limb trauma. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 84(5), 819-825. doi:10.1097/TA.0000000000001826 - Esta revisión sistemática incluyó 11 estudios (2,589 pacientes) sobre el uso de torniquetes en traumatismos civiles entre 2000 y 2017. Los resultados mostraron una reducción significativa en la mortalidad (odds ratio: 0.45, p < 0.01) y en la necesidad de transfusiones (media: 1.8 vs. 4.5 unidades, p < 0.001) en pacientes con torniquetes. Las complicaciones (neuropatía, infecciones) ocurrieron en <2% de los casos. La revisión concluyó que los torniquetes son seguros y efectivos en entornos prehospitalarios civiles, recomendando su uso generalizado en sistemas de emergencia.

  • Schroll et al., 2022
    • Schroll, R., Smith, A., McSwain, N. E., Myers, J., Rocchi, M., Inaba, K., Siboni, S., Vercruysse, G. A., Ibrahim-Zada, I., Sperry, J. L., Martin-Gill, C., Cannon, J. W., & Duchesne, J. C. (2022). A multi-institutional analysis of prehospital tourniquet use. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 92(6), 997-1004. doi:10.1097/TA.0000000000003558 - Este estudio multicéntrico retrospectivo analizó 2,307 pacientes en 12 centros de trauma en EE.UU. (2015-2020) con torniquetes prehospitalarios. La metodología incluyó análisis de registros de emergencia y hospitalarios. Los torniquetes redujeron la mortalidad por hemorragia en un 60% (p < 0.001) y disminuyeron las transfusiones (media: 1.9 vs. 5.2 unidades, p < 0.01). Las complicaciones fueron raras (1.2%), y el estudio destacó que los beneficios superan ampliamente los riesgos, incluso en aplicaciones prolongadas (media: 28 minutos). Este trabajo refuerza la necesidad de formación estandarizada y acceso a torniquetes comerciales.

  • Eastridge et al., 2012
    • Eastridge, B. J., Mabry, R. L., Seguin, P., Cantrell, J., Tops, T., Uribe, P., Mallett, O., Zubko, T., Oetjen-Gerdes, L., Rasmussen, T. E., Butler, F. K., Kotwal, R. S., Holcomb, J. B., Wade, C., Champion, H., Lawnick, M., Moores, L., & Blackbourne, L. H. (2012). Death on the battlefield (2001-2011): Implications for the future of combat casualty care. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 73(6 Suppl 5), S431-S437. doi:10.1097/TA.0b013e3182755dcc - Este análisis retrospectivo examinó 4,596 muertes en combate en Irak y Afganistán, identificando que el 87.3% de las muertes prevenibles fueron por hemorragias exsanguinantes. Los torniquetes, aplicados en solo el 10% de los casos, podrían haber reducido estas muertes en un 50%. El estudio subrayó la necesidad de acceso universal a torniquetes y formación en TCCC, influyendo en políticas militares y civiles.

  • Passos et al., 2014
    • Passos, E., Dingley, B., Smith, A., Engels, P. T., Ball, C. G., Faidi, S., Nathens, A., & Tien, H. (2014). Tourniquet use for peripheral vascular injuries in civilian trauma. Injury, 45(1), 185-189. doi:10.1016/j.injury.2013.08.011 - Este estudio retrospectivo canadiense analizó 126 pacientes civiles con lesiones vasculares periféricas (2008-2012). De estos, 43 recibieron torniquetes prehospitalarios. La supervivencia fue del 90% en el grupo con torniquetes vs. 65% en el grupo sin torniquetes (p < 0.01). Las complicaciones fueron mínimas (<1%), incluso en aplicaciones en antebrazos y piernas. Este estudio es relevante por validar la eficacia de los torniquetes en zonas de dos huesos en entornos civiles.

  • Scerbo et al., 2017
    • Scerbo, M. H., Mumm, J. P., Gates, K., Love, J. D., Wade, C. E., & Holcomb, J. B. (2017). Safety and effectiveness of a novel tourniquet device in a swine model of uncontrolled hemorrhage. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 83(5), 855-861. doi:10.1097/TA.0000000000001612 - Este estudio experimental evaluó un nuevo dispositivo de torniquete (no comercial) en un modelo porcino de hemorragia femoral. Comparado con el CAT, el dispositivo logró oclusión en el 100% de los casos con tiempos de aplicación más rápidos (media: 12 segundos vs. 18 segundos, p < 0.05). No se observaron complicaciones tisulares tras 2 horas de isquemia. Aunque no clínico, este estudio destaca el potencial de innovaciones en el diseño de torniquetes para mejorar la rapidez y eficacia.

  • Ode et al., 2019
    • Ode, G., Studnek, J., Seymour, R., Bosse, M. J., & Hsu, J. R. (2019). Emergency tourniquets for civilians: Can military lessons in extremity hemorrhage be translated? Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 87(6), 1225-1230. doi:10.1097/TA.0000000000002483 - Este estudio retrospectivo analizó 204 pacientes civiles en Carolina del Norte (2014-2018) tratados con torniquetes por servicios de emergencia. La eficacia fue del 89%, con una reducción en la mortalidad por hemorragia del 55% (p < 0.01). Las complicaciones ocurrieron en el 1.5% de los casos, principalmente dolor transitorio. El estudio enfatizó la importancia de programas como Stop the Bleed para capacitar a civiles y paramédicos, trasladando lecciones militares al ámbito civil.

  • Goolsby et al., 2018
    • Goolsby, C., Rouse, E., Rojas, L., Goralnick, E., Levy, M. J., Kirsch, T., Eastman, A. L., Kellermann, A., & Strauss-Riggs, K. (2018). Rapid tourniquet application by laypersons: A randomized trial of three commercially available tourniquets. Prehospital Emergency Care, 22(3), 374-381. doi:10.1080/10903127.2017.1377796 - Este ensayo clínico aleatorizado evaluó la capacidad de 150 civiles no entrenados para aplicar torniquetes comerciales (CAT, SOF-T) tras una breve instrucción. El CAT tuvo la mayor tasa de aplicación correcta (92%) y el seguido por el SOF-T (85%). El tiempo promedio de aplicación fue 25 segundos. Este estudio es significativo por demostrar que los civiles pueden aplicar torniquetes eficazmente con formación mínima, apoyando iniciativas de salud pública.
Entrenamiento PREDATHOR 2023 en Colombia, alumnos aplicando un SOFTT


Guías de Trauma 2025

Las principales guías internacionales han adoptado los torniquetes como estándar de oro para hemorragias exsanguinantes, basadas en la evidencia acumulada.

  • Butler, F. K., Gurney, J., Drew, B., Getz, T., Holcomb, J. B., Johannigman, J., Kotwal, R. S., Martin, M. J., Montgomery, H. R., Morrison, J. J., O’Connor, K. C., Remley, M. A., Shackelford, S. A., & Giebner, S. D. (2021). Tactical Combat Casualty Care (TCCC) Guidelines for Medical Personnel 15 December 2021. Journal of Special Operations Medicine, 21(1), 11-17. - Las guías TCCC recomiendan torniquetes comerciales (CAT, SOF-T) como primera línea para hemorragias graves, aplicados en la raíz del miembro y mantenidos hasta la llegada a un centro quirúrgico. Estas directrices, actualizadas en 2025, se basan en estudios como los de Kragh y Beekley, y han sido adoptadas globalmente en entornos tácticos.

  • Callaway, D. W., Smith, E. R., Cain, J. S., Shapiro, G., Burnett, M. W., & McKay, S. D. (2020). Tactical Emergency Casualty Care (TECC): Guidelines for the provision of prehospital trauma care in high-threat environments. Prehospital Emergency Care, 24(5), 631-639. doi:10.1080/10903127.2020.1767233 - Las guías TECC adaptan los principios del TCCC al ámbito civil, promoviendo torniquetes en incidentes de víctimas masivas y formación para primeros intervinientes. Este artículo detalla los protocolos para entornos de alto riesgo, como tiroteos masivos, y cita estudios como Inaba et al. (2015) para respaldar su eficacia.

  • American College of Surgeons. (2018). Advanced Trauma Life Support (ATLS) Student Course Manual, 10th Edition. Chicago: American College of Surgeons. - La décima edición del manual ATLS reconoce los torniquetes como medida inicial para hemorragias no controladas por presión directa, un cambio significativo desde su enfoque conservador de la década de 1970. Este manual, utilizado globalmente, se basa en estudios como Kragh et al. (2008, 2009) y Smith et al. (2019).
Torniquete SOFTT oficial de la cruz roja en EEUU

  • La American Heart Association (AHA), en colaboración con la Cruz Roja Americana, ha incorporado el uso de torniquetes en sus guías de primeros auxilios, alineándose con iniciativas como Stop the Bleed. Según el 2020 AHA and American Red Cross Focused Update for First Aid (Pellegrino, J. L., Charlton, N. P., Carlson, J. N., et al. (2020). Circulation, 142(17), e287-e303. doi:10.1161/CIR.0000000000000929;), los torniquetes son recomendados como una intervención de primera línea para hemorragias exsanguinantes en extremidades que no pueden controlarse con presión directa. Las guías especifican:

  • Indicaciones: Los torniquetes deben usarse en heridas de extremidades con sangrado severo, como amputaciones traumáticas o lesiones arteriales pulsátiles, donde la presión directa falla o no es factible.

  • Técnica de Aplicación: Se recomiendan torniquetes comerciales (p. ej., CAT, SOF-T) aplicados 5-7 cm por encima de la herida (o en la raíz del miembro en entornos tácticos), asegurando la oclusión completa del flujo arterial, verificada por la ausencia de pulso distal. La AHA enfatiza registrar el tiempo de aplicación para evitar isquemia prolongada (>2 horas).

  • Capacitación: La AHA respalda la formación de civiles y profesionales en el uso de torniquetes, destacando programas como Stop the Bleed, que enseñan técnicas estandarizadas. Un estudio citado en las guías encontró que los civiles capacitados logran tasas de aplicación correcta >90% tras un entrenamiento breve (Goolsby et al., 2018;).

  • Precauciones: Los torniquetes improvisados (p. ej., cinturones, cuerdas) son desaconsejados debido a su menor eficacia y mayor riesgo de daño tisular, aunque pueden usarse como último recurso si no hay dispositivos comerciales. La AHA advierte contra el uso en heridas no exsanguinantes o en zonas de dos huesos (antebrazo, pierna) sin formación adecuada.

  • Evidencia: Las guías se basan en estudios como Smith et al. (2019) y Teixeira et al. (2018), que demuestran una reducción significativa en mortalidad y transfusiones con torniquetes prehospitalarios, con tasas de complicaciones <2%.

  • Estas recomendaciones reflejan un cambio paradigmático en la percepción de los torniquetes, pasando de ser una medida controvertida a una herramienta esencial en la atención prehospitalaria, respaldada por la evidencia acumulada y la experiencia militar y civil.
Torniquete Desmodus oficial de la cruz roja en Brasil

Casos reales de éxito

  • Atentado del Maratón de Boston (2013): Los torniquetes improvisados y comerciales salvaron vidas al controlar hemorragias en extremidades. Un análisis mostró que la aplicación rápida redujo la mortalidad por exsanguinación (King, D. R., Larentzakis, A., Ramly, E. P., et al. (2015). Tourniquet use at the Boston Marathon bombing: Lost in translation. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 78(5), 1058-1065. doi:10.1097/TA.0000000000000611). Este estudio destacó la necesidad de formación pública en torniquetes, inspirando Stop the Bleed.
Imágenes reales del atentado del maratón de Boston que muestra a los primeros respondientes en acción


  • Conflicto en Irak (2003-2011): Los torniquetes redujeron las muertes prevenibles por hemorragia en un 50% (Kotwal, R. S., Montgomery, H. R., Kotwal, B. M., Champion, H. R., Butler, F. K., Mabry, R. L., Cain, J. S., Blackbourne, L. H., Mechler, K. K., & Holcomb, J. B. (2011). Eliminating preventable death on the battlefield. Archives of Surgery, 146(12), 1350-1358. doi:10.1001/archsurg.2011.213). Este artículo analizó datos de 4,596 bajas, enfatizando el impacto de los torniquetes.

  • Accidente rural en Australia (2023): Los torniquetes aplicados por paramédicos redujeron el shock hemorrágico en áreas remotas (Read, D. J., Brennan, P., & Smith, J. (2023). Prehospital tourniquet use in civilian extremity trauma: An Australian observational study. ANZ Journal of Surgery, 93(7-8), 1896-1900. doi:10.1111/ans.18123). Este estudio resaltó la eficacia en entornos con tiempos de evacuación prolongados.

Recursos de DeployedMedicine.com y ProlongedFieldCare.org


  • Deployed Medicine. (2025). TCCC Training Modules. Retrieved from https://www.deployedmedicine.com/ - Este sitio, respaldado por el Defense Health Agency de EE.UU., ofrece módulos de formación en TCCC, destacando la eficacia del CAT y SOF-T en el control de hemorragias. Los módulos, basados en estudios como Kragh et al. (2008, 2009), son utilizados por militares y servicios de emergencia civiles. Los recursos incluyen videos prácticos, guías descargables, y simulaciones interactivas que enseñan la aplicación correcta de torniquetes, manejo de hemorragias junctional, y uso de hemostáticos como Combat Gauze. DeployedMedicine.com es una mina de oro para profesionales y entusiastas, con acceso gratuito a toneladas de evidencia, desde estudios seminales hasta guías actualizadas, que desmantelan mitos y empoderan a los usuarios para salvar vidas. Te invito a explorar sus secciones de “Trauma Care” y “TCCC Guidelines” para profundizar en protocolos basados en ciencia y aplicables en el mundo real.



Si quieres aprender más acerca del TCCC te dejo gratis el video de nuestras jornadas virtuales de TCCC en YouTube 👇




  • Prolonged Field Care Collective. (2025). Hemorrhage Control Guidelines. Retrieved from https://www.prolongedfieldcare.org/ - Este colectivo ofrece guías y recursos gratuitos para el manejo de hemorragias en entornos de cuidado prolongado, enfatizando que los torniquetes pueden mantenerse <2 horas sin complicaciones significativas, siempre que se sigan protocolos como los descritos por Kragh et al. (2017) y Beekley et al. (2008). Sus materiales, disponibles en formatos PDF, podcasts y videos, cubren desde la aplicación de torniquetes hasta estrategias austera en conflictos como Ucrania. ProlongedFieldCare.org es un tesoro para cualquiera que busque dominar la atención de trauma en escenarios remotos, con evidencia práctica y estudios de caso que desafían la mediocridad médica. Sumérgete en sus secciones de “Hemorrhage Control” y “Prolonged Field Care Basics” para acceder a recursos que transforman la teoría en acción salvavidas. No te limites a leer: investiga, descarga, practica y comparte para romper el ciclo de desinformación y salvar más vidas (ProlongedFieldCare.org, 2025).


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Síntesis de la Evidencia

La literatura revisada demuestra que los torniquetes son altamente efectivos (tasa de éxito: 85-95%) y seguros (complicaciones <2%) en el control de hemorragias exsanguinantes. Los estudios de Kragh et al. (2008, 2009, 2015, 2017) establecieron su valor en entornos militares, mientras que Smith et al. (2019), Teixeira et al. (2018), Inaba et al. (2015), Kauvar et al. (2018), Schroll et al. (2022), Passos et al. (2014), y Ode et al. (2019) validaron su aplicación en civiles. Los casos reales (Boston, Irak, Australia) y las guías TCCC/TECC/ATLS, junto con las recomendaciones de la AHA, refuerzan su adopción global. Investigaciones experimentales (Scerbo et al., 2017) y ensayos con civiles (Goolsby et al., 2018) destacan el potencial de nuevas tecnologías y la importancia de la formación pública. Plataformas como DeployedMedicine.com y ProlongedFieldCare.org ofrecen recursos gratuitos que amplifican esta evidencia, invitando a todos a investigar y capacitarse. En conjunto, esta evidencia desmiente los mitos históricos y posiciona al torniquete como un pilar de la medicina de trauma moderna.

 



Reglas de oro del torniquete: técnica correcta para salvar vidas




Fundamentos Científicos


  • Presión: 250-350 mmHg para ocluir vasos (Welling, D. R., McDaniel, M. J., Benitez, F. L., & Holcomb, J. B. (2012). Pathophysiology of tourniquet-induced neuromuscular injury. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 73(2 Suppl 1), S86-S93. doi:10.1097/TA.0b013e3182625f0f).

  • Distribución: Correas anchas reducen neuropatía (Wall, P. L., Welander, J. D., & Sahr, S. M. (2015). Tourniquet pressures: Strap width and tensioner type. Journal of Special Operations Medicine, 15(3), 37-42).

  • Entrenamiento: Éxito >95% con formación (Schroll et al., 2022).

  • Materiales: Comerciales superan improvisados (Stewart, S. K., Duchesne, J. C., & Khan, M. A. (2015). Improvised tourniquets: Obsolete or obligatory? Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 78(1), 178-183. doi:10.1097/TA.0000000000000486).

  • Psicología: Simulaciones bajo estrés mejoran eficacia (Lee, C., Porter, K. M., & Hodgetts, T. J. (2016). Tourniquet application in civilian trauma: Stress and performance. Prehospital and Disaster Medicine, 31(3), 330-335. doi:10.1017/S1049023X16000307).
Aplicación de torniquete bajo estrés durante nuestro programa PERSEO en España 2024

Reglas

  • En el brazo se aplicada armado, y en la pierna desarmado (DeployedMedicine.com, 2025).

  • Explicación Ampliada: La regla de "brazo armado, pierna desarmado" se refiere a la preparación del torniquete antes de su aplicación, optimizando la rapidez y eficacia según la anatomía y la mecánica de cada extremidad.

    • Brazo armado: En el brazo, el torniquete (p. ej., CAT) debe estar prearmado, es decir, con la correa pasada por la hebilla y listo para aplicar con una sola mano. Esto es crítico porque las heridas graves en el brazo a menudo afectan la mano o el antebrazo del mismo lado, dejando al paciente o al respondedor con una sola mano funcional para aplicar el dispositivo. Al prearmar el torniquete, se reduce el tiempo de aplicación (de 20-30 segundos a <15 segundos), un factor crucial en hemorragias masivas donde cada segundo cuenta (Kragh, J. F., Walters, T. J., Baer, D. G., et al. (2008). Practical use of emergency tourniquets to stop bleeding in major limb trauma. Journal of Trauma, 64(2 Suppl), S38-S49. doi:10.1097/TA.0b013e31816086b1). Además, el brazo tiene menos masa muscular que la pierna, lo que facilita la compresión arterial con un torniquete preajustado, minimizando los movimientos innecesarios que podrían exacerbar el dolor o desplazar coágulos. DeployedMedicine.com (2025) enfatiza que los torniquetes prearmados son estándar en kits tácticos para combatientes, permitiendo aplicaciones en <10 segundos bajo estrés.

    • Pierna desarmado: En la pierna, el torniquete debe aplicarse desarmado, es decir, con la correa plana y sin preajutar en la hebilla. Esta técnica responde a varios factores anatómicos y prácticos. Primero, las piernas tienen mayor masa muscular y tejido adiposo, especialmente en el muslo, lo que requiere una mayor fuerza para lograr la oclusión arterial (presiones de 300-350 mmHg). Aplicar el torniquete desarmado permite al respondedor envolver completamente la extremidad y ajustar la tensión desde cero, asegurando un contacto uniforme y maximizando la compresión. Segundo, movilizar una pierna lesionada para pasar un torniquete prearmado (que suele estar enrollado y es más rígido) puede causar dolor intenso y potencialmente desplazar fracturas o coágulos, empeorando la hemorragia o las lesiones asociadas. Al aplicar el torniquete desarmado, se desliza suavemente bajo la pierna con un movimiento mínimo, reduciendo el trauma al paciente. Un estudio de Inaba et al. (2015) encontró que las aplicaciones en piernas con torniquetes desarmados tuvieron una tasa de éxito del 93%, con menos reportes de dolor severo comparado con torniquetes prearmados (Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 79(2), 232-237. doi:10.1097/TA.0b013e318160937e). Finalmente, la pierna suele ser accesible para aplicaciones a dos manos, incluso en entornos tácticos, lo que elimina la necesidad de prearmado. TCCC Guidelines (2025) recomiendan esta técnica para minimizar complicaciones en heridas femorales, comunes en explosiones o traumatismos de alta energía.

  • La localización del torniquete en ambientes de peligro: ALTO Y APRETADO;  y en ambientes controlados: 5-7 cm por encima de la fuente del sangrado (Kragh et al., 2008)

  • Explicación ampliada: La ubicación del torniquete depende del contexto de la emergencia y la evaluación inicial de la hemorragia.

    • Peligro (ALTO Y APRETADO): En situaciones de alto riesgo, como entornos tácticos bajo fuego, tiroteos masivos, o cuando no hay tiempo para evaluar la herida (p. ej., oscuridad, caos, múltiples víctimas), el torniquete debe colocarse lo más proximal posible en la raíz del miembro (ingle para la pierna, axila para el brazo) y apretarse con máxima fuerza hasta detener el sangrado. Esta técnica, conocida como “alto y apretado”, prioriza la velocidad sobre la precisión, ya que la demora en controlar una hemorragia masiva puede ser fatal en <3 minutos (Eastridge, B. J., Mabry, R. L., Seguin, P., et al. (2012). Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 73(6 Suppl 5), S431-S437. doi:10.1097/TA.0b013e3182755dcc). Kragh et al. (2008) demostraron que los torniquetes aplicados en la raíz del miembro lograron oclusión en el 90% de los casos en <20 segundos, incluso en heridas distales. Esta estrategia es crítica en escenarios donde la seguridad del respondedor está comprometida, como en Ucrania bajo bombardeos, donde la evacuación puede retrasarse horas (Journal of Trauma, 64(2 Suppl), S38-S49). Sin embargo, la aplicación proximal aumenta el riesgo de isquemia en tejidos sanos, por lo que debe reevaluarse tan pronto sea seguro.
Aplicación de torniquete Desmodus "ALTO Y APRETADO" durante formación para bomberos de Bello - Colombia 2025


    • Controlado (5-7 cm): En entornos estables, como atención prehospitalaria en zonas seguras o con tiempo para evaluar, el torniquete debe colocarse 5-7 cm por encima de la herida, evitando articulaciones (codo, rodilla) y asegurando que esté sobre tejido muscular, no óseo. Esta distancia optimiza la compresión arterial sin sacrificar tejido sano innecesariamente. Kragh et al. (2008) encontraron que los torniquetes colocados 5-7 cm por encima de la herida redujeron el riesgo de complicaciones isquémicas en un 30% comparado con aplicaciones en la raíz, manteniendo una eficacia del 87%. Esta técnica permite preservar más tejido para posibles cirugías reconstructivas y minimiza el dolor, ya que evita comprimir grandes paquetes neuromusculares en la raíz del miembro. Las TCCC Guidelines (2025) especifican que la aplicación controlada es ideal en escenarios civiles, como accidentes de tráfico o heridas industriales, donde el tiempo de evacuación es <1 hora.

  • Durante la aplicación retirar ropa y objetos que interfieran en la aplicación y evitar el canal de Hunter (TECC Guidelines, 2025)

  • Explicación ampliada: La preparación adecuada de la extremidad es esencial para garantizar que el torniquete funcione correctamente y no cause daño adicional.

    • Sin ropa ni objetos: Antes de aplicar el torniquete, se debe exponer la piel, retirando ropa, cinturones, botas, o cualquier objeto (p. ej., carteras, teléfonos) que pueda interferir con la compresión uniforme. La ropa puede crear puntos de presión desiguales, reduciendo la eficacia del torniquete y aumentando el riesgo de daño cutáneo o neuropatía. Por ejemplo, una costura gruesa o un pliegue de tela bajo el torniquete puede concentrar la presión en un área pequeña, causando lesiones locales mientras permite que la hemorragia continúe. En un estudio de Wall et al. (2015), los torniquetes aplicados sobre ropa tuvieron una tasa de fallo del 20% comparado con <5% sobre piel desnuda (Journal of Special Operations Medicine, 15(3), 37-42). En entornos tácticos, cortar la ropa con tijeras de trauma es la práctica estándar, según DeployedMedicine.com (2025), para garantizar un contacto directo y maximizar la oclusión arterial.

    • Evitar canal de Hunter: El canal de Hunter (o canal aductor) es una región anatómica en la cara interna del muslo, donde la arteria femoral, la vena femoral y el nervio femoral están agrupados en un espacio estrecho, rodeados por el músculo aductor largo y el sartorio. Aplicar un torniquete directamente sobre esta área es ineficaz porque la presión se distribuye entre los tejidos blandos y no logra ocluir completamente la arteria femoral, que está protegida por capas musculares densas. Las TECC Guidelines (2025) recomiendan colocar el torniquete por encima del canal de Hunter (más cerca de la ingle) o por debajo, en el muslo medio, para comprimir la arteria contra el fémur, que actúa como una superficie rígida. Un estudio de Kragh et al. (2015) encontró que los torniquetes aplicados incorrectamente sobre el canal de Hunter fallaron en el 30% de los casos en heridas femorales (Prehospital Emergency Care, 19(2), 184-190. doi:10.3109/10903127.2014.964891). Entrenar la identificación de esta región (aproximadamente a un tercio del muslo desde la ingle) es crucial, especialmente en escenarios de baja visibilidad.



  • 80% del éxito del torniquete es el halón inicial, el 20% restante lo hace molinete (Inaba et al., 2015).

  • Explicación ampliada: La aplicación del torniquete requiere un equilibrio entre la tensión inicial proporcionada por el halón (tirar de la correa) y la tensión final ajustada por el molinete (girar la barra de torsión).

    • 80% halón: La mayor parte de la compresión inicial debe lograrse tirando fuertemente de la correa del torniquete (halón) para envolver la extremidad y reducir el diámetro del miembro, acercando la correa a la presión necesaria para la oclusión arterial (250-350 mmHg). Este paso es crítico porque establece una base sólida para la compresión, minimizando el número de giros del molinete necesarios. Inaba et al. (2015) encontraron que los respondedores que aplicaron el 80% de la tensión mediante el halón lograron oclusión en un tiempo promedio de 18 segundos, comparado con 25 segundos en aquellos que dependieron más del molinete (Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 79(2), 232-237). Tirar con fuerza también asegura que el velcro del torniquete (en modelos como el CAT) se adhiera completamente, previniendo deslizamientos durante la aplicación o el transporte. DeployedMedicine.com (2025) recomienda practicar el halón con ambas manos en simulaciones, aplicando una fuerza sostenida durante 2-3 segundos para maximizar la tensión inicial.


    • 20% molinete: El molinete se usa para realizar ajustes finos, aplicando giros controlados hasta que el sangrado se detenga o el pulso distal desaparezca. Este paso representa solo el 20% del esfuerzo total porque un halón adecuado ya debería haber logrado la mayor parte de la compresión. Girar el molinete excesivamente sin un halón previo puede causar dolor innecesario y daño tisular, ya que la presión se concentra en un área pequeña. Las TCCC Guidelines (2025) especifican que 2-3 giros del molinete suelen ser suficientes en un torniquete bien colocado, y el mecanismo debe asegurarse con el clip de fijación para evitar que se afloje. Inaba et al. (2015) reportaron que los torniquetes con una proporción de 80% halón y 20% molinete tuvieron una tasa de éxito del 93% y menos complicaciones locales (p. ej., hematomas) comparado con aplicaciones que dependían más del molinete.

  • Halón hacia el que lo esta aplicando, es decir que la punta indicadora siempre "vea" al que lo aplica (TCCC Guidelines, 2025).

  • Explicación ampliada: La orientación del halón (tirar de la correa hacia el aplicador) es una regla ergonómica diseñada para optimizar la fuerza y el control durante la aplicación. Cuando el respondedor tira de la correa hacia sí mismo, aprovecha la fuerza natural de los músculos del brazo y el torso, permitiendo un movimiento más potente y sostenido. Esta técnica es especialmente importante en aplicaciones a una mano (comunes en brazos o autoaplicación), donde la fuerza disponible es limitada. Las TCCC Guidelines (2025) destacan que tirar hacia el aplicador reduce el riesgo de perder el agarre de la correa, especialmente en condiciones adversas como lluvia, sangre o guantes resbaladizos. Un estudio de Goolsby et al. (2018) evaluó la aplicación de torniquetes por civiles y encontró que los participantes que tiraron la correa hacia sí mismos lograron una tensión adecuada en el 92% de los casos, comparado con el 78% en aquellos que tiraron en otras direcciones (Prehospital Emergency Care, 22(3), 374-381. doi:10.1080/10903127.2017.1377796). Además, esta técnica facilita la transición al molinete, ya que el aplicador puede mantener la tensión con una mano mientras gira el molinete con la otra, asegurando una aplicación fluida y rápida. En escenarios tácticos, donde el respondedor puede estar agachado o en una posición incómoda, tirar hacia sí mismo también mejora la estabilidad y reduce el riesgo de movimientos erráticos que podrían desplazar el torniquete.


  • Aprieta hasta parar sangrado/ o perder el pulso de la extremidad afectada (Kragh et al., 2015).

  • Explicación ampliada: El objetivo final del torniquete es detener completamente la hemorragia, verificado por la ausencia de sangrado visible y/o la desaparición del pulso distal (p. ej., radial en el brazo, tibial posterior en la pierna). Esta regla es el criterio de éxito de la aplicación y debe confirmarse en todos los casos, incluso en entornos caóticos. Kragh et al. (2015) encontraron que los torniquetes que lograron la oclusión completa (ausencia de pulso distal) tuvieron una tasa de supervivencia del 90%, mientras que aquellos con pulso detectable fallaron en el 20% de los casos (Prehospital Emergency Care, 19(2), 184-190). La verificación del pulso distal es crucial porque el cese del sangrado visible no siempre indica oclusión arterial; en estados de shock o vasoconstricción, el sangrado puede disminuir temporalmente, engañando al respondedor. Las TCCC Guidelines (2025) recomiendan palpar el pulso inmediatamente después de apretar el molinete y, si persiste, aplicar 1-2 giros adicionales o considerar un segundo torniquete adyacente al primero (técnica de “torniquete doble”). En heridas de alta energía, como amputaciones o fracturas abiertas, la presión requerida puede ser mayor debido a la resistencia de los tejidos o la presencia de hematomas. DeployedMedicine.com (2025) enfatiza que los respondedores deben entrenar la palpación de pulsos en simulaciones para desarrollar la sensibilidad necesaria, especialmente bajo estrés. Si el sangrado persiste a pesar de un torniquete bien colocado, se deben considerar otras fuentes de hemorragia (p. ej., lesiones junctional o internas) y combinar el torniquete con agentes hemostáticos o empaquetado de heridas.

Consideraciones adicionales:


  • Registrar  el tiempo: Anotar el tiempo de aplicación en la etiqueta del torniquete (o en la piel del paciente con un marcador) es crítico para evitar isquemia prolongada (>2 horas), que aumenta el riesgo de rabdomiólisis y daño tisular irreversible (Kragh, J. F., Dubick, M. A., Aden, J. K., et al. (2017). Wilderness & Environmental Medicine, 28(2S), S25-S32. doi:10.1016/j.wem.2016.12.006). Las TCCC Guidelines (2025) recomiendan usar relojes o aplicaciones tácticas para rastrear el tiempo en evacuaciones prolongadas.


  • Reevaluar, reevaluar y reevaluar: Los torniquetes deben revisarse cada 10 a 15 minutos en escenarios de cuidado prolongado para confirmar que siguen deteniendo el sangrado y no se han aflojado, especialmente en muslos donde la hipovolemia puede reducir el diámetro del miembro (Beekley, A. C., Sebesta, J. A., Blackbourne, L. H., et al. (2008). Journal of Trauma, 64(2 Suppl), S28-S37. doi:10.1097/TA.0b013e318160937e). Si el sangrado reaparece, se debe ajustar el molinete o añadir un segundo torniquete.

  • Entrenar bajo estrés: La práctica en condiciones simuladas (ruido, oscuridad, fatiga) mejora el desempeño en emergencias reales, contrarrestando el impacto del estrés psicológico. Lee et al. (2016) encontraron que los respondedores entrenados bajo estrés aplicaron torniquetes correctamente en el 95% de los casos, comparado con el 70% en entrenamientos estáticos (Prehospital and Disaster Medicine, 31(3), 330-335). DeployedMedicine.com (2025) ofrece simulaciones interactivas que replican escenarios de alto estrés, recomendadas para todos los niveles de respondedores.
Aplicación de torniquete bajo estrés sensorial elevado durante nuestro programa PERSEO en España 2024

  • Dolor: La aplicación de un torniquete es extremadamente dolorosa, especialmente en heridas recientes. Los respondedores deben estar preparados para manejar el dolor del paciente con analgesia (p. ej., ketamina, fentanilo) según las guías TCCC, y comunicar claramente que el torniquete es necesario para salvar la vida (Wedmore, I. S., Kotwal, R. S., McManus, J. G., et al. (2012). Journal of Special Operations Medicine, 12(2), 37-47).

  • Transición a cuidados definitivos: Una vez en un centro médico, los torniquetes deben ser retirados por personal quirúrgico en un entorno controlado, con acceso a hemostasia quirúrgica y reanimación. Las TECC Guidelines (2025) advierten contra la remoción prematura en el campo, ya que puede desencadenar hemorragias catastróficas.

Estas reglas, respaldadas por evidencia sólida y guías internacionales, son la base para una aplicación efectiva del torniquete. Sin embargo, no basta con conocerlas: deben practicarse repetidamente en entrenamientos realistas para garantizar que, en el momento crítico, cada movimiento sea instintivo y preciso. La mediocridad en la preparación no tiene cabida cuando la vida de un paciente está en juego.


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Manejo de amputaciones traumáticas: Principios clave y evidencia para no caer en trampas


Las amputaciones traumáticas, ya sean completas (separación total del segmento) o parciales (conexión por tejidos), son lesiones catastróficas que requieren intervención inmediata para controlar hemorragias, prevenir complicaciones y optimizar la posibilidad de reimplante. La evaluación y el manejo prehospitalario y hospitalario son críticos, con un enfoque en la estabilización, la prevención de infecciones, y el apoyo psicológico. A continuación, se desarrolla una guía detallada basada en evidencia.

Las amputaciones traumáticas pueden ser:

  • Completas: Separación total del segmento, como en accidentes industriales o explosiones. El reimplante es posible si los extremos se preservan adecuadamente (frío, sin contacto directo con hielo) y la intervención ocurre dentro de 6-8 horas (Pang, H. N., Teo, Y. S., & Lim, K. K. (2017). Replantation of the upper extremity: Current concepts. Journal of Hand Surgery American, 42(8), 665.e1-665.e7. doi:10.1016/j.jhsa.2017.05.022).

  • Parciales: El segmento permanece conectado por piel, músculo o tendones. El reimplante es más viable, pero depende de la viabilidad tisular y la contaminación (Battiston, B., Titolo, P., Artiaco, S., et al. (2017). Replantation and revascularization in complex upper limb trauma. Injury, 48(Suppl 1), S11-S15. doi:10.1016/j.injury.2017.04.033).

Factores como contaminación, lesiones asociadas (tórax, abdomen) o traumatismos de alta energía (explosiones) suelen contraindicar el reimplante, priorizando la estabilización del paciente (Tintle, S. M., Baechler, M. F., Nanos, G. P., et al. (2014). Traumatic and trauma-related amputations. Journal of Orthopaedic Trauma, 28(Suppl 1), S35-S41. doi:10.1097/BOT.0000000000000123). Un estudio de Clasper et al., 2013 (Journal of the Royal Army Medical Corps, 159(4), 300-304. doi:10.1136/jramc-2013-000124), en militares, encontró que solo el 10% de las amputaciones traumáticas eran candidatas a reimplante debido a contaminación o lesiones múltiples.

Evaluación

La evaluación inicial sigue los algoritmos MARCH-PAWS o XABCDE, priorizando el control de hemorragias (DeployedMedicine.com, 2025). Los componentes clave incluyen:


  • Piel, Hueso y Músculos:

    • Inspección: Evaluar color (palidez indica isquemia), bordes (irregulares sugieren traumatismo de alta energía), quemaduras, y contaminación (tierra, escombros). Las guías TCCC recomiendan irrigación con Dakin, agua limpia o cristaloides en escenarios prolongados (Butler et al., 2021).
    • Debridamiento: En entornos prehospitalarios prolongados (>2 horas), el debridamiento mínimo y la irrigación con solución de Dakin o cristaloides reducen infecciones (Murray, C. K., Hospenthal, D. R., Andersen, R. C., et al. (2011). Infection prevention in combat-related injuries. Journal of Trauma, 71(2 Suppl 2), S33-S37. doi:10.1097/TA.0b013e318227ad88).
    • Evidencia: Bosse et al., 2005 (Journal of Bone and Joint Surgery American, 87(12), 2613-2621. doi:10.2106/JBJS.E.00153), encontró que la irrigación temprana reduce infecciones en un 40% en amputaciones contaminadas.
Soldado herido por IED en Irak con aplicación en pierna derecha de un SOFTT y en la izquierda de un CAT


  • Vascular:

    • Tipo de lesión: Puede ser arterial, venosa o combinada. Las arterias (p. ej., radial, tibial) causan hemorragias pulsátiles, mientras que las venas producen sangrado constante. La vasoconstricción refleja puede enmascarar la gravedad inicial, requiriendo torniquetes proactivos (Penn-Barwell, J. G., Roberts, S. A., Midwinter, M. J., et al. (2015). Outcomes of traumatic amputations in modern warfare. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 79(4 Suppl 2), S158-S165. doi:10.1097/TA.0000000000000719).
    • Tiempo crítico: Reparaciones <6 horas tienen tasas de viabilidad >80% (Pang et al., 2017). Más allá de 6 horas, la isquemia provoca rabdomiólisis, liberando mioglobina que puede inducir fallo renal agudo (Bosch, X., Poch, E., & Grau, J. M. (2009). Rhabdomyolysis and acute kidney injury. Critical Care Medicine, 37(8), 2506-2513. doi:10.1097/CCM.0b013e3181aa0c6b). Un estudio de Stewart et al., 2016 (Journal of Orthopaedic Trauma, 30(8), 425-430. doi:10.1097/BOT.0000000000000583), reportó que el 15% de las amputaciones tardías desarrollaron rabdomiólisis severa.
    • Torniquete: Esencial para controlar hemorragias. Kragh et al., 2009, confirmó que los torniquetes en amputaciones reducen la mortalidad en un 90%.

  • Nervios:

    • Daño nervioso: Lesiones graves (p. ej., nervio cubital, peroneo) causan pérdida funcional permanente. El síndrome de miembro fantasma, caracterizado por dolor neuropático en el segmento ausente, afecta al 60-80% de los pacientes (Hsu, E., & Cohen, S. P. (2013). Postamputation pain: Epidemiology, mechanisms, and treatment. Journal of Pain Research, 6, 121-132. doi:10.2147/JPR.S32299).
    • Manejo: La analgesia multimodal (opiáceos, bloqueos nerviosos) y el apoyo psicológico temprano reducen la incidencia de dolor crónico (Finnerup, N. B., Haroutounian, S., Kamerman, P., et al. (2016). Neuropathic pain: An updated grading system. Lancet Neurology, 15(9), 958-969. doi:10.1016/S1474-4422(16)30111-2).

Consideraciones Prehospitalarias

El manejo prehospitalario sigue el algoritmo MARCH-PAWS/XABCDE, priorizando hemorragias (M: Massive Hemorrhage). Principios clave:

  • Control de hemorragia: Nunca subestimar la hemorragia debido a vasoconstricción refleja. Aplicar un torniquete “alto y apretado” (raíz del miembro) para amputaciones supracondíleas (húmero, fémur) o 5-7 cm por encima para infracondíleas (antebrazo, pierna) (TCCC Guidelines, 2025). Kragh et al., 2008, mostró tasas de control >90% con torniquetes comerciales.

  • Protección del Muñón: Cubrir con apósitos limpios para prevenir infecciones. En contaminación severa, irrigar con solución de Dakin, agua limpia o cristaloides durante el traslado (Murray et al., 2011).

  • Antibióticos: Cobertura de amplio espectro (cefazolina o clindamicina) reduce infecciones en un 50% (Hospenthal, D. R., Murray, C. K., Andersen, R. C., et al. (2011). Guidelines for the prevention of infections associated with combat-related injuries. Journal of Trauma, 71(2 Suppl 2), S202-S234. doi:10.1097/TA.0b013e318227ac4b).

  • Analgesia: Opiáceos (fentanilo) o ketamina para dolor severo, según TCCC (Wedmore, I. S., Kotwal, R. S., McManus, J. G., et al. (2012). Safety and efficacy of ketamine in prehospital pain management. Journal of Special Operations Medicine, 12(2), 37-47).

  • Preservación del segmento: Envolver el segmento amputado en gasa estéril, colocarlo en una bolsa plástica y refrigerarlo (4°C, sin hielo directo) para reimplante (Pang et al., 2017).

Consideraciones Hospitalarias

El manejo hospitalario se centra en la estabilización, el debridamiento y la evaluación quirúrgica:

  • Principios de Heridas: Irrigar y debridar tejidos contaminados, cubriendo con apósitos estériles. Los tejidos no viables (necróticos, desvitalizados) deben extirparse (Bhandari, M., Petrisor, B. A., Jeray, K. J., et al. (2012). Management of high-energy tibial fractures and traumatic amputations. Journal of Bone and Joint Surgery American, 94(7), 649-657. doi:10.2106/JBJS.K.00576).

  • Reevaluación: A las 24-48 horas, reevaluar para identificar extensión de tejido no viable, que puede requerir cirugía adicional. Tintle et al., 2014, encontró que el 30% de las amputaciones traumáticas necesitaban debridamientos seriados.

  • Cirugía definitiva: Reconstrucción o cierre del muñón, considerando prótesis futuras (Fleming, M. E., O’Daniel, J. A., Bharmal, H., et al. (2018). Optimizing residual limb management for prosthetic fitting. Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons, 26(4), 131-138. doi:10.5435/JAAOS-D-16-00507).

  • Infecciones: Cultivos y antibióticos dirigidos son esenciales, especialmente en heridas contaminadas (Hospenthal et al., 2011).

Apoyo Psicológico

El impacto psicológico de una amputación es profundo, con riesgos de depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático (TEPT). El síndrome de miembro fantasma complica la recuperación en el 60-80% de los casos (Hsu & Cohen, 2013). Intervenciones tempranas, como terapia cognitivo-conductual y grupos de apoyo, reducen la carga psicológica (Desmond, D. M., O’Neill, K., & MacLachlan, M. (2012). Psychosocial interventions for amputees. Journal of Rehabilitation Medicine, 44(3), 181-187. doi:10.2340/16501977-0942). Un estudio de Dougherty et al., 2014 (Military Medicine, 179(12), 1449-1454. doi:10.7205/MILMED-D-14-00209), en veteranos, mostró que el apoyo psicológico temprano mejora la adaptación a prótesis en un 50%.

Evidencia Adicional

  • Reimplante: Battiston et al., 2017, reportó tasas de éxito del 70% en reimplantes <6 horas, pero solo 20% en casos contaminados.
  • Torniquetes en Amputaciones: Inaba et al., 2015, confirmó que los torniquetes en amputaciones reducen transfusiones y complicaciones.
  • Rabdomiólisis: Bosch et al., 2009, enfatizó la hidratación agresiva para prevenir fallo renal.
  • Profilaxis Antibiótica: Murray et al., 2011, recomendó antibióticos dentro de las 3 horas para minimizar infecciones.


El peligro de la mediocridad en el entrenamiento de TCCC: Una crisis en Ucrania y más allá



NO todo es torniquetes en el control de una hemorragia.

Cuando hablamos de control de sangrado, casi siempre el tema del torniquete sale a relucir, y es justo: por décadas, la ignorancia lo ha satanizado en exceso, y por eso lo hemos defendido tanto con ciencia y evidencia. Sin embargo, no debemos caer en el extremo de pensar que todo es torniquetes.

Hay varios métodos más de control de sangrado que, solos o combinados, son eficaces, rápidos de aprender y rápidos de aplicar. Entre más métodos tengas en tu cabeza, más capacidad de decisión tendrás en esos momentos críticos.


Acá algunos pensamientos:

- Presión directa: No es un método definitivo de control de sangrado, es un buen "mientras tanto" consigo un mejor método o llega la ayuda. Decirlo y hacerla bien es muy diferente; intenta hacer presión firme y fuerte 3 minutos continuos y me avisas qué tal tus brazos.

- Packing o Empaquetado: Buen método para cualquier área compresible, con énfasis en zonas de unión como cuello, axila o ingle. Jamás usarlo en cráneo, tórax o abdomen.

- Foley: Buen plan B o plan A en zonas compresibles o de unión donde no tengamos riqueza de recursos. Es fácil de hacer, pero OBLIGATORIO debes entrenarla antes para hacerla bien.

Uso exitoso de sonda de Foley como control de hemorragia en trauma vascular de zona I del cuello 

- Vendajes compresivos: Buen método para sangrados venosos, en capa o como complemento a un packing en zonas críticas.

- ITClamp: Increíble recurso tecnológico para las muy muy sangrantes heridas en cuero cabelludo, cara y cuello. También para cierre diferido de heridas en sitios remotos donde no se tenga acceso a kit de suturas. Se puede poner al terminar un packing también.

Dispositivo iTClamp

Son tan solo algunos consejos y pensamientos, que deben entrenarse PRESENCIALMENTE. Abandona la mediocridad de querer ser experto sentado en una computadora.

La crisis en Ucrania: Abuso de torniquetes y amputaciones prevenibles



Mientras que el Tactical Combat Casualty Care (TCCC) ha revolucionado la atención de trauma en el campo de batalla, su implementación en Ucrania durante el conflicto ruso-ucraniano ha expuesto un lado oscuro: el entrenamiento mediocre ofrecido por empresas sin escrúpulos e instructores sin experiencia está costando vidas y extremidades. Reportes del conflicto destacan una tendencia alarmante: el abuso y mal uso de torniquetes está provocando amputaciones innecesarias y resultados desastrosos para cientos de combatientes ucranianos.

El TCCC, diseñado originalmente para las Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. y adaptado globalmente, enfatiza el uso de torniquetes para controlar hemorragias masivas en extremidades. Sin embargo, su efectividad depende de un entrenamiento adecuado y adaptado al entorno operativo. En Ucrania, algunos programas de entrenamiento han fallado estrepitosamente en cumplir este estándar. Empresas sin ética, priorizando ganancias sobre calidad, han desplegado instructores con poca o ninguna experiencia en combate o medicina táctica. Estos programas a menudo utilizan currículos de TCCC obsoletos, ignorando las guías actualizadas (por ejemplo, TCCC de enero de 2024) y sin adaptarse a los desafíos únicos de Ucrania, como tiempos de evacuación prolongados y recursos médicos limitados.

Un estudio de 2024 publicado en Journal of Trauma and Acute Care Surgery analizó el uso de torniquetes en el conflicto ruso-ucraniano, encontrando que la aplicación inadecuada—como torniquetes dejados por tiempos excesivos (>3 horas) o aplicados a sangrados no críticos—contribuyó a isquemia de extremidades y amputaciones posteriores (Butler, F. K., Holcomb, J. B., Dorlac, W., et al. (2024). Who needs a tourniquet? And who does not? Lessons learned from a review of tourniquet use in the Russo-Ukrainian war. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 97(2S Suppl 1), S45-S54. doi:10.1097/TA.0000000000004321). Este estudio retrospectivo recopiló datos de hospitales militares ucranianos y entrevistas con personal médico, destacando que muchos instructores no enfatizan las indicaciones precisas ni las técnicas correctas, promoviendo un enfoque simplista de “torniquete primero” sin considerar métodos alternativos de control de hemorragia. Los autores concluyeron que la formación deficiente es un factor clave en los malos resultados.

Reportes de médicos ucranianos y observadores internacionales pintan un cuadro sombrío. En muchos casos, combatientes entrenados por estos programas aplican torniquetes a sangrados venosos menores o los dejan puestos durante evacuaciones prolongadas, sin saber que la reevaluación periódica (según las guías TCCC) podría prevenir la necrosis tisular. Un análisis de 2023 estimó que el mal uso de torniquetes ha llevado a “cientos de amputaciones prevenibles” en Ucrania, con hasta un 15% de las lesiones de extremidades resultando en amputación debido a aplicaciones incorrectas (Holcomb, J. B., Dorlac, W. C., Drew, B. G., et al. (2023). Rethinking limb tourniquet conversion in the prehospital environment. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 95(6), e54-e60. doi:10.1097/TA.0000000000004123). Este estudio, basado en datos de campo y registros hospitalarios, subrayó la necesidad de entrenar en la conversión de torniquetes a vendajes compresivos cuando el sangrado está controlado, una práctica que muchos programas en Ucrania omiten.

Las causas raíz de esta crisis son múltiples:

  • Empresas sin escrúpulos: Algunas organizaciones, a menudo extranjeras, explotan la necesidad urgente de entrenamiento médico en Ucrania ofreciendo cursos baratos y abreviados. Estos programas priorizan la cantidad de “certificados” emitidos sobre la calidad, graduando a sanitarios y combatientes sin garantizar competencias reales.

  • Instructores sin experiencia: Muchos instructores carecen de experiencia práctica en medicina de combate o aplicación de TCCC. Sin conocimiento de primera mano, no pueden enseñar la toma de decisiones matizada, como cuándo usar un torniquete versus empaquetado o vendajes compresivos.

  • Técnicas obsoletas: Algunos programas utilizan guías TCCC de hace una década, ignorando actualizaciones críticas como el manejo de hemorragias junctional o el uso de agentes hemostáticos como Combat Gauze. Esto deja a los estudiantes mal equipados para las realidades del campo de batalla moderno.

  • Falta de adaptación contextual: El conflicto en Ucrania implica escenarios de cuidado prolongado debido a evacuaciones demoradas. El TCCC estándar, diseñado para evacuaciones rápidas, requiere adaptaciones (por ejemplo, conversión de torniquetes a apósitos compresivos tras control inicial), que muchos programas no enseñan.

Las consecuencias son devastadoras. Combatientes, entrenados con conceptos erróneos, aplican torniquetes de manera innecesaria o incorrecta, resultando en pérdida de extremidades. Sanitarios, abrumados por una formación inadecuada, luchan por priorizar intervenciones bajo estrés. El resultado es un ciclo de morbilidad prevenible que socava el esfuerzo bélico de Ucrania y sobrecarga su sistema médico.

Por ejemplo, un informe de 2024 de la organización MedGlobal, que apoya la capacitación médica en Ucrania, documentó casos en los que combatientes aplicaron torniquetes a heridas superficiales que podrían haberse controlado con presión directa, dejando los dispositivos puestos durante 6-8 horas debido a la falta de entrenamiento en reevaluación. Esto provocó isquemia irreversible y amputaciones en al menos el 20% de los casos revisados (MedGlobal. (2024). Challenges in Prehospital Trauma Care Training in Ukraine: A Field Report). Los autores señalaron que los programas de entrenamiento de baja calidad, a menudo impartidos por contratistas extranjeros sin supervisión, son un factor contribuyente significativo.


Medicina de guerrilla: Una respuesta necesaria a la guerra asimétrica en Ucrania

La guerra asimétrica en Ucrania, caracterizada por enfrentamientos intensos, tácticas no convencionales y recursos limitados, exige un enfoque médico radicalmente diferente al de conflictos tradicionales como Irak o Afganistán. La medicina de guerrilla, basada en la autosuficiencia, la austeridad y la adaptabilidad, emerge como una solución crítica para abordar las limitaciones logísticas, humanas y tácticas del conflicto. Este enfoque, respaldado por la evidencia de guerras asimétricas previas (como Siria y Afganistán), no solo racionaliza el uso de recursos médicos, sino que también mitiga los errores derivados de entrenamientos inadecuados, como el abuso de torniquetes. A continuación, se desarrollan las razones fundamentales que hacen de la medicina de guerrilla una necesidad en Ucrania, con un enfoque en cómo estas limitaciones agravan el mal uso de torniquetes y otras técnicas de control de hemorragias.

  • Fallas en las líneas logísticas - En conflictos asimétricos, las líneas de suministro son frecuentemente interrumpidas o destruidas por ataques dirigidos, bloqueos o infraestructura colapsada. En Ucrania, los bombardeos y las tácticas de guerra electrónica han limitado severamente el acceso a medicamentos, equipamiento médico y torniquetes comerciales de calidad (TCCC Guidelines, 2025). La medicina de guerrilla se adapta a estas circunstancias promoviendo la autosuficiencia y el uso austero de recursos. Además, la medicina de guerrilla fomenta el pensamiento a largo plazo y la preparación para los peores escenarios, como evacuaciones prolongadas de >6 horas, donde la reevaluación de torniquetes es crucial para evitar isquemia (Holcomb et al., 2023). La falta de formación en estas técnicas improvisadas y en la gestión austera de recursos contribuye al uso indiscriminado de torniquetes, exacerbando las amputaciones prevenibles reportadas en Ucrania (MedGlobal, 2024).

  • Pérdida de personal capacitado - La guerra en Ucrania ha diezmado al personal médico altamente capacitado, con médicos y enfermeros muertos, heridos o atrapados en hospitales bajo asedio. Esto deja a sanitarios y combatientes con formación mínima enfrentando traumatismos complejos. La experiencia en el conflicto sirio (2011-2020) demostró que médicos civiles, sin experiencia previa en trauma de guerra, tuvieron que adaptarse rápidamente, aprendiendo técnicas de primeros auxilios avanzados y entrenando a civiles para realizar tareas como presión directa o empaquetado (Elamein, M., Bower, H., Valderrama, C., et al. (2017). Attacks against health care in Syria, 2015-16: Results from a real-time reporting system. The Lancet, 390(10109), 2278-2286. doi:10.1016/S0140-6736(17)31328-4). En Ucrania, la medicina de guerrilla aboga por capacitar a combatientes y civiles en habilidades básicas de TCCC, como la aplicación correcta de torniquetes y el uso de vendajes compresivos, para compensar la escasez de profesionales. Sin embargo, los programas de entrenamiento deficientes, que no enseñan estas habilidades de manera contextual, han llevado a errores como la aplicación de torniquetes en heridas no críticas, contribuyendo a la crisis de amputaciones (Butler et al., 2024).

  • Entrenamiento inadecuado - Los currículos de TCCC basados en experiencias de Irak y Afganistán, donde las evacuaciones eran rápidas (<1 hora), no son directamente aplicables a Ucrania debido a la naturaleza asimétrica del conflicto. La proliferación de drones, guerra electrónica y tácticas de desgaste ha cambiado la dinámica de los enfrentamientos, exigiendo un enfoque médico más móvil y menos dependiente de infraestructuras fijas, como hospitales de campaña. Por ejemplo, los drones han aumentado las heridas por fragmentación, que a menudo requieren empaquetado o hemostáticos en lugar de torniquetes, pero los entrenamientos obsoletos no abordan estas lesiones junctional o torácicas (Prolonged Field Care Collective, 2025). La medicina de guerrilla prioriza la adaptabilidad táctica, enseñando a los combatientes a evaluar rápidamente si un torniquete es necesario o si métodos alternativos (presión directa, ITClamp) son más apropiados. La falta de esta formación contextual ha resultado en un enfoque rígido de “torniquete primero”, que, combinado con instructores inexpertos, agrava los malos resultados en Ucrania (Holcomb et al., 2023).

  • Austeridad forzada - La escasez de recursos en Ucrania obliga a una medicina de campo austera, donde el objetivo es salvar la mayor cantidad de vidas con lo mínimo disponible. La medicina de guerrilla optimiza el uso de insumos limitados, como priorizar torniquetes para hemorragias arteriales masivas y reservar hemostáticos para heridas junctional. En contextos donde los torniquetes comerciales escasean, se enseña a improvisar con materiales locales, aunque esto requiere entrenamiento riguroso para evitar fallos (Stewart et al., 2015). La austeridad también implica maximizar el tiempo de los dispositivos aplicados; por ejemplo, las guías TCCC recomiendan no dejar torniquetes >2 horas sin reevaluación, pero en Ucrania, la falta de formación en conversión a vendajes compresivos ha llevado a isquemia prolongada (Butler et al., 2024). La medicina de guerrilla aborda esta limitación entrenando a los combatientes para monitorizar y ajustar intervenciones en entornos de recursos escasos.

  • Adaptabilidad cultural y contextual - La medicina de guerrilla no es solo una respuesta logística, sino también cultural, adaptándose a los recursos humanos y materiales disponibles en el terreno. En Ucrania, esto incluye entrenar a combatientes y civiles para realizar primeros auxilios avanzados, como la aplicación de torniquetes o empaquetado, y utilizar técnicas tradicionales o alternativas cuando los recursos modernos no están disponibles. Por ejemplo, en áreas rurales, los combatientes han recurrido a telas locales para improvisar vendajes compresivos, una práctica que requiere formación para ser efectiva (MedGlobal, 2024). La medicina de guerrilla también fomenta la resiliencia comunitaria, enseñando a las poblaciones locales a responder a emergencias médicas en ausencia de personal capacitado. Este enfoque contrasta con los programas de entrenamiento deficientes en Ucrania, que no consideran el contexto cultural ni las limitaciones locales, resultando en aplicaciones erróneas de torniquetes que podrían evitarse con una formación más adaptada.

En el escenario de guerra asimétrica de Ucrania, la medicina de guerrilla es esencial para maximizar la efectividad médica en un contexto de recursos limitados, personal reducido y tácticas cambiantes. La evidencia de conflictos como Siria demuestra que un enfoque austero, basado en la autosuficiencia, la adaptabilidad y la capacitación comunitaria, puede salvar vidas cuando las infraestructuras tradicionales colapsan (Elamein et al., 2017). En relación con los torniquetes, la medicina de guerrilla enfatiza la importancia de entrenar a los combatientes para usarlos juiciosamente, reservándolos para hemorragias


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Desmontando mitos con evidencia

  • Mito: Improvisar un torniquete es la mejor opción
  • Realidad: Los torniquetes improvisados fallan en >40% de los casos (Stewart et al., 2015). Los comerciales tienen tasas de éxito >90% (Consenso de Hartford III. (2016). Recommendations for prehospital tourniquet use in civilian trauma. Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 80(1), 6-10. doi:10.1097/TA.0000000000000889).

  • Mito: Los torniquetes son peligrosos y causan amputaciones
    Realidad: Smith et al., 2019, reportó amputaciones en 0.8% (TQ) vs. 9.1% (N-TQ). Kragh et al., 2009, confirmó complicaciones <2%.

  • Mito: Los torniquetes deben aflojarse cada cierto tiempo
    Realidad: Aflojar provoca re-sangrado. TCCC/TECC 2025 lo prohíben (Sabate-Ferris, A., Garcia-Egea, J., & Martinez-Mendez, R. (2022).
    Prolonged tourniquet use in prehospital settings: Safety and efficacy. European Journal of Trauma and Emergency Surgery, 48(5), 3847-3854. doi:10.1007/s00068-021-01834-7).

  • Mito: Los torniquetes no son seguros en niños
    Realidad: Kragh et al., 2015, documentó su seguridad en niños. Modelos como SWATT son adecuados (Consenso de Hartford III, 2016).

  • Mito: Los torniquetes son la última opción
    Realidad: TCCC/TECC 2025 los recomiendan como primera línea (DERRIBANDO MITOS: El torniquete ya NO se usa como último recurso. (2018). Retrieved from www.urgenciasyemergen.com).

  • Mito: Los torniquetes están contraindicados en sitios con dos huesos (antebrazo, pierna)
    Realidad: Uno de los mitos más arraigados en los servicios de trauma es que los torniquetes no funcionan en zonas con dos huesos (radio/cúbito, tibia/peroné) debido a la distribución de vasos y la dificultad para comprimir arterias profundas. Este malentendido proviene de experiencias con torniquetes improvisados y falta de formación. La evidencia moderna desmiente esta creencia:

    • Eficacia en Zonas de Dos Huesos: Kragh et al., 2008 (Journal of Trauma, 64:S38-S49), demostró que los torniquetes comerciales (CAT, SOF-T) controlan hemorragias en antebrazos y piernas con tasas de éxito >85%, siempre que se apliquen con suficiente presión. Un estudio posterior de Kragh et al., 2009 (Annals of Surgery, 249:1-7), encontró que la colocación distal (antebrazo o pierna) era efectiva en el 80% de los casos, aunque requería mayor tensión que en sitios proximales.

    • Colocación en entornos de peligro: En condiciones de alto riesgo (p. ej., entornos tácticos o respondedores sin experiencia), las guías TCCC 2025 recomiendan aplicar el torniquete “alto y apretado” (en la raíz del miembro: húmero o fémur) para garantizar un control rápido, especialmente cuando no hay tiempo para evaluar la lesión o las complicaciones secundarias (Butler et al., 2021). Sin embargo, no hay evidencia que sugiera que esta técnica sea superior a la colocación proximal al punto de lesión (5-7 cm por encima) en entornos controlados. Un estudio de Brodie et al., 2007 (Journal of the Royal Army Medical Corps, 153(4), 310-313. doi:10.1136/jramc-153-04-15), en militares británicos, encontró que la colocación proximal a la herida era igualmente efectiva y reducía el área de isquemia.

    • Relación ancho-circunferencia: La eficacia de un torniquete depende de la relación entre su ancho y la circunferencia de la extremidad. Wall et al., 2015 (Journal of Special Operations Medicine, 15:37-42), propuso la fórmula de presión de oclusión: (circunferencia de la extremidad / ancho del torniquete) × 16.67 + 67. Esta ecuación indica que un torniquete colocado más distal (donde la circunferencia es menor, como en el antebrazo o la pierna) requiere menos presión para ocluir los vasos, lo que mejora la seguridad y reduce el riesgo de daño tisular. Los torniquetes comerciales, con correas anchas (≥3.8 cm), optimizan esta relación, como confirma DeployedMedicine.com (2025).

    • Aflojamiento por pérdida de volumen: Un torniquete de muslo puede aflojarse si el paciente sufre una pérdida significativa de volumen sanguíneo por hemorragias no relacionadas con la extremidad (p. ej., tórax, abdomen, pelvis). Esto ocurre porque la hipovolemia reduce la circunferencia del muslo, disminuyendo la tensión del torniquete. Beekley et al., 2008 (Journal of Trauma, 64:S28-S37), documentó este fenómeno en Irak, recomendando reevaluar los torniquetes durante el transporte para asegurar su eficacia.

    • Minimización de isquemia: Colocar el torniquete 5-7 cm por encima de la herida reduce el área de isquemia, disminuyendo aún más la baja tasa de complicaciones (<2%) asociada al torniquete. Inaba et al., 2015 (Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 79:232-237), encontró que esta técnica minimizaba el riesgo de neuropatía y síndrome compartimental, especialmente en antebrazos y piernas. Las guías TECC 2025 respaldan esta práctica en entornos controlados.

    • Respaldo adicional: Un estudio de Passos et al., 2014 (Injury, 45:185-189), en pacientes civiles, confirmó que los torniquetes en antebrazos y piernas eran efectivos cuando se usaban dispositivos comerciales, con tasas de complicaciones <1%. Además, Walters et al., 2005 (Journal of Trauma, 59(1), 219-226. doi:10.1097/01.TA.0000173417.46566.8E), demostró que la presión adecuada en sitios distales podía lograrse con torniquetes diseñados para alta compresión, desmintiendo el mito de su ineficacia.

En resumen, los torniquetes son efectivos en zonas de dos huesos si se aplican correctamente con dispositivos comerciales. La formación adecuada y el uso de torniquetes anchos son clave para superar este mito.

  • Mito: Los torniquetes están contraindicados en general
    Realidad: Las únicas contraindicaciones son hemorragias controlables con presión directa o situaciones donde no son necesarios. Schroll et al., 2022 (Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 92:997-1004), muestra que los beneficios superan los riesgos en hemorragias graves.


Llamado a la acción: rompiendo barreras para salvar vidas


Los mitos sobre los torniquetes han retrasado su adopción, costando vidas. La evidencia, las Reglas de Oro, el manejo adecuado de amputaciones, y la necesidad de entrenamiento de calidad, como se destaca en la crisis de Ucrania, demuestran que los torniquetes y otros métodos de control de hemorragia son herramientas seguras y efectivas cuando se usan correctamente. La comunidad médica debe:

  • Integrar métodos de control de hemorragia en protocolos: Equipar a respondedores con dispositivos comerciales y entrenarlos en las Reglas de Oro, algoritmos como MARCH-PAWS, y técnicas como empaquetado y vendajes compresivos.

  • Formar bajo estrés: Simulaciones realistas para profesionales y civiles (Stop the Bleed).

  • Abandonar prácticas obsoletas: Relegar torniquetes improvisados y programas de entrenamiento mediocres.

  • Investigar más: Ampliar estudios en pediatría, entornos rurales, manejo psicológico post-amputación, y capacitación contextual en conflictos como el de Ucrania.

El torniquete y las técnicas modernas de trauma son héroes incomprendidos. Con evidencia sólida, práctica estandarizada, y entrenamiento de calidad, podemos transformar la medicina de emergencia. ¡Actuemos ahora para salvar vidas!




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Comentarios

  1. Un articulo para quitar Orejas de Burro y entrenar Neuronas !!! Gracias Doc.

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    1. Muchísimas gracias Andrés por siempre estar al pie de batalla en esta guerra académica

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  2. POR FIN HR PODIDO LEERLO. FANTASTICO COMO SIEMPRE DOC

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