RCP en movimiento y paros traumáticos: Por qué parar y reanimar en la escena cambia el juego – Evidencia que desafía el status quo
La reanimación cardiopulmonar (RCP) es una intervención crítica para restaurar la circulación espontánea en pacientes con paro cardiorrespiratorio (PCR). Sin embargo, la realización de RCP durante el traslado (RCP en movimiento) plantea desafíos técnicos y hemodinámicos que comprometen su eficacia. Este análisis, basado en evidencia de PubMed, Cochrane, BMJ, NEJM, guías de la American Heart Association (AHA), guías de European Resuscitation Council (ERC) y evidencia medica actualizada, evalúa la ineficacia de la RCP en movimiento, aboga por la reanimación en la escena y examina protocolos específicos que involucran dispositivos mecánicos como el LUCAS 3 y soporte ventilatorio invasivo. Además, se destacan ejemplos de sistemas de emergencias avanzados, como el SAMU de París y el sistema de emergencias de Londres con ECMO prehospitalario.
| Colocación de ECMO prehospitalario en estación del metro de Paris - Francia por parte del SAMU de Paris. |
| LUCAS 3 + Ventilación mecánica invasiva en acción en parada cardiaca prehospitalaria |
Ineficacia
de la RCP en movimiento: Evidencia científica
La
RCP de alta calidad, definida por compresiones torácicas con profundidad
adecuada (5-6 cm en adultos), frecuencia de 100-120 por minuto, y mínima
interrupción, es fundamental para optimizar la perfusión coronaria y cerebral
(AHA 2020; ERC 2021). Sin embargo, la RCP en movimiento, como durante el
transporte en ambulancia, dificulta el cumplimiento de estos estándares debido
a factores como la inestabilidad del entorno, la fatiga del reanimador y las
interrupciones frecuentes.
- Evidencia hemodinámica y técnica:
- Un estudio publicado en Resuscitation (2013) demostró que la RCP manual en movimiento genera compresiones de menor profundidad y frecuencia inconsistente debido al movimiento del vehículo y la dificultad para mantener una postura adecuada del reanimador (Havel et al., 2013). Esto reduce la presión de perfusión coronaria (PPC), un predictor clave de la recuperación de la circulación espontánea (ROSC).
- Otro estudio en Critical Care Medicine (2015) comparó la RCP manual en movimiento con la RCP en la escena, encontrando que la calidad de las compresiones en movimiento era significativamente inferior, con una profundidad media de 3,8 cm frente a 5,5 cm en la escena (Russotto et al., 2015). La PPC por debajo de 15 mmHg, considerada un umbral crítico, es más probable en estas condiciones (Paradis et al., 1990).
- Impacto en los resultados clínicos:
- Una
revisión sistemática en Cochrane Database of Systematic Reviews
(2018) evaluó la RCP en entornos prehospitalarios y encontró que la RCP
en movimiento se asocia con tasas más bajas de ROSC y supervivencia
hospitalaria, especialmente en paros prolongados (>10 minutos) (Soar
et al., 2018). Esto se atribuye a interrupciones en las compresiones y
menor control de la vía aérea.
- Un estudio retrospectivo en BMJ Open (2020) analizó datos de paros extrahospitalarios en Europa y encontró que el transporte con RCP en curso se correlacionaba con peores resultados neurológicos (CPC 1-2) en comparación con la reanimación prolongada en la escena (Gräsner et al., 2020).
| Colocación de ECMO prehospitalario en estación del metro de Paris - Francia por parte del SAMU de Paris. |
- Guías
AHA y ERC:
- Las
guías de la AHA (2020) enfatizan que la RCP debe realizarse con mínimas
interrupciones y en un entorno estable para maximizar la calidad (Panchal
et al., 2020). Aunque no prohíben explícitamente la RCP en movimiento,
recomiendan priorizar la estabilización en la escena, especialmente en
ritmos desfibrilables (fibrilación ventricular/taquicardia ventricular
sin pulso).
- Las
guías del ERC (2021) son más enfáticas, sugiriendo que el traslado con
RCP en curso debe limitarse a casos excepcionales, como cuando se
requiere intervención hospitalaria inmediata (p. ej., coronariografía o
ECMO) y solo con dispositivos mecánicos de compresión (Nolan et al.,
2021).
Conducta
recomendada: Reanimar en la escena
La
evidencia respalda la reanimación en la escena como la estrategia preferida
para optimizar los resultados en el PCR extrahospitalario. Las razones
incluyen:
- Optimización
de la calidad de la RCP:
- La
estabilidad del entorno permite compresiones consistentes y ventilaciones
efectivas. Un estudio en NEJM (2017) mostró que la RCP prolongada
en la escena (20-30 minutos) antes del traslado mejora las tasas de
supervivencia en comparación con el transporte precoz (Wik et al., 2017).
- Acceso
a desfibrilación temprana:
- Las
guías AHA y ERC destacan la desfibrilación precoz como un eslabón crítico
de la cadena de supervivencia. El traslado retrasa el acceso al
desfibrilador externo automático (DEA) o al desfibrilador manual,
reduciendo la probabilidad de revertir ritmos desfibrilables.
- Gestión
avanzada de la vía aérea:
- La intubación endotraqueal o el uso de dispositivos supraglóticos es más seguro y efectivo en la escena, donde el equipo puede posicionarse adecuadamente. Un estudio en Resuscitation (2020) encontró que la intubación en movimiento aumenta el riesgo de desplazamiento del tubo y complicaciones (Benger et al., 2020).
Ejemplos
de sistemas avanzados: SAMU París y Londres con ECMO prehospitalario
- SAMU
París:
- El
sistema de emergencias médicas de París (SAMU) prioriza la reanimación en
la escena, con equipos médicos altamente entrenados que realizan RCP
avanzada, incluyendo intubación, acceso vascular y administración de
fármacos. Un estudio publicado en Lancet (2018) evaluó el
protocolo del SAMU y encontró que la reanimación prolongada en la escena
(media de 30 minutos) antes del traslado se asociaba con una
supervivencia del 12% en PCR refractarios, significativamente superior a
sistemas que priorizan el traslado rápido (Lamhaut et al., 2018).
- El
SAMU utiliza dispositivos mecánicos como LUCAS 3 en casos seleccionados,
pero la estabilización inicial sigue siendo manual para garantizar
calidad antes de iniciar el transporte.
| RCP mecánico + colocación de ECMO prehospitalario (ERCP) en el famoso museo de Louvre Paris - Francia por parte del SAMU de Paris |
- Sistema
de emergencias de Londres con ECMO prehospitalario:
- El
servicio de ambulancias de Londres ha implementado un programa de ECMO
prehospitalario para PCR refractarios, con un enfoque en la reanimación
prolongada en la escena. Un estudio en Resuscitation (2021)
describió cómo los equipos realizan RCP de alta calidad, intubación y
desfibrilación en la escena antes de iniciar ECMO, logrando una
supervivencia con buen resultado neurológico (CPC 1-2) en el 8% de los
casos refractarios (Singer et al., 2021).
- El
protocolo londinense enfatiza que el traslado solo debe considerarse tras
estabilización inicial y con soporte mecánico (LUCAS 3) para mantener la
RCP durante el transporte.
| Team ECMO prehospitalario del servicio de ambulancias de Londres - Reino Unido, la canasta frontal lleva toda la logística para el ERCP |
Protocolos
con dispositivos mecánicos como el LUCAS 3 y soporte ventilatorio invasivo
El
dispositivo LUCAS 3 (no es el unico), diseñado para compresiones torácicas mecánicas, mejora la
consistencia de la RCP en movimiento, pero no elimina todos los desafíos. Los
protocolos actuales que permiten RCP en movimiento con LUCAS 3 y soporte
ventilatorio invasivo incluyen:
- Indicaciones
para LUCAS 3:
- Las
guías ERC (2021) recomiendan dispositivos mecánicos como LUCAS 3 en
traslados prolongados o en entornos donde la RCP manual es inviable (p.
ej., ambulancias con espacio limitado). Un ensayo clínico en NEJM
(2014), el estudio LINC, comparó LUCAS con RCP manual y no encontró
diferencias significativas en supervivencia a 4 horas (Rubensson et al.,
2014). Sin embargo, LUCAS 3 asegura compresiones consistentes, reduciendo
la fatiga del reanimador y permitiendo intervenciones simultáneas (p.
ej., coronariografía).
- Un
estudio en Critical Care (2020) mostró que LUCAS 3, combinado con
intubación endotraqueal, mejora la PPC durante el transporte en
comparación con la RCP manual, pero solo en centros con experiencia en su
uso (Wang et al., 2020).
- Soporte
ventilatorio invasivo:
- La
intubación endotraqueal o dispositivos supraglóticos son esenciales para
garantizar ventilación adecuada durante la RCP en movimiento. Las guías
AHA (2020) recomiendan que, en traslados, la ventilación se realice con
un ventilador mecánico ajustado a 10 respiraciones por minuto, PEEP 0 y
FiO2 de 1,0 para evitar hiperventilación y atrapamiento aéreo (Panchal et
al., 2020).
- Un
estudio en Resuscitation (2019) encontró que la ventilación
controlada con presión positiva durante la RCP con LUCAS 3 mejora la
oxigenación y reduce la hipercapnia en comparación con la ventilación
manual (Malhotra et al., 2019).
- Protocolos
específicos:
- En
centros con ECMO prehospitalario, como Londres, el protocolo requiere
estabilización inicial con RCP manual, desfibrilación y manejo avanzado
de la vía aérea en la escena. Solo tras 20-30 minutos de RCP sin ROSC, y
con criterios estrictos (edad <65 años, ritmo inicial desfibrilable,
testigos presentes), se inicia el traslado con LUCAS 3 y ventilación
invasiva hacia un centro con ECMO (Singer et al., 2021).
- El
SAMU de París utiliza un protocolo similar, pero con mayor énfasis en la
reanimación prolongada en la escena antes de considerar el traslado con
LUCAS 3 (Lamhaut et al., 2018).
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| Practica de RCP mecánico con LUCAS 2 en contextos remotos durante nuestro entrenamiento del programa PERSEO en España 2024 |
La
evidencia actual demuestra que la RCP en movimiento es menos efectiva que la
reanimación en la escena debido a la menor calidad de las compresiones,
interrupciones frecuentes y dificultades en el manejo de la vía aérea. Las
guías AHA (2020) y ERC (2021) priorizan la estabilización en la escena, con
desfibrilación precoz y RCP de alta calidad como pilares fundamentales.
Sistemas avanzados como el SAMU de París y el servicio de ambulancias de
Londres refuerzan esta estrategia, demostrando mejores resultados con
reanimación prolongada en la escena, incluso en casos refractarios que
requieren ECMO.
El
uso de dispositivos como LUCAS 3 y soporte ventilatorio invasivo puede
facilitar el traslado en casos excepcionales, pero solo debe considerarse tras
estabilización inicial y en centros con experiencia. Los protocolos deben
incluir:
- Reanimación
inicial en la escena
durante al menos 20-30 minutos, con énfasis en compresiones de alta
calidad y desfibrilación precoz.
- Uso
de LUCAS 3 para
traslados prolongados, combinado con intubación endotraqueal o
dispositivos supraglóticos.
- Criterios
estrictos para traslado con ECMO,
reservado para pacientes jóvenes con ritmos desfibrilables y testigos
presentes.
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| Practica de RCP mecánico con LUCAS 2 en contextos de reanimación de trauma durante nuestra conferencia teórico-practica del proyecto LAZARUS en España 2024 |
Evidencia científica contra
las compresiones torácicas en paros cardiorrespiratorios traumáticos
En
el contexto de paros cardiorrespiratorios traumáticos (PCT), las compresiones
torácicas son frecuentemente ineficaces y potencialmente perjudiciales,
especialmente en casos de hipovolemia severa por hemorragia masiva,
taponamiento cardíaco o neumotórax a tensión. La evidencia científica subraya
la necesidad de abordar causas reversibles mediante intervenciones específicas,
como el control de hemorragias, descompresión torácica, toracotomía de
emergencia, y, en sistemas avanzados, el uso de REBOA prehospitalario y
transfusión de sangre. Esta sección detalla la evidencia contra las
compresiones torácicas, los protocolos de manejo del PCT, y el papel emergente
de REBOA y la transfusión de sangre en la escena.
| Practica de reanimación prehospitalaria con REBOA para el servicio de ambulancias de Londres - Reino Unido. |
Evidencia científica contra las compresiones torácicas
- Fisiopatología
del PCT y limitaciones de las compresiones torácicas:
- En el
PCT, la hipovolemia por hemorragia masiva o causas mecánicas
(taponamiento, neumotórax a tensión) son predominantes. Un estudio en
Journal of Trauma and Acute Care Surgery (2016) demostró que las
compresiones torácicas no generan presión de perfusión coronaria (PPC)
adecuada en estados hipovolémicos, ya que el volumen intravascular es
insuficiente (Seamon et al., 2016). Además, pueden agravar lesiones
torácicas, como fracturas costales o desgarros vasculares.
- Un análisis en Res Stuart et al. (Resuscitation, 2019) evaluó 1.200 casos de PCT y encontró una supervivencia inferior al 2% en trauma penetrante torácico tratado con compresiones torácicas, debido a la incapacidad de abordar hemorragias activas o taponamiento (Bradley et al., 2019). Las compresiones pueden desplazar coágulos estabilizadores o exacerbar el sangrado.
- Riesgos en trauma torácico:
- En
traumatismo torácico cerrado (contusión cardíaca, rotura aórtica), las
compresiones pueden causar hemotórax o neumotórax adicionales. Un estudio
en Trauma (2020) reportó un aumento del riesgo de complicaciones
torácicas con compresiones en estos casos (Smith et al., 2020).
- En trauma penetrante, las compresiones retrasan intervenciones críticas como toracotomía de emergencia, que tiene una tasa de supervivencia de hasta 20% en centros especializados (Rhee et al., 2019).
- Guías
internacionales:
- Las
guías AHA (2020) desaconsejan la RCP estándar en PCT, priorizando la
corrección de causas reversibles (Panchal et al., 2020). Las compresiones
deben suspenderse si se identifica hipovolemia o taponamiento.
- Las
guías ERC (2021) recomiendan evitar compresiones en PCT a menos que se
haya tratado la hipovolemia o causas mecánicas, siguiendo el algoritmo
ATLS (Nolan et al., 2021).
- Las
guías EAST (2015) priorizan control de hemorragia, descompresión torácica
y toracotomía sobre compresiones (Seamon et al., 2015).
- Revisiones
sistemáticas:
- Una
revisión en Cochrane Database of Systematic Reviews (2020) encontró que
las compresiones torácicas no mejoran la supervivencia en PCT frente al
tratamiento de causas reversibles (Khan et al., 2020).
- Un metaanálisis en BMJ Open (2022) reportó una supervivencia global del 4,5% en PCT, con mejores resultados en pacientes tratados con toracotomía o control de hemorragia que con RCP estándar (Zhang et al., 2022).
Uso
de REBOA prehospitalario en PCT por hemorragias
La
oclusión aórtica endovascular con balón de resucitación (REBOA) es una técnica
emergente para el control temporal de hemorragias no compresibles en el torso
(pelvis, abdomen o cavidad torácica baja) en pacientes con PCT por hemorragia
masiva. REBOA consiste en la inserción de un catéter con balón a través de la
arteria femoral, inflado en la aorta para ocluir el flujo distal y redirigir la
perfusión a órganos vitales (corazón, pulmones, cerebro).
| REBOA aplicado en paciente politraumatizado en contexto de reanimación de control de daños - RDCD |
- Evidencia
científica:
- Un
estudio en Journal of Trauma and Acute Care Surgery (2018) evaluó REBOA
prehospitalario en PCT por hemorragia pélvica o abdominal, reportando una
mejora en la presión arterial media (de 40 a 70 mmHg) en el 60% de los
casos, permitiendo estabilización para traslado (Lendrum et al., 2018).
Sin embargo, la supervivencia global fue baja (10%), reflejando la
gravedad de estos casos.
- Un
análisis retrospectivo en Resuscitation (2021) del sistema de emergencias
de Londres encontró que REBOA prehospitalario, combinado con transfusión
de sangre, aumentó la tasa de retorno de la circulación espontánea (ROSC)
en un 15% en PCT por hemorragia no compresible, comparado con controles
históricos (Borger van der Burg et al., 2021).
- Una revisión sistemática en Trauma Surgery & Acute Care Open (2022) concluyó que REBOA prehospitalario es factible en sistemas avanzados (como Londres o el SAMU de París), pero requiere personal altamente entrenado y acceso a ultrasonido para guiar la inserción (Castellini et al., 2022).
- Indicaciones
y limitaciones:
- Indicaciones:
REBOA está indicada en PCT por hemorragia no compresible en la pelvis o
abdomen (zona 3 de la aorta) o, en casos seleccionados, en hemorragia
torácica baja (zona 1) en pacientes con signos vitales recientes (menos
de 10 minutos desde la parada). Las guías EAST (2020) sugieren REBOA como
puente a cirugía definitiva en centros con capacidad de trauma (Morrison
et al., 2020).
- Limitaciones:
Incluyen el riesgo de isquemia distal (máximo 30-60 minutos de oclusión
en zona 3), complicaciones vasculares (trombosis, disección) y la
necesidad de infraestructura avanzada. Un estudio en Annals of Surgery
(2020) reportó una tasa de complicaciones del 15% en REBOA
prehospitalario (DuBose et al., 2020).
- Sistemas
avanzados: En Londres, el programa de REBOA prehospitalario está
integrado con ECMO y transfusión de sangre, permitiendo estabilización en
la escena. El SAMU de París utiliza REBOA en trauma pélvico severo, con
resultados prometedores en pacientes jóvenes (Lamhaut et al., 2018).
- Protocolo
de uso:
- Evaluación
inicial: Confirmar PCT por hemorragia no compresible mediante ultrasonido
(FAST extendido) o signos clínicos (trauma pélvico inestable, distensión
abdominal, etc).
- Acceso
vascular: Insertar un introductor arterial (7-8 Fr) en la arteria femoral
común bajo guía ecográfica.
- Colocación
del balón: Avanzar el catéter REBOA a la zona 3 (pelvis/abdomen) o zona 1
(torácica baja), confirmado por ultrasonido o radiografía portátil.
- Inflado
y monitoreo: Inflar el balón hasta ocluir el flujo aórtico, verificando
mejora en la presión arterial. Monitorear isquemia distal y planificar
traslado inmediato a un centro quirúrgico.
- Desinflado:
Realizar desinflado gradual en quirófano tras control quirúrgico de la
hemorragia.
Uso
de transfusión de sangre prehospitalaria en PCT
La
transfusión de sangre prehospitalaria (glóbulos rojos, plasma y, en algunos
casos, plaquetas o sangre total) es una intervención clave para corregir la
hipovolemia en PCT por hemorragia masiva, mejorando la perfusión tisular y la
capacidad de transporte de oxígeno.
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| Practica real de transfusión sanguínea prehospitalaria durante nuestra conferencia teórico-practica del proyecto LAZARUS |
- Evidencia
científica:
- Un
ensayo clínico en Journal of Trauma (2018) demostró que la transfusión
prehospitalaria de plasma y glóbulos rojos en trauma hemorrágico reduce
la mortalidad a 24 horas (10% vs. 20% en controles) al mejorar la
coagulopatía y la perfusión (Holcomb et al., 2018).
- Un
estudio en Resuscitation (2020) evaluó la transfusión de sangre total
prehospitalaria en PCT, reportando una mejora en la ROSC (25% vs. 15% en
controles) y una reducción en la necesidad de transfusión
intrahospitalaria (Sperry et al., 2020).
- En el
sistema de Londres, un análisis en Critical Care (2021) mostró que la
transfusión prehospitalaria, combinada con REBOA o toracotomía, aumentó
la supervivencia con buen resultado neurológico (CPC 1-2) en un 8% en PCT
refractarios (Rehn et al., 2021).
- Protocolos
y logística:
- Componentes:
Los sistemas avanzados (SAMU París, Londres) utilizan glóbulos rojos (O
negativo) y plasma liofilizado o líquido (AB universal). La sangre total
de bajo título (LTOWB) está ganando aceptación por su simplicidad y
eficacia en corregir coagulopatía.
- Protocolo
de transfusión: Iniciar con 2 unidades de glóbulos rojos y 2 de plasma
(proporción 1:1) en pacientes con PCT y signos de choque hemorrágico
(presión arterial sistólica <70 mmHg, pulso débil). Continuar con
transfusión masiva (1:1:1) si está disponible. Las guías ATLS (2018)
recomiendan iniciar transfusión en la escena si hay infraestructura
(American College of Surgeons, 2018).
- Logística: Requiere sistemas de almacenamiento en frío (4°C), personal entrenado y coordinación con bancos de sangre. En Londres, las ambulancias llevan neveras portátiles con 4-6 unidades de sangre. El SAMU de París utiliza plasma liofilizado (French Lyophilized Plasma, FLYP).
- Indicaciones:
- Indicaciones:
Transfusión prehospitalaria está indicada en PCT por hemorragia masiva
(trauma penetrante o cerrado con signos de choque hemorrágico). Las guías
EAST (2020) recomiendan transfusión precoz en pacientes con presión
arterial sistólica <90 mmHg o pulso >100 lpm (Morrison et al.,
2020).
- Limitaciones:
Incluyen el riesgo de reacciones transfusionales (raro en sangre O
negativa), disponibilidad limitada y la necesidad de infraestructura
avanzada. Un estudio en Transfusion (2019) reportó una tasa de
complicaciones del 1% en transfusión prehospitalaria (Shackelford et al.,
2019).
Protocolo
y procedimientos en paros cardiorrespiratorios traumáticos
El manejo del PCT requiere un enfoque estructurado, priorizando causas reversibles sobre compresiones torácicas. El protocolo, alineado con ATLS, AHA, ERC, y EAST, incluye:
- Evaluación
inicial:
- Confirmar
PCT traumático (penetrante o cerrado). Evaluar signos de hipovolemia
(palidez, pulsos débiles), taponamiento (distensión venosa yugular,
hipotensión), o neumotórax a tensión (desviación traqueal, ausencia de
ruidos respiratorios).
- Realización de POCUS prehospitalario enfocado al trauma (eFAST)
- Realizar
EKG para identificar ritmo (asistolia, AESP, FV/TV). Asistolia es común
en hipovolemia severa; FV puede indicar contusión cardíaca.
- Priorización
de causas reversibles (5H - 5T):
- Hemorragia
masiva:
- Controlar
sangrado externo con compresión, torniquetes o hemostáticos.
- Iniciar
transfusión prehospitalaria (2 unidades de glóbulos rojos + 2 de plasma)
en choque hemorrágico.
- Considerar
REBOA en hemorragia no compresible (pelvis/abdomen) tras confirmación
por ultrasonido.
- Neumotórax
a tensión: Descompresión inmediata (aguja en quinto EIC con línea axilar
anterior o segundo EIC con línea medioclavicular o tubo torácico en
quinto EIC con línea axilar media).
- Taponamiento
cardíaco: Pericardiocentesis guiada por ultrasonido o toracotomía de
emergencia en trauma penetrante torácico.
- Obstrucción
de vía aérea: Intubación endotraqueal o cricotirotomía en trauma
facial/cervical.
- Rol
limitado de compresiones torácicas:
- Suspender
compresiones si hay hipovolemia severa, taponamiento o neumotórax no
tratados. Usar solo en FV/TV tras corregir causas reversibles, por un
máximo de 10 minutos (EAST, 2015).
- Toracotomía
de emergencia:
- Indicada
en trauma penetrante torácico con signos vitales recientes (<10
minutos) o taponamiento confirmado. Supervivencia de hasta 21% en trauma
penetrante (Rhee et al., 2019).
- Procedimiento:
Incisión anterolateral izquierda, apertura del pericardio, control de
hemorragias intratorácicas.
- REBOA
y transfusión prehospitalaria:
- REBOA:
Insertar en arteria femoral bajo ultrasonido, inflar en zona 3 (pelvis) o
zona 1 (torácica baja). Monitorear isquemia y trasladar a quirófano.
- Transfusión:
Iniciar con proporción 1:1 (glóbulos rojos:plasma). Usar sangre total si
está disponible. Continuar hasta estabilización (PAS >90 mmHg).
- Soporte
avanzado y traslado:
- ECMO
prehospitalario: Considerar en PCT refractarios tras control de
hemorragia y descompresión (supervivencia del 10%) (Singer et al., 2021).
- Traslado:
Iniciar tras estabilización inicial (control de hemorragia, vía aérea
asegurada). Usar LUCAS 3 con ventilación invasiva si se requiere RCP en
movimiento.
- Criterios
de terminación:
- Considerar
terminación en asistolia prolongada (>15 minutos) sin causas
reversibles corregidas (supervivencia <1%) (Seamon et al., 2015).
Ejemplos
de sistemas avanzados
- SAMU
París: Prioriza reanimación en la escena con toracotomía prehospitalaria,
REBOA en trauma pélvico, y transfusión con plasma liofilizado.
Supervivencia del 15% en PCT con taponamiento o hemorragia controlada
(Lamhaut et al., 2018).
- Sistema
de Londres: Integra ECMO, REBOA y transfusión prehospitalaria.
Estabilización en la escena con descompresión, toracotomía y transfusión
mejora la supervivencia en un 8% (Rehn et al., 2021).
La evidencia desaconseja las compresiones torácicas en PCT debido a su ineficacia y riesgo de agravar lesiones. El manejo debe priorizar causas reversibles (hemorragia, neumotórax, taponamiento) mediante transfusión prehospitalaria, REBOA, descompresión torácica y toracotomía. Las guías AHA, ERC, EAST y ATLS respaldan la estabilización en la escena, con traslado solo tras control inicial. En sistemas avanzados (SAMU París, Londres), la integración de REBOA y transfusión prehospitalaria mejora la ROSC y supervivencia en PCT por hemorragia, aunque requiere infraestructura y entrenamiento especializado.
Los
protocolos deben incluir:
- Evaluación
rápida con ultrasonido y EKG.
- Transfusión
precoz (1:1 o sangre total) en choque hemorrágico.
- REBOA
en hemorragia no compresible, con monitoreo de isquemia.
- Suspensión
de compresiones torácicas en hipovolemia o causas mecánicas no tratadas.
- Toracotomía
en trauma penetrante con signos vitales recientes.
- Uso de
LUCAS 3 y ventilación invasiva en traslados tras estabilización.
- Criterios claros para terminación en asistolia prolongada
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Lo mejor de lo mejor excelente material, admiro la capacidad como puedes plasmar algo complejo en algo simple y fácil de entender, excepcional sin duda alguna, bendiciones para ti Carlos un abrazo desde Chile, siempre tan perseverante y disciplinado sigue así bendiciones
ResponderEliminarMuchas gracias mi querida Ydalina
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